Para la memoria de nosotros los colombianos, el 13 de marzo de 2022, va ser una fecha icónica que va a quedar plasmada en las páginas de la historia, ya que el pueblo fue el principal protagonista.
En este día se celebraba las elecciones parlamentarias; como ya se sabe la rama legislativa es uno de los poderes que hace parte de la tridivisión de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), que a su vez supone la racionalización del poder para garantizar el funcionamiento de la democracia y el poder público de los Estados.
Ahora bien, el Congreso de la República de Colombia no es cualquier entidad, es el órgano encargado de la toma de decisiones, que traza los derroteros por donde va a transitar Colombia y marca el porvenir y la situación del pueblo, es aquí donde reside el verdadero poder, ya que este poder recepciona directamente las demandas sociales y las convierte en proyectos de ley a favor del beneficio común, a su vez es el órgano legislativo que tiene la potestad de diseñar, crear, modificar y derogar las leyes que van a conformar el andamiaje jurídico que van a permitir al Estado operar.
Lo anterior viene al caso ya que Colombia venía pidiendo a gritos desde hace tiempo un cambio, debido que la democracia se encuentra secuestrada por una horda de cleptócratas y kakistócratas que cooptaron el Estado en beneficio propio, dónde unos particulares hacen provecho, a expensas del bienestar del pueblo, privando a este de las necesidades básicas insatisfechas y condenándolo a la más absoluta desgracia.
Esto hizo que el 13 de marzo de 2022, sea un antes y un después, dónde el clamor popular se hizo presente para decir ¡Basta!, ya nomás de lo mismo, estamos hastiados de la corrupción, de la sevicia y la cobardía de los politiqueros que obedecen a sus intereses particulares, que de manera vil agarran al pueblo como caja registradora, relegando a este (pueblo) y colocándolo en una situación de postración dónde el dolor, la indignación, la resignación y la rabia son el pan de cada día.
Hasta hoy, dónde el pueblo resurgió de las cenizas como el ave Fénix, para volver a tomar el control del curso de su destino y trazar el camino hacia donde quiere llegar, para darse una segunda oportunidad de redención y cerrar ese doloroso y escabroso capítulo del pasado, esa horrible noche que había sido imposible darle fin.
Queda mucho camino por recorrer, pero este es el primer paso para pasar la página de esa horrible noche y que por fin el Sol vuelva a salir para todos.