No quiero ser pesimista, pero viendo semana a semana la cantidad de decisiones desesperadas que el gobierno nacional está tomando sobre cómo serán las condiciones propuestas para encontrar el futuro distribuidor o distribuidores de la energía eléctrica en la región Caribe, podríamos estar ante un nuevo fracaso en el corto o mediano plazo.
Esto lo digo con base a lo siguiente:
1. El año pasado la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN) concluyó después de un estudio que se le pagó que la división del mercado en el caribe en 2 o 3 segmentos no agrega valor. Solamente si a ciertos “clientes especiales” de la zona de difícil gestión comercial se le diera un subsidio especial. Entonces la pregunta es: ¿qué argumentos tiene hoy el gobierno para decidir segmentar un mercado donde la carne solo la tiene Bolívar y Atlántico y lo demás es un hueso? ¿Qué cambió en los últimos 3 meses?
2. De otro lado, no hay ningún compromiso por parte del gobierno de implementar acciones concretas para bajar las pérdidas originadas en el sistema por robos y no pagos —que alcanzan la cifra de 25%— a los niveles regulatorios que remuneran los suscriptores del 7% en el nivel 1. O sea, sigue tomando ese riesgo el nuevo operador, que como Electricaribe no puede hacer nada sin la participación de las autoridades policivas, alcaldes y gobernadores. En este punto, la pregunta es: ¿tienen los nuevos operadores que seguir asumiendo estas pérdidas? ¿El negocio si es rentable aun recuperando solo el pago de 75 kwh por cada 100 kwh que compre?
3. El mercado de la región Caribe está compuesto en su mayoría por el mercado regulado; mercado que tiene el mayor consumo en los estratos 1,2 y 3. Súmele que este mercado ha venido perdiendo clientes industriales y comerciales, los cuales debido a la falta de confiabilidad y altos precios han adoptado por instalar sus propias plantas de cogeneración o autogeneración, con proyectos que se repagan en 4 o 5 años. O sea, la carne la perdieron y no tiene retorno. Esto hace que la región Caribe sea un mercado especial distinto a otras zonas del país.
4. Las inversiones para los próximos 10 años se han subido a 8 billones de pesos, dinero que tiene que generar el negocio para poder hacerlo sostenible en el tiempo. La pregunta es: con este panorama, ¿los números de ingresos y egresos, la calidad de clientes, la cultura de no pago, el robo de energía y la falta de contratos de compras de energías a los grandes generadores con precios competitivos de largo plazo hacen posible la viabilidad del negocio?
Personalmente, considero que es urgente que la Creg revise la regulación existente para este mercado de la región. No creemos que con lo que hoy está vigente este negocio salga adelante. De Electricaribe versión Fenosa al Electricaribe intervenido las cosas no han cambiado, siguen los mismos problemas: cartera alta, bajo recaudo, fallas del servicio siguen igual, etc., etc. Luego algo está fallando o faltando en esa cadena de generador-comercializador-distribuidor.
Sabemos que los generadores y comercializadores no tienen problemas, pero al distribuidor algo le está pasando con la regulación existente en esta zona del país. La Creg y el gobierno nacional deben entender que este es un mercado especial.
¿Por qué cuando el mercado estuvo integrado verticalmente, cuando existió Corelca, las electrificadoras de la costa, a pesar de todos los problemas el mercado funcionó por más de 20 años sin grandes problemas hasta que se politizó el negocio?
Señores de la Creg, revisen si es lo más justo que los generadores y el STN se lleven una porción considerable de lo que se paga en la tarifa.