Según los estudiosos del tema, existen cuatro tipos de votos:
1) El voto de quienes se identifican con las ideas y programas de un candidato o se sienten atraídos por la persona sin tener ningún vínculo previo con el candidato o su partido (voto de opinión).
2) El voto por el candidato que puede conseguir cosas específicas a cambio de su apoyo (voto interesado o clientelista).
3) El voto señalado por un líder carismático —por el que diga Uribe, por ejemplo— (voto carismático).
y 4) El voto por el candidato que ha escogido el partido al que pertenece el elector (voto disciplinado).
En Colombia, podría decirse que desde el fin del Frente Nacional, una buena parte de la gente siempre ha votado personas. No por proyectos políticos. Si fuera por proyectos políticos, los partidos, que son los que representan esos proyectos políticos, mantendrían un caudal electoral más o menos constante.
¿Los 540.783 votos que obtuvo Antanas para el Senado fueron por el proyecto político de la Alianza Verde? No. Fueron por Antanas Mockus. O ¿los 864.856 votos de Uribe para el Senado fueron por el proyecto político del Centro Democrático? No. Fueron por Álvaro Uribe. (Si los electores de Uribe pertenecientes a los estratos bajos se hubieran tomado el tiempo de conocer el proyecto político del uribismo, jamás hubieran votado por Uribe). ¿La gente se abstuvo de votar por el proyecto político de Germán Vargas Lleras? No. Se abstuvo de votar por Vargas Lleras, sin importar cuál fuera su proyecto político.
El voto de opinión ha sido generalmente un voto a favor de personas. No pertenece a ningún partido ni permanece fiel a un solo líder. Va migrando de jornada electoral en jornada según los diferentes candidatos que en cada oportunidad logren concitar sentimientos de atracción.
En el contexto de la primera vuelta presidencial, es claro que el universo de votantes por Sergio Fajardo pertenece a dos tipos de votantes.
1. Aquellos que votaron por sus ideas y programas o atraídos por su persona pero que no tenían vínculo previo con ninguno de los partidos que apoyaron su aspiración (voto de opinión).
2. Aquellos que votaron por Fajardo porque fue el candidato escogido por sus partidos (Polo, Alianza Verde y Compromiso Ciudadano).
De los tres partidos que apoyaron a Fajardo, solo el Polo tiene una parte de militancia real, inscrita, disciplinada e ideológicamente formada. Los otros dos, Verde y Compromiso Ciudadano, son partidos de voto de opinión, lo mismo que una parte del caudal electoral del Polo.
Es evidente que sumados ni el Polo ni el Verde ni Compromiso tienen en sus filas matriculados a 4.589.696 votantes. Entonces, ¿de cuál de estos grupos de electores proceden la gran mayoría de esos votos. Fácil, del voto de opinión.
En esta oportunidad, quien logró atraer buena parte de los votos de opinión fue Fajardo. La otra parte del voto de opinión es evidente que se fue con Petro, porque la izquierda nunca ha tenido matriculada en sus filas 4.851.254 militantes, menos con lo dividida que se encuentra ahora.
Retirado Fajardo de la contienda, sus votos de opinión volvieron automáticamente a dispersarse. Algunos de esos votos, dependiendo de la parte del espectro político con que se más identifiquen, irán hacia Duque o hacia Petro, pero muchos otros quedarán en el aire, a la deriva. Algunos de estos últimos, siguiendo lo dicho ya por el propio Fajardo, por la dirigencia de Alianza Verde y parte del Polo, optarán por el voto en blanco.
En la primera vuelta del pasado 27 de mayo, la mayoría de los colombianos no escogieron necesariamente dos proyectos políticos como los ganadores. Escogieron dos personas: a Álvaro Uribe en cabeza de Iván Duque y a Gustavo Petro.
En igual sentido, la mayoría de quienes votaron por Fajardo no votaron necesariamente por su proyecto político, sino por la persona de Sergio Fajardo. Por ello, esa parte del voto de opinión etéreo, migrante, libre e indefinido, difícilmente votará por Duque o por Petro en la segunda vuelta, a menos que alguno de ellos logre concitar fuertes sentimientos de atracción, lo cual a estas alturas es muy difícil.
Sin embargo, pasando Duque y Petro a la segunda vuelta, ambos candidatos y sus seguidores se han estado esforzando desde el pasado domingo y lo seguirán haciendo a lo largo de estas tres semanas por atraer esa parte del voto de opinión que estaba con Fajardo pero quedó ahora suelto. Pero, ya lo dije arriba, como el voto de opinión solo se mueve en pos del candidato seductor de turno, es imposible su endoso a menos de que el candidato endosatario logre a su turno motivar los mismos o similares sentimientos de atracción. Y como ni Duque ni Petro lograron en primera instancia generar los sentimientos apropiados, ya no podrán atraerlos a sus toldas. Así que es vano todo intento por lograr el apoyo de ese voto de opinión etéreo, migrante, libre e indefinido, que en consecuencia terminará no votando en la segunda vuelta o votando en blanco.
Muchos de los electores de Fajardo jamás votarán por Álvaro Uribe ni directa ni indirectamente; pero tampoco votarán por Petro, sea cual sea su proyecto político, simplemente porque jamás votarán por Gustavo Petro.
El voto en blanco se abre entonces como la opción libre, democrática y de protesta pacífica con que cuentan, no solo los electores de Fajardo sino los de otros candidatos, para expresar que ni Duque ni Petro los representan. ¿Quién resultará elegido? Eso solo lo definen los electores de Duque y de Petro. Quienes opten (optemos) por el voto en blanco no pueden ser señalados, ni por los unos ni por los otros, como responsables de su triunfo o su derrota.