El voto en blanco candidato que no tiene cara, pero con voz fuerte para lograr votos, llega al tarjetón de elecciones una vez más con el propósito de arrebatarle a los políticos y partidos los votos que siempre les aseguran sus curules. El partido “sin rostro”, se ha encontrado en boca de todos, debido a su repentina aceptación.
El candidato “invisible” tiene preocupados a los aspirantes de todos los partidos políticos, pues paso del 3% en las anteriores elecciones a un sobresaliente 40% en las últimas encuestas. Las cifras que lo representaron en esta ocasión en las elecciones 2014 fueron de un 5,41% del total de electores.
Gustavo Bolívar, vocero líder del voto en blanco, afirmó en algún momento que si este pudiera derrotar a los actuales candidatos, pasan los que superen el umbral aunque haya una pequeña infamia, pero se espera una segunda vuelta con otros candidatos, es decir se estaría en contra de los generales de la corrupción, así en una segunda instancia donde el voto en blanco ya no tiene incidencia, se vuelve a votar en blanco para que esas personas que los partidos lancen para remplazar a estos derrotados, salga sin votos, sin legitimidad, si el permiso de la ciudadanía, porque esa es la labor del voto en blanco, quitarle el permiso a los corruptos que delinquen.
“Cuando la gente sale en masa colectivamente a rechazar una clase política, que es lo que está haciendo con el voto en blanco, es porque no los quiere ver ahí”, dijo Bolívar.
Otro efecto de la “ola blanca” se daría en las elecciones presidenciales del 25 de mayo, porque no se podrán lanzar los mismos candidatos inscritos “No se podrá reelegir a Santos, ni Zuluaga podría postularse” afirmó Gustavo Bolívar.
Aunque nada de esto ocurrió, el voto en blanco sigue siendo un elemento de participación política muy poco utilizado por los electores colombianos, los promotores del voto en blanco creen que esto se debe a la falta de información de los ciudadanos sobre la función que tiene y por eso no es tomado como una opción efectiva.
Mayoría simple y absoluta: ¿qué alternativa?
En la reforma política del 2003 se estableció que para lograr que el voto en blanco tuviera validez, tenía que lograr “la mayoría absoluta”, es decir el 50% más uno de la totalidad de los votos.
Jaime Caicedo candidato al Senado afirmó, que así sea por mayoría absoluta, la forma como redactada esa parte de la ley implica que solamente juega el voto en blanco o tiene efecto para los que no pasan el umbral, y los partidos que logren pasarlo son las mayorías, las que compran votos, las que tienen maquinaria desde el poder del estado, pues no tendrían problema y el voto en blanco no les haría ningún daño.
Pero para que al voto en blanco se le atribuyera un mayor valor legal y tuviera una alta utilidad política, la palabra “mayoría” debía ser “absoluta” pero no se le atribuye una mayoría “simple”. En la reforma constitucional de 2009, se dijo que la mayoría absoluta debía acabarse y se establecería la mayoría simple de cualquier elección, siendo también establecida para el voto en blanco, es decir que pueda ganar con un solo voto.
El voto en blanco cobraría vigencia para dar una oportunidad pacífica de cambiar el sistema electoral en el país, reestructurando el panorama del congreso. Así que los ciudadanos que promueven el voto en blanco no tienen la opción o quiebre para equivocarse, si esperan ganar tienen que hacer el mayor esfuerzo de crear una mayoría absoluta, es decir el 50% más un voto.