¿Hasta cuando los colombianos debemos asistir al triste espectáculo de la guerra sucia entre campañas políticas y al enfrentamiento SANTOS-URIBE?
Realmente, es la pregunta del millón. Digamos que constituye una vergüenza nacional -y lo decimos de frente- que todo un expresidente y ahora senador electo, y un presidente en ejercicio, diariamente se lancen diatribas y jueguen a ver quien convence a los ciudadanos de tener la razón. Pero la cosa no ha parado ahí, ahora la situación linda con el Derecho Penal: se habla de ingreso de dineros calientes en la campaña 2010 de Santos, quien anuncia denuncias por calumnia, y finalmente, se acusa al Fiscal General de ser “jefe de debate” de Santos.
Al decir de Alvaro Uribe, como la justicia no le brinda garantías es válido abstenerse de presentar las pruebas -si es que existen- de la pretendida donación de dos millones de dólares a la anterior Campaña de Santos, por parte de JJ Rendón, quien a su vez al parecer recibió 12 millones del narcotráfico. Esto es el comadreo a su máxima expresión: ¿donde están las pruebas? ¿Porqué no las divulga públicamente?
Como es posible que campañas que al parecer utilizaron hackers para chuzar a sus contrincantes y cuentan entre sus filas a quienes no vacilan en atacar la honra y el honor de los demás acudiendo a afirmaciones tendenciosas, o que supuestamente tuvieron asesores que recibieron dineros calientes, pretendan gobernar a Colombia, sin hacer un sano debate de ideas y propuestas? ¿Qué podemos hacer los votantes de a pié para escoger el mejor candidato si a pocos días de las elecciones no conocemos sus propuestas programáticas?
La respuesta no puede ser otra. En lo personal y respetando, naturalmente, la opinión del amable lector, la opción es una sola: VOTAR POR EL VERDADERO CANDIDATO CIUDADANO: EL VOTO EN BLANCO.
Recordemos que para elecciones unipersonales, el efecto del triunfo del Voto en Blanco es la repetición de las elecciones aunado a que no pueden volver a presentarse los mismos candidatos.
Acudamos entonces a la llamada revolución silenciosa, y cambiemos a Colombia, porque a pesar de ser, -como decía nuestro recordado Nobel- una generación condenada a cien años de soledad, todavía podemos tener una segunda oportunidad sobre la tierra.
@lusitorey7
