Ramiro Cué Barberena.
Los 3,5 millones de votantes registrados elegirán presidente de la república, dos vicepresidentes y 57 miembros que componen la Asamblea Legislativa en unos comicios regidos por la gran cantidad de candidatos. Según marcan las encuestas, 19 de ellos no superan el 3%, pero ninguno de los seis restantes alcanzaría los votos necesarios para ganar en primer término. Además, a pesar de haber bajado en la última semana, la cantidad de indecisos superaría el 30%.
Este domingo en Costa Rica se desarrollarán los comicios donde se elegirá al sucesor de Carlos Alvarado y a los 57 escaños de la Asamblea Legislativa para el período 2022-2026. Sin embargo, contarán con la particularidad de ser las elecciones con mayor cantidad de opciones presidenciales en la historia.
El abanico de aspirantes presidenciales estará compuesto por 25 candidatos, entre los que aparecen personalidades de diferentes ámbitos, lo que muestra la fortaleza del sistema democrático costarricense. Entre ellos hay un expresidente, una exvicepresidenta, un exfuncionario, dos predicadores evangélicos, periodistas, médicos y economistas.
No obstante, la excesiva diversidad también supone un problema para el electorado, el cual se ve confundido y desmotivado por la numerosa cifra de partidos que participan, provocando que un 33% se mantenga indeciso a menos de 24 horas de la apertura de urnas, pactada para las seis de la mañana y que se cerrará a las 18 horas.
Luego de cuatro años donde el descontento de la sociedad incrementó paulatinamente por la reforma fiscal impulsada por el jefe de Estado, un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y una calidad de vida que se fue deteriorando, la campaña electoral condicionada por la presencia del Covid-19 y ausente de actividades masivas no conquistó a los votantes.
Este último viernes, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) de Costa Rica anunció que los preparativos para la jornada estaban completos. Habrá 2.152 centros de votación y más de 6.700 juntas receptoras de votos. De esas, 80 estarán en el exterior distribuidas en 42 países y 52 consulados.
También quedó confeccionado el protocolo de seguridad sanitaria para emitir el sufragio. Antes de la apertura de los centros de votación, los encargados verificarán credenciales y el acondicionamiento del local, luego revisarán los materiales y la documentación y llenarán el acta de apertura. “Acudamos tranquilos, en seguridad a votar, con cédula en mano, mascarilla y manteniendo la distancia", dijo la presidenta del TSE, Eugenia Zamora.
Los candidatos al sillón presidencial
Los 25 aspirantes a la Presidencia marcan un hito inédito en los procesos electorales de Costa Rica. Empero, la última encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica indica que 19 de ellos no van a pasar ni siquiera el 3,5% de los votos, pero también que ninguno de los otros seis va a llegar al 40% requerido para salir victorioso en primera vuelta.
"El escenario corrobora la existencia de la gran incertidumbre del electorado y la alta volatilidad de las preferencias electorales. La combinación de estos dos factores pone a la sociedad costarricense, una vez más, frente a un escenario político indefinido”, detalló el CIEP. Esta entidad publicó el miércoles que la cantidad de indecisos cayó 9% en la última semana, pero que aún se mantenía elevada oscilando el 32%.
José María Figueres –expresidente entre 1994 y 1998-, del Partido Liberación Nacional (PLN), es quien arrastra la mayor intención de voto, pero apenas con el 17%, lo que deja en claro que la segunda vuelta de abril se prevé inevitable.
Detrás aparecen Lineth Saborío –exvicepresidenta entre 2022 y 2016- del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) y el predicador evangélico y periodista Fabricio Alvarado (Partido Nueva República), los únicos que también rompen la barrera del 10%.
Los otros tres candidatos por arriba del 5% son Rodrigo Cháves (exfuncionario del Banco Mundial y exministro de Hacienda, por el Partido Progreso Social Democrático), José María Villalta (abogado y diputado, por el izquierdista Frente Amplio) y Eliécer Feinzaig (economista, por el Partido Liberal Progresista).
En estas últimas semanas, Figueres apeló a su experiencia como mandatario para atraer la intención de voto de la gente. Es hijo de José Figueres Ferrer, quien fue presidente de Costa Rica en tres oportunidades, fundó el PLN y se erigió como una figura histórica del país al abolir el ejército en 1948 luego de imponerse en la última guerra civil del país.
Es graduado en ingeniería industrial en la academia militar West Point (Estados Unidos) y su trayectoria en la política radica desde 1988. Fue ministro de Comercio Exterior y de Agricultura y Ganadería entre 1988 y 1990. Posteriormente fue a la Universidad de Harvard para prepararse en Administración Pública.
