Analizando la situación de nuestro país considero que todos los colombianos nos sentimos cansados de los temas políticos que vienen generando tantos y tantos disgustos entre amigos, familiares y comunidades enteras.
Viendo los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, por encima de los porcentajes que cada uno de los candidatos obtuvo, se puede extraer que los colombianos estamos buscando un cambio, políticas nuevas y confiables, que ayuden a que cada uno tenga la posibilidad de crecer como persona productivas. Sin embargo, lo anterior es sobre todo un anuncio de que la vida debe estar por encima de cualquier cosa.
Estamos en un país que no cree en partidos políticos tradicionales, en la izquierda ni la derecha, donde el sustento de polarización creado por candidatos y redes sociales nos viene llevando a que se genere más y más violencia, porque no hemos sido capaces de afrontar que el cambio no se da por un mesías o un rey que llegue al poder y tenga la posibilidad de transformar todo. Además, no hemos podido abrir los ojos y percatarnos de que en la “cultura del colombiano” están las respuestas que buscamos. Nos dejamos llevar por mentiras lanzadas de un lado a otro, por insultos que van y vienen, por ofensas en pro de denigrar del candidato que no nos gusta y no paramos por un segundo a ver qué pasaría si las políticas públicas de X y Y candidato cambian y yo no cambio.
Que uno quiere acabar con los acuerdos de paz, mentira; que el otro quiere llevarnos al socialismo, mentira; que si el líder político de un lado fue paramilitar y el otro fue guerrillero, que si el uno tiene un jefe que le da órdenes y el otro las recibe de una fuerza armada desmovilizada... Esos supuestos nos vienen llevando a llamarnos los unos a los otros guerrilleros, paramilitares, brutos, ignorantes y no nos damos cuenta de que interiormente ninguno va a aceptar las políticas de A o B candidato.
Respondámonos las siguientes preguntas:
- Si tu candidato ofrece oportunidades para convertir el país a consumo de energías limpias, ¿ya iniciaste con dejar de usar tu vehículo?, ¿ya dejaste de utilizar todos los productos que provienen del petróleo y del carbón?, ¿ya implementaste paneles solares en tu hogar?
- Si sigues al líder que ofrece mejoras para el emprendimiento, ¿ya estás haciendo el estudio para saber qué necesitas para tener la empresa de tus sueños?, ¿qué estás haciendo hoy para que tu comunidad crezca prósperamente?, ¿has logrado cambiar tu cultura personal ayudando al prójimo a crecer o sigues alimentando el odio entre los ricos y los pobres?
Estas son solo algunas preguntas que a diario me hago, entre otras, pero volvamos al tema cultural político.
Los politólogos que llevan años de sus vidas dedicados al estudio de la realidad política exponen que en este momento los ideales que provienen de la raíz de los movimientos políticos comienzan a ser indispensables para saber quién podría ser el nuevo presidente de los colombianos. Culturalmente hemos visto que existe mucha cercanía entre quienes siguen a Duque y a Vargas lleras, así como también en los que siguen a Petro y a De la Calle. Analizando desde allí, vemos cómo en cara a la segunda vuelta, los dos candidatos arrancarían de la siguiente manera:
- Iván Duque sería la sumatoria de su 39.14% y el 7.28% de Vargas Lleras, lo que le daría un punto de partida de un 46.42%.
- Gustavo Petro sería la sumatoria de su 25.08% y el 2.06% del candidato De la Calle (pero en un escenario muy optimista), lo que le daría un 27.14%
Lo anterior, nos daría una definición de la carrera hacia la presidencia. No obstante, debemos tener en cuenta que los votos con los que Sergio Fajardo cuenta son votos libres, de personas que no están con los postulados de ninguno de los dos que candidatos, lo que podría definir de alguna manera los resultados.
Podemos llegar a pensar que el candidato Duque está muy cerca de obtener su objetivo y que el candidato Petro debe conquistar el mayor número de seguidores de los movimientos que no están contienda, pero para ello sería quien más debería cambiar sus postulados radicales, los cuales en el cambio podrían alejar también mucho votantes.
En conclusión, y como respuesta al proceso electoral del 27 de mayo de 2018, podríamos decir que el país no es de izquierda ni de derecha, es de oportunidad y de opciones, pero que mientras no cambiemos nosotros, es decir, el pueblo, el candidato que llegue no va a poder hacer nada de lo que plantea en su plan de gobierno. En consecuencia, yo hago un llamado a mi Colombia hermosa para que nos analicemos a nosotros mismos y miremos cómo podemos cambiar nuestras actitudes para no esperar que la llegada del salvador nos abra los ojos.
Vote a conciencia, vote por quien usted quiera, pero por encima de todo, sienta este día como el momento de su cambio personal. Deje la pereza y salga a votar, no permita que otros tomen decisiones por usted.