Me acuerdo que una vez en la Universidad Nacional, algún compañero me dijo que conjugara el verbo estudiar, tarea que hice, pero me respondió que así no era. Al respecto le dije, entonces cómo es. Me respondió así: Yo estudio, tu estudias, él estudia, nosotros estudiamos, vosotros estudiáis, ellos nos rajan.
La justificación o racionalización suministrada, radicaba en que los profesores eran muy exigentes y que en las pruebas no hacían preguntas normales, básicas, sino más de orden analítico, crítico, asociadas a nuestra realidad y problemática social, con sus posibles soluciones, anticipándonos y pronosticando los posibles escenarios futuros (prospectiva).
Nuestras respuestas, en ese orden, eran netamente concretas y precisas, carecían de una verdadera crítica, era como una, no aplicación del conocimiento adquirido, a nuestra verdadera realidad.
Elaborando una analogía, respecto al escenario político en el que nos encontramos, conjugar el verbo votar (dictamen social) sería: Yo voto, tu votas, él vota, nosotros votamos, vosotros votáis, ellos, nos engañan.
En consecuencia, nuestros votos deben responder a la verdadera materialización de los programas (viables, no fantasías) de gobierno, que proponen los candidatos a una presidencia, como al apoyo de los que se postulan como legisladores (cámara – senado) a este.
El poder nuestro (intersubjetivo) con los votos, apunta a construir un proyecto de vida, donde sus contextos, son caldo de cultivo (catalizadores) del éxito del bienestar social.
El voto a favor o en contra, no debe ser el efecto de odios, fantasías, o efectos de procesos imaginativos, que nos introyectan de la persona que se postula, bien sea por su condición física, estrato social, falsa imagen elaborada por su contendor, que con ello se encarga de manipular la conciencia social, sobreponiendo lo emocional sobre lo racional; miedo o temor, por falsos escenarios o hechos divulgados públicamente sin argumentos reales, validos o confiables (imaginarios típicos de los tiranos); dinero, otorgado para la compra del voto, que justificamos, expresando que es una forma de mitigar la pobreza absoluta y que, al fin y al cabo, este país seguirá igual y es mejor recibir algo a cambio de nada.
Para que haya un excelente capital humano colombiano, específicamente se debe brindar por parte de nuestros dirigentes (que elegimos) unos contextos que permitan incrementar en sus miembros, (sin discriminación) sus potenciales como seres humanos.
Estos contextos deben ser de orden, individual (libertad); social (excelentes relaciones interpersonales); salud (promover, mantener, proteger, accesibilidad a los medicamentos y prevenir a las personas de las enfermedades); trabajo (accesibilidad, estabilidad, carrera, pensión); educación (gratuita); vivienda (digna); servicios públicos (acceso, derecho al mínimo vital), vías (mejores condiciones físicas, amplitud, conectividad, reducción de peajes); transporte público (buenos operadores, horarios, bajos costos, habilitar otros modos de transporte); impuestos (equitativos, obedecer a una justicia social); política (participación ciudadana, reducción de miembros del congreso y sus salarios, para una mayor inversión de los dineros); seguridad (reducción de homicidios, atracos, hurtos, extorsiones, bandas criminales, etc.); justicia (equitativa, accesible, justa, eliminar la impunidad); etc.
En todos estos espacios o factores, la ética, y la moral deben ser procesos transversales. El resultado final es un mejor rendimiento social y posiblemente ser ejemplo para otras sociedades.
Para mí es la construcción del paraíso terrenal, donde todo el mundo tiene cabida y un excelente bienestar (psicológico, sociológico, fisiológico, ambiental, ecológico, etc.), sin discriminación.
En consecuencia, nos debemos detener en analizar, sus programas de gobierno y comparar estas propuestas, para luego tomar la mejor decisión.
La relación que tenemos los ciudadanos frente a nuestros dirigentes, en cierta medida, es una relación fetichista; que debemos eliminar. Creemos que, en este tipo de relación social, materializada con su elección, les debemos brindar devoción, por haberlos elegido, lo cual nos determina, como objetos de aplicación o no de sus proyecciones.
