Indudablemente el gran perdedor en estas elecciones fue el Gobierno y su candidato. Su visible intervención en las elecciones en favor de un candidato fue de manera abierta violando toda la legislación que obliga a no intervenir y conservar la lógica neutralidad.
El subpresidente tomó partido y claramente fue derrotado. Creo que esa es una de las cosas más destacables de esta jornada electoral. Pero irónicamente, ahora, necesitamos con urgencia que intervenga en favor del “mesías anticorrupción” en Tic Tok y así cumplir con creces la tarea.
Se pretendió ganar en primera vuelta, era una empresa ambiciosa y real. Todo estaba dado para que ese resultado fuera una realidad. Personalmente en solitario, sigo dudando de la transparencia del sistema electoral en cabeza de una registraduría que en la anterior elección del 13 de marzo evidenció fallas.
¿Qué podría hacer pensar que en esta elección no se presentarán las mismas fallas, si nada se corrigió?. ¿Hubo auditoría internacional al Software?. Si no la hubo, ¿Por qué voy a confiar en ella?.
Seguiré dudando y no elogiando prematuramente su comportamiento; la manifestación de la duda permanente obliga, como espada de Damocles, a abstenerse si persiste la intriga y perversión del sistema.
Pero lo real, ostensible y tangible es que pasaron a segunda vuelta Gustavo Petro y el Ingeniero Civil Rodolfo Hernández. ¡Eso es lo que hay!. Indudablemente, son dos opciones que representan un cambio, pero ese cambio difiere el uno del otro, en cuanto a calidad.
Rodolfo un veterano Ingeniero Civil de la gran Universidad Nacional de Colombia, egresado cuando la educación pública era lo máximo y supongo graduado por allá en el año 1967, indudablemente tiene mucho mérito.
Es innegable que siendo formado en las ciencias exactas bruto no puede ser. De pronto poco leído, eso si. Para ser ingeniero de la Nacional y en esa época, se necesitaba ser muy buen estudiante.
Las inteligencias son múltiples y nosotros, los que nos tocó en nuestro bachillerato manejar la regla de cálculo, sabemos que una persona que entiende de ecuaciones diferenciales y cálculo estructural tiene que ser inteligente en cuanto la compresión de las matemáticas.
Por aquellas calendas cuando se graduó Rodolfo, también se graduaron Gregorio Rentería el ingeniero diseñador de los más notables puentes helicoidales en Colombia; el famoso ingeniero Guillermo González Zuleta, y muchos años antes que Rodolfo. En 1953,se graduó el ingeniero civil Luis Carlos Sarmiento Angulo, que también es egresado de la U. Nacional.
Se acaban los elogios y viene lo duro:
Otra cosa es tener a don Rodolfo en la política y el tema del estado. En eso el señor Rodolfo Hernández resulta ser peor remedio que la enfermedad. Es el Abdalá Bucaram Colombiano, aquel transitorio y folklórico presidente ecuatoriano posesionado en el año 1996 y destituido en 1997, por una figura que contempla la constitución ecuatoriana: la "incapacidad mental" para gobernar.
Rodolfo Hernández como contratista de obra civil y empresario fue y es exitoso, pero como hombre de Estado y conocimiento del mismo es un desastre. Aspirar a elegir una persona como presidente de un país tan complejo como Colombia, por el solo hecho de decir que "va a echar a los corruptos", es algo que lo puede decir cualquiera y luego hacerlo puede llegar a ser una gran dificultad.
¿En cuál cabeza cabe que una persona que se encuentra imputada por el delito que dice combatir, es el adalid de dicha causa?. Lo anterior es un hecho como para Replay, aquella plataforma informativa de los años 60 que destacaba los hechos asombrosos.
Indudablemente Rodolfo, aunque de modestos orígenes es un tipo derechizado. El pobre que llega a la cúspide fácilmente se derechiza por arribismo.
Don Rodolfo aunque puede llegar a acuerdos burocráticos, el filibusterismo legislativo le hará mella. Al no tener bancada parlamentaria, no tendría gobernabilidad y toda esa cháchara que habla, se convierte en algo incumplible.
Algo incomprensible en él: elude los debates sin estar ocupando el primer puesto. Eso solo demuestra su incapacidad para debatir.
Ahora, clasificado a segunda vuelta le será imposible evadirlos, sin que le cause un gran daño a su aspiración. Por el contrario, si decide asistir, lo veremos enfrentando al estadista Gustavo Petro.
Rodolfo no tiene un programa, no tiene claridad, no tiene talante democrático. Además, es emocional, impaciente, no tiene calma, no resiste que lo contradigan. Al final, califica para truhan.
Con su atrabiliaria personalidad no está dotado de la normal ataraxia que debe distinguir a una persona de su edad. Rodolfo como estadista es un verdadero desastre. ¡Pobre Colombia si es conducida a ese error!. Algo destacable y que si tiene a su favor es que es mejor que "Fico, el breve”.
Hoy, vemos que el dueño de una asombrosa votación, cunde el oportunismo político, se encuentra cercado por grandes tiburones blancos. No estoy seguro si eso responde a un plan preconcebido o responde a la dinámica política acompañada de la natural ley del péndulo y la nueva época que lo única en una posición de privilegio.
Lo cierto es que seguramente terminará contaminado, de algo que la opinión pública rechaza con vehemencia y evita que no se caiga en la trampa ya tendida. La atarraya está a la espera de ver que cae ¿Caeremos de nuevo?