¿El virus del capitalismo o el virus capitalista?

¿El virus del capitalismo o el virus capitalista?

Una mirada que plantea a Colombia como punta de lanza de la legitimación de necropolíticas en América Latina

Por: Omar Antonio Diaz Botiva
abril 07, 2020
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
¿El virus del capitalismo o el virus capitalista?
Foto: Pixabay

Estos últimos días, pese a atravesar un momento histórico complejo, donde una enfermedad tiene contra las cuerdas a la sociedad global, se generan momentos de excepcionalidad frente a esta emergencia de carácter médica para establecer Estados de Excepción (Agamben & Gimeno Cuspinera, 2010) bajo los cuales los gobiernos pueden desarrollar una serie de políticas que generalmente van en contra del bienestar de la población en su mayoría popular, buscando proteger intereses particulares de aquellos que invirtieron en las elecciones gubernamentales; siendo así, nosotros los individuos que conformamos el cuerpo social pasamos a definirnos bajo la lógica del homo sacer que expone Agamben en el libro antes citado, aquella en donde la vida humana entra en el régimen jurídico únicamente bajo la forma de su exclusión (es decir la posibilidad absoluta de que cualquiera le mate) sugiriendo un reordenamiento en nuestra forma de entender el mundo y la sociedad.

Si bien es cierto los grandes pensadores contemporáneos han expuesto a través de las redes sus planteamientos frente a la crítica situación que atraviesa el mundo gracias al SARS-CoV-19 que ha llevado a la idea de sociedades distópicas como una aproximación cercana a lo que ocurre actualmente, pensadores como Byung Chul Han, Slavoj Žižek y otros han dejado de lado los planteamientos de Giorgio Agamben y Achille Mbembe para analizar el momento actual y las acciones de los Estados bajo este estado de excepción.

Es cierto como expone Žižek que el SARS-CoV-19 asestó un golpe al capitalismo, pero exagera la consideración de “mortal”, como dice Byung Chul Han en respuesta, el capitalismo volverá más fuerte, y estamos empezando a ver este enorme ajedrez político que inició en el continente asiático y terminará en América, específicamente en América Latina, contextualicemos.

El análisis desarrollado tanto por Han como por Žižek se enfocan en un tipo de Estado que existe bajo el ideal de “la administración de la vida” esto como idea del desarrollo liberal propiciado en el territorio europeo y que tras dos guerras mundiales da forma al “estado de bienestar”, Estado que garantiza y protege los derechos humanos, pero que bajo la misma lógica, dispuso de sus recursos médicos a manos privadas guiados bajo la lógica neoliberal en donde la reducción del Estado a su mínima expresión es el objetivo común, llevando a que al momento de afrontar este tipo de situaciones los Estados se queden cortos en recursos, desembocando en la no suficiencia de los sistemas médicos y hospitalarios de los países frente a la emergencia que  legitima el ejercicio de necropolíticas contra su misma población, esto lo estamos viendo en los casos de España y especialmente Italia en donde los galenos se vieron ante la insuficiencia del sistema a decidir “quién puede vivir y quién debe morir” (Mbembe, 2011) bajo la lógica de la excepcionalidad.

Byun Chul Han habla de la sociedad del control y toma como ejemplo los países asiáticos en donde las condiciones históricas de dominación por parte de diversos imperios a lo largo de la historia siendo más reciente la dominación europea han construido sociedades más disciplinadas y sometidas frente al ejercicio del poder por parte de los Estados incluyendo a la vez su herencia cultural (confucionismo), justificando la pérdida o restricción de sus libertades individuales con tal de superar esta dificultad, es así como se pasa de una sociedad del disciplinamiento a una sociedad del control (Byung-Chul, s. f.) en donde los individuos se ven sometidos a la vigilancia constante por parte del Estado sobrepasando los límites físicos del cuerpo y ejerciendo un control de todos los aspectos de la vida y comportamiento social, una biopolítica que se ejerce debajo de la piel una dermapolítica; la sociedad de control que apoyada en algoritmos y el manejo del big data, vigilan hasta la temperatura corporal de los individuos informando de posibles infectados en su cercanía mediante SMS por parte del gobierno a la ciudadanía, modifican el comportamiento emotivo y social de los individuos, gracias en parte al uso desbordado de los medios de comunicación (Deleuze, s. f.) y la hiperindividualización que lleva al sujeto de rendimiento, para el cual no existe el otro ya que el enemigo es él mismo, a  justificar el accionar de los gobiernos como guarda de mi bienestar individual del cual depende el bienestar general.

¿Cuál es el virus?

Ambas posiciones nos llevan a la reflexión en torno a la primera parte del título: ¿el SARS-CoV-19 es el virus del capitalismo? Y he de confesar que en este punto encuentro gran cercanía con lo dicho por Han en su publicación del 22 de marzo en El País en la cual expresa que, contrario a lo planteado por Žižek este no da un golpe mortal al sistema, es más intensificará su fuerza; cabe recordar que una de las características que ha demostrado el sistema es la adaptabilidad al cambio, a la captura de todas aquellas líneas de fuga (Deleuze & Guattari, 2002)  que surgen dentro del sistema para fortalecer aún más el control social.

