'Elástico de sombra', una historia sobre los macheteros del Cauca

'Elástico de sombra', una historia sobre los macheteros del Cauca

La novela de Juan Cárdenas es protagonizada por un duende, el viento y viejos macheteros de Puerto Tejada que viajan tras el olvidado arte de Elástico de Sombra

Por: Leandro Felipe Solarte Nates
enero 20, 2022
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'Elástico de sombra', una historia sobre los macheteros del Cauca
Foto: Flickr

Sobre los macheteros del Cauca hay míticas leyendas de duendes y empautados transmitidas en la cada vez más extraviada tradición oral y tejidas alrededor de fogatas encendidas en los enmontados palenques ribereños, establecidos, desde el siglo XVII, por las “cimarroneadas” comunidades negras de los valles del Cauca y el Patía que habían huido de las haciendas esclavistas concentradas en la extracción del oro.

También en la historia de los “café con leche”, como los nombra Juan Cárdenas: blancos y mestizos que han contado la historia oficial; hay referencias a su diestro y temible accionar, sobre todo en las guerras de independencia, unas veces al lado de los españoles siguiendo a José María Obando, cuando aún era realista; de los patriotas, cuando este se unió al ejército libertador en su campaña al sur.

O; posteriormente, reclutados en los bandos enfrentados durante las numerosas guerras civiles del siglo XIX (a las que se refieren las novelas de los también payaneses Víctor Paz Otero y Omar Henry Velasco) casi siempre apuntalando, contra los conservadores, a caudillos caucanos liberales como Obando, Tomás Cipriano de Mosquera y José Hilario López, partidarios del federalismo, la educación laica, la libertad de prensa e imprenta, el voto universal y la abolición de la esclavitud, banderas que aún hoy están por profundizar.

Hace varios años Paloma Muñoz Ñañez escribió un libro sobre los violines negros de las comunidades afros asentadas en los valles interandinos del norte del Cauca y el Patía. Recientemente, Marco Antonio Calle, en el libro Cascajal, publicó una recopilación de Crónica, testimonios y leyendas del valle del Patía, escuchadas desde su niñez en El Bordo de labios de su padre y abuelo, nativos de la región.

La novela de Juan Cárdenas es protagonizada por el duende, el viento y viejos macheteros de Puerto Tejada, que viajan por la vereda de La Toma, en Suárez, Santander de Quilichao, Caldono, Popayán y el Patía buscando rescatar un perdido lance conocido como Elástico de Sombra, propio de maestros que al dominarlo luchaban invictos en medio de la oscuridad, y son de los pocos sobrevivientes del agonizante arte de la esgrima con machete.

"Los dos maestros sudaban aguapanela hirviendo, apenas protegidos por las latas agujereadas del paradero de buses. Llevaban más de una hora esperando y don Sando, el anciano maestro, maestro de maestros, empezó a pensar que el sol ya estaba con ganas de hornearlos, de quemarlos hasta el último concho de manteca humana y dejarlos convertidos en dos carboncitos secos. Miguel, su veterano alumno, el contramaestro, como se les suele llamar en buena jerga machetera, se abanicaba con una cachucha blanca".

"Era casi mediodía y el viento estaba guardado en su cueva: don Sando sabía por experiencia que el viento tiene la casa en una cueva de los Farallones y hay gente osada
–gente atembada también– que hasta se ha ido a buscar la casa del viento y no se ha vuelto a saber de ella, porque el viento agarra a esa gente, le dice cosas al oído y la enloquece. Luego se la lleva para su cueva y allá adentro se la come y no deja ni los huesos. El viento debía de estar comiendo mucha gente en su cueva porque esa mañana no había bajado al valle ni un solo ratico y los cañaduzales se miraban tiesos, mudos, como soldados al acecho, a punto de invadir un país. Esa fue la ocurrencia de don Sando, acosado por un calor que no era normal. Un calor del fin delos tiempos.

Una seguidilla de volquetas cargadas de materiales de construcción dejó a su paso una nube de polvo gris y espeso que envolvió a los dos maestros durante largos segundos.

Hubo toses, protestas, Miguel se permitió un hijueputazo y don Sando…, don Sando seguía pensando en el viento, en cómo al viento le cambia el carácter según baja de la montaña, porque acá en el Valle se vuelve manso, dulce, buen conversador y hasta con dotes de sabio. Se le extraña cuando no baja, señor Viento, dijo don Sando entre dientes para que Miguel no alcanzara a escucharlo. Igual Miguel no estaba prestando atención porque seguía sacudiéndose el polvo".

En medio del mito y sin folclorismos rescatando el color y la viveza del habla y los dichos de los negros, el autor arma la historia entrelazada con las contemporáneas luchas de las comunidades negras e indígenas, compartiendo espacios con las comunidades de Francia Márquez, unidos con los nasas en las mingas, para no ser arrasados por la depredadora y antropófaga visión de “progreso”, ligada a la devoradora caña de azúcar, impuesta mediante amañados códigos y a sangre y fuego, por los detentadores de la riqueza y el poder.

"Todas las historias incluidas en esta breve novela fueron recogidas en la zona norte del departamento del Cauca y el valle del río Patía, al suroccidente de Colombia, en el transcurso de mis investigaciones con el instituto Caro y Cuervo sobre la esgrima de machete, también conocida como 'grima', un arte marcial negro de origen incierto
–actualmente en una fase vestigial o de ruina–".

Mis principales interlocutores fueron los maestros Héctor Elías Sandoval y Miguel Lourido, macheteros de la Academia de Esgrima de Machete de Puerto Tejada, a quienes dedico este libro", escribe en Nota Liminar el autor.

 

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Sobre el autor:

JUAN CÁRDENAS (Popayán, 1978). Hijo de la médica Esperanza Cerón y el representante a la Cámara, John Jairo Cárdenas. Bachiller del Gimnasio Calibio, donde fue condiscípulo del también escritor Juan Esteban Constaín.

Autor de las novelas Zumbido (editorial Periférica, 2010) Los estratos (Periférica, 2013), Ornamento (Periférica, 2015), Tú y yo, una novelita rusa (cajón de sastre, 2016) y El Diablo de las provincias (Periférica, 2017, ganadora del Premio de narrativa José María Arguedas, otorgado por la Casa de las Américas de Cuba en 2019. También ha publicado los volúmenes de relatos Carreras delictivas (451 Editores, 2008). En 2017 fue incluido en la lista Bogotá 39 del Hay Festival, que reconoce a los mejores narradores latinoamericanos menores de 39 años. Trabaja como docente e investigador en la Maestría de Escritura Creativa del Instituto Caro y Cuervo en Bogotá.

 

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