La verdad es que ellos son nuestros objetos, en tanto que nosotros fuimos los determinantes de su elección y deben cumplir con sus propuestas y peticiones que se han elaborado en las diferentes formas de expresión o manifestación social, comunitaria, laboral, sindical, organizacional, etc.
Los diferentes partidos, coaliciones o independientes, buscan introyectar en nuestras mentes unos tipos de ideologías de izquierda o derecha y sus diferentes matices. La ideología vista como un síntoma (Zizek, formación en el inconsciente) y este, a su vez como una aglutinación de significados, son nada más que la conciencia, sobre algo posible; que dará contexto a mi vida y a la vida de los demás. Esta posible realidad es una relación intersubjetiva.
Lo malo de esta situación, es que nos ponen a escoger entre la izquierda y la derecha (su variedad de matices no tiene significado para mi).
A esta altura es importante entender, que para tomar una decisión se requiere que les propongan a las personas tres (3) opciones. Si existe una sola opción, eso es sometimiento, dictadura, autoridad que impone su voluntad.
Si hay dos (2) opciones, ambas pueden ser buenas o malas, es una polarización. Mateo (12:30) decía, el que no está conmigo está en mi contra (eso es lo que nos están haciendo percibir).
Se evidencia que esto es un dilema, y para tomar la decisión se debe recurrir a la moneda (cara o sello). Cuando existen tres (3) opciones, podemos hablar de una verdadera decisión. Permite determinar relaciones de intersección (elementos comunes), inclusión (algunos elementos de una opción se encuentran en la otra opción) y disyunción (los elementos de las opciones no tienen elementos comunes).
Lo anterior señala, de acuerdo como yo veo la situación, que nosotros somos capaces de crear una nueva ideología, (no izquierda, no derecha) colombiana y poder evidenciar excelentes resultados sociales. En consecuencia, somos capaces de hacer uso de la inteligencia social.
Los candidatos que se nos presentan hoy día, lo que hacen es desbaratar los discursos de sus competidores, y dañar su imagen, como personalidad, que construyen y la dan a conocer como contrarios, opuestos, enemigos, destructores, delincuentes, estafadores, corruptos.
Para ellos es mejor divulgar y popularizar lo malo, de su opositor y ocultar todas sus buenas acciones. No realizan lo que verdaderamente se llama crítica. Se centran netamente en la forma y no en el contenido significativo (sustancia) de lo que es el discurso. Será que elaboran son proyecciones (psicología – mecanismo de defensa).
Es decir, identifican sus propios defectos, incapacidades, ineficacia, vicios, maldad, vileza, etc. achacándoselas o transfiriéndoselas al otro.
En este orden de ideas, nuestro voto (ladrillo, desde lo subjetivo) viene a ser parte o elemento clave para la elaboración de una estructura a priori de la síntesis social (suma de nuestros significados de sociedad incluyente, libre y equitativa).
En consecuencia, la persona o personas sin importar sus orígenes, culturales, nivel intelectual, raza, genero, estrato social y demás características sociales, cuando se personifican como seres políticos, lo que deben hacer es convertirse, visiblemente y éticamente, como un portador de su función social, que le fue otorgada por unos votos. En otras palabras, lo que es real, él (per se), se transforma o convierte en una abstracción real.
Sus sentimientos, razonamientos no deben ser la materialización de las motivaciones de un clan, grupo, organización, élite, rosca. Estos deben ser el resultado de un sentir común (intersubjetivo) y mayoritario (cabida para todos). Muy bien lo decía Slavoj Zizek, filósofo, psicoanalista y crítico cultural esloveno, frente al concepto de ideología.
Para él, es una realidad social cuya existencia implica el NO conocimiento del pensar de sus participantes, en lo que se refiere a su existencia (racionalidad personal que oculta sus fundamentos, conflictos de poder).
La ideología, es un conjunto de ideas (correspondencia de intersignificados, sentido común), provenientes de los ciudadanos, que se deben expresar en los aparatos ideológicos del estado y su materialización se debe reflejar en las buenas prácticas sociales.
La ideología es la evidencia racionalizada de la posición subjetiva (motivos) de su pensar y hacer de los ciudadanos. Pero los contenidos, de la racionalidad o representaciones deben ser objetivos y no fantasías, que algunos politiqueros nos quieren vender.