El acompañamiento pedagógico virtual a docentes no surge con la llegada del virus actual que fustiga el planeta, este se viene desarrollando en diversas estrategias comunicativas para sistematizar experiencias pedagógicas, en la conformación de redes y comunidades de aprendizaje, en clases virtuales y otras maniobras expresivas del siglo XXI. Ello permite reflexionar esta plausible actividad que se desarrolla con docentes de básica y media que buscan mejorar la calidad de las practicas pedagógicas, profesores que yacen instalados en sus hogares viviendo una experiencia pedagógica sin igual, puesto que un porcentaje importante de maestros en estos días se encuentran venciendo algunos temores a la cibernética y la virtualidad, resolviendo inquietudes en relación a los técnicas de comunicación, descubriendo quizás ejercicios creativos para trabajar con sus estudiantes y se hallan en un instante de ilustración y práctica intensa, otro porcentaje de docentes está refrescando sus conocimientos en las diferentes herramientas digitales para estar a la par de la exigencia del momento histórico y de la “nueva modalidad” de educación virtual.
Lo anterior es un terreno propicio para recordar al gran poeta y maestro Homero, uno de los portadores de la antorcha cultural en la antigüedad occidental, quien fue el creador de un modelo educativo comunitario donde develaba sus conocimientos y reflexiones propias a los demás miembros de las polis griegas, un hombre cercano a la ciudadanía y contrario al gran filósofo y coterráneo Platón, quien proponía el modelo educativo del distanciamiento, en el que la separación social fuese la piedra angular, la erudición del gurú fuese la única voz respetable, y el alejamiento entre conocimiento y acción fuesen necesarias; pues bien, en este choque de titanes pedagógicos sería un buen momento para tomar postura, rescatar y extender el espíritu homérico en el acompañamiento pedagógico virtual a maestros.
Gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación y la información y el modo en que podemos ocuparnos de ellas permite abordar un acompañamiento pedagógico a docentes que se centra esencialmente el talante humano de la interacción entre pares. Siendo esto un trabajo mancomunado formativo en el que maestros y maestras puedan mostrar su potencial desde su participación activa, dado que ellos desde su experiencia pedagógica personal han obtenido logros didácticos y por ende tienen algo que contar e inequívocamente quieren compartir como actores fundantes de la educación. En ese orden de ideas, acompañar significa escuchar, y ahí la diferencia con otros espacios de formación docente desde la compañía pedagógica virtual, quien llega a constituirse en un espacio de autoorganización de los maestros, promoviendo posibilidades de encuentro.
La virtualidad pues permite visualizar de otra manera el acompañamiento y aporta considerablemente a las reflexiones académicas conllevando también a los maestros a despojarse de esos modelos estereotipados y arraigados en los procesos de enseñanza, a comprender que no siempre los otros profesores están presentes, y en este modo de apoyo uno de los elementos significativos es que con un instante de presencia también se pueden alcanzar mucho en materia de los intereses pedagógicos que se trabajen, efectuando retroalimentaciones mutuas y en lo posible conociendo un poco más al otro aunque no parezca sencillo, esto si se recapacita sobre que saben los maestros de los otros; de ahí que la escucha se constituya en un baluarte porque sobre ella se actúa. Así que conforme la relación que tengan los docentes con las tecnologías estas les va a permitir posicionarse en otros lugares o repetirse permanentemente en un círculo anacrónico.
Es sustancial señalar que el sistema educativo moderno ha sido profundamente vertical, los docentes han buscado la manera de mirarse entre sí, muy a pesar de múltiples iniciativas de apoyo que han propendido ese objetivo que si bien han sido malos, también revelan cierta languidez en términos de trabajo conjunto y de familiaridad; sumándose a ello la desconfianza, otro factor no menos importante toda vez que la construcción histórica de la modernidad ha estado marcada de alguna manera por la idea hobbesiana que “el hombre es lobo para el hombre” edificándose un modelo de relación social apoyado en la suspicacia, y hay que entender que ninguna situación real en la vida ocurre exclusivamente en la desconfianza, de ahí que miedo y el maestro no pueden ser idénticos, de lo contrario las diferentes iniciativas pedagógicas de los docentes asegurarían la derrota.
Colombia cuenta con una gran variedad de docentes en la basta geografía nacional, que ejercen su práctica en lugares muy desiguales, ejemplo de ello, los maestros rurales quienes en gran proporción no tienen una buena señal de wifi y no pueden acceder a las plataformas que entre otras cosas son muy completas y fáciles de manejar, pero con todas las adversidades desarrollan experiencias pedagógicas singulares, obteniendo metas didácticas diversas, forjando otras representaciones frente a los planteles educativos; generándose una complejidad de consideraciones que a fin de cuentas es lo que permite la nutrición y acercamiento entre pares. Todos los maestros tienen algo que aportar y compartir, hasta las vicisitudes (la imposibilidad de la conexión) y conflictos que no son pocos porque en la realidad social y educativa no todo ocurre en la misma dirección, siempre hay atascos.
Lo anterior no escapa a este modo de seguimiento porque ocurre que desde el apoyo se organizan actividades y salen acciones y resultados distintos, y no es recomendable caer en la obstinación de la perfección, dado que a veces lo que se descubre en la contingencia puede ser una contribución relevante en el proceso formativo de los docentes permitiendo un disfrute de ello; después de todo, algunas celebraciones memorables de dan porque no hubo cabida a la obsesión en su organización. Dicho esto, queda claro que en el acompañamiento pedagógico virtual de lo que se trata es de crear confianza, de saber y comunicar que el cambio se está produciendo todo el tiempo.
En relación, al profesional acompañante su lugar es la de un anfitrión moderado, uno más que se pone a disposición de los maestros, no es un gurú que llega a ubicar a unos despistados, no es un exhibicionista, no posee el saber porque este es una edificación grupal de maestros.
Recapitulando, este momento histórico permite mirar el acompañamiento pedagógico a docentes desde la virtualidad de forma distinta y como una oportunidad de mejorar, de caer en cuenta en la necesidad de afianzamiento de las trasformaciones del espacio y tiempo que la cibercultura ha producido en la vida humana, utilizando la gama de posibilidades que esta ofrece, venciendo los temores que pueden llegar a producir un ordenador y sus herramientas digitales más recientes, para situarse por encima de la realidad, robusteciendo un modelo de relación social donde prime la confianza y el acercamiento, se aprenda de las vicisitudes y el acampamiento pedagógico virtual sea abordado desde la perspectiva Homérica continuando en el robustecimiento de uno de los pilares que se persigue en todo proceso de apoyo a maestros y es la conformación y solidificación de redes y comunidades de aprendizaje. El virus pasará y lo que aprendamos y hagamos no estará demás.