Su carrera política se oscureció luego de quedar involucrado en un presunto tráfico de influencias por una asesoría a la empresa Alcatel a principio de siglo, lo que lo llevó a irse a Suiza durante casi ocho años hasta que la justicia determinó que no había cometido ningún ilícito.
En su plan de Gobierno sobresale el ideal de dirigirse a una economía creciente, con producción nacional e hidrógeno verde. Apuntó a bajar a la mitad el desempleo y a llegar a un crecimiento económico superior al 5%. Además de, en materia internacional, abogar por la preservación del medioambiente.
Por su parte, Saborío –una de las cuatro mujeres que se presentan en estas elecciones- pretende ser la segunda Presidenta de Costa Rica. Su discurso se basó en mensajes de unión e igualdad de género, con propuestas de reactivar la economía que fueron criticadas por sus rivales por ser poco claras. También, pese a referirse a paridad de género y mejorar las condiciones para las mujeres, descartó totalmente apoyar la despenalización del aborto en casos de violación.
La abogada de 61 años y candidata del PUSC tiene en su currículum político esos cuatro años como vicepresidenta, donde también ejerció cargos temporales como ministra de la Presidencia, de Planificación y de Justicia.
Licenciada de derecho en la Universidad de Costa Rica y con Maestrías en distintas ramas en la Universidad de Barcelona y de Cooperación Internacional, ejerció los últimos años como consultora y docente universitaria.
Este 06 de Febrero #CostaRicaMereceGanar pic.twitter.com/P5S2GiHBB8
— José María Figueres (@figuerescr) February 5, 2022
Fabricio Alvarado, periodista y predicador evangélico, cierra el terceto de candidatos principales en Costa Rica. Con una propuesta conservadora y una alocución centrada en los valores y la familia, estará por segunda vez consecutiva en unas elecciones presidenciales.
En 2018, su conservadurismo y apego a la religión lo elevaron a ser un aspirante en los comicios, donde se mostró reticente al matrimonio entre parejas del mismo sexo y a peticiones feministas como la fecundación in vitro, el aborto y la identidad de género.
Sin embargo, sin esos temas sobre la mesa por ya estar legalizados -menos el aborto-, Alvarado enfocó su campaña en el ámbito económico y a reducir impuestos, combatir la corrupción, desarrollo de infraestructura y una reforma educativa.
Diputado entre 2014 y 2018, fue criticado por su precaria preparación académica para ser presidente y por la escasez de propuestas. Sin embargo, ahora llega como alumno en la carrera de Ciencias de la Comunicación Colectiva y con una plataforma de campaña que incluye reducir el desempleo, insertar a Costa Rica en la Alianza del Pacífico y la creación de un “canal verde interoceánico” de 16 mil millones de dólares para llevar mercancías y aparecer en el mapa geopolítico mundial.
¿Qué país recibirá el ganador?
El Gobierno de Alvarado ha sido acusado en reiteradas ocasiones de estar vacío de contenido. Luego de efectuar la reforma fiscal -antipática, pero necesaria según los analistas- con la que llegó al poder, fue criticado por la ausencia de gestión política.
La imagen del presidente más joven en la historia de Costa Rica se deterioró paulatinamente en su mandato, siendo positiva únicamente en la primera mitad de 2020 por haber manejado bien la pandemia.
La reactivación económica es la empresa principal que deberá efectuar el próximo Jefe de Estado y alrededor de esta problemática giró la campaña de los candidatos. Actualmente, Costa Rica tiene un desempleo del 14%, 44% de empleo informal y la pobreza ha alcanzado el 26%. Además, posee una deuda que escala continuamente y alcanza el 70,37% del PIB.
No obstante, el Banco Central a finales de enero publicó que en 2021 hubo un crecimiento económico del 7,6% y que proyecta seguir en la curvatura ascendente en 2022 -con un 3,9%- y en 2023 –con un 4%-. Las autoridades subrayaron que estos índices pueden arrastrar mejoras referidas al empleo.
En 2021 ingresó a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), siendo el cuarto miembro latinoamericano y el pionero en América Central, y rubricó un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional por 1.778 millones de dólares con el objetivo de estabilizar los números.
La negociación con el FMI abarca también un paquete de iniciativas de Costa Rica con vistas a reducir el gasto y aumentar los ingresos. La más sobresaliente es una reforma al sistema de empleo público, la cual está congelada en el Congreso. Los candidatos han avisado que le plantearán al organismo internacional una renegociación.
Con EFE