Bajo estas ideas, ¿es el capitalismo el virus? Y siendo justos con Žižek que plantea una reformulación del comunismo internacional que vendría gracias a los procesos de solidaridad que nacen de esta época de crisis (Sopa de Wuhan ASPO.pdf, s. f.); así como al hacer un ejercicio de memoria y tomando en cuenta el desarrollo histórico del sistema capitalista en el mundo gracias a procesos de neocolonización o imposición armada del modelo en diferentes latitudes del planeta, la consideración de virus al sistema capitalista puede ser cercana a la realidad. ¿Por qué tardaron tantos países capitalistas en poner en acción planes de contención?, ¿por qué los individuos que pertenecen a estos países, pese a las advertencias gubernamentales decidieron, salir, viajar, romper las medidas sugeridas sobreponiendo el bienestar individual sobre el general? El sistema social nos ha diseñado en sujetos de obediencia, con un grado de apatía gracias a lo organización social hacia el otro que, legitima la muerte de éste como garantía de la vida propia (Mbembe, 2011); llevando al punto que nuestras relaciones sociales se enmarcan en el desarrollo de relaciones comerciales.

El subtítulo

Al principio del texto se hace referencia al homo sacer como aquel ser cuya muerte no tiene valor es decir todos aquellos que llenaremos de alguna u otra forma los cuadros estadísticos de los gobiernos ubicándose en la nuda vida (Agamben & Gimeno Cuspinera, 2010) aquella donde cualquiera puede decidir sobre la continuidad o no de la vida del otro, el resultado de un ejercicio del poder que consiste en dividir la vida, clasificarla y catalogarla acorde a sus necesidades; el ser humano es quien concibe la desnudez, y rompe con esto gracias a lo anteriormente dicho, pero dicho sea de paso, esta separación se da entre los individuos de la sociedad, es decir, se conciben a sectores sociales como desechables, vida sin valor, homo sacer. 

Las acciones conjuntas de ambos Estados a lo largo del tiempo da muestra del ejercicio de necropolíticas en el territorio que se enmarcan desde la cooperación y acción contra los carteles de la droga a lo largo del siglo XX, en este sentido la condición de Nuda Vida impuesta a la sociedad vive una constante reivindicación gracias a la ficcionalización de enemigos cíclicamente, que condiciona a la sociedad a reivindicar y valorar a la otredad como objetivo de eliminación gracias a las acciones durante estados de excepción por parte de cada gobierno, podemos ver el despliegue de estas a lo largo de la historia reciente, para mencionar dos ejemplos, en Colombia las ejecuciones extralegales denominadas falsos positivos y las incursiones armadas de EE. UU. en medio oriente.

Bajo este marco observemos las acciones recientes de los Estados Unidos y países aliados en el territorio; hace cuatro días Donald Trump movilizó tropas a los límites con Venezuela tras haber confirmado una recompensa  de 15 millones de dólares por Nicolás Maduro presidente del país que tomaremos como el punto de enlace de esa sociedad de control oriental con la región; al cual llegan “ayudas humanitarias” para hacer frente a la emergencia de la pandemia, socios estratégicos que gracias a su sistema de vigilancia ha posibilitado el control de todo movimiento de los individuos sociales gracias al big data, algo que EE. UU. no ha sabido manejar lo cual ha convertido al país en el foco actual del virus, presentando decesos e infectados por encima de las estadísticas chinas (vale aclarar que el manejo estadístico puede ser objeto de manipulación para dibujar una realidad al cuerpo social que nada tiene que ver con lo real).

Bajo la excusa creada en los setentas por Reagan de combatir el narcotráfico en medio de un Estado de excepcionalidad (crisis del petróleo en los setentas), se legitimó el accionar contra los grupos que inundaban de droga el territorio norteamericano, un sofisma de distracción que se está implementando nuevamente desde la Casa Blanca, pero con una característica particular, esta vez movilizándose al sentir que su hegemonía en la región se pueda ver afectada gracias al ingreso de ayudas por parte de China a través de Venezuela en donde Colombia, Brasil y Chile  juegan un papel primordial en la contención y mantenimiento del poder soberano norteamericano impuesto históricamente en la región.

El despliegue de tropas y ejercicios militares que desde el pasado 3 de abril se observa a través de redes sociales podría ser un abrebocas de lo que se avecina en el panorama, una posible acción de la OTAN en la región; el 26 de marzo Francia envía el buque anfibio Dixmude de guerra a las Antillas y el Reino Unido envía un dia despues de los anuncios de Trump el buque RFA Argus de doble funcionalidad, buques con capacidad armada y que se pueden convertir en hospitales ¿tal vez la reafirmación de la soberanía sobre estos territorios por parte de los países de la OTAN implica la posibilidad de un conflicto por el control de los recursos de la región?; en donde sin importar la crisis viral se reafirma el sentido de prevalecer la economía por encima de la vida sometiendo a la región a una doble encrucijada siendo objeto de una doble violencia, la amenaza viral biológica y la violencia directa de la guerra; en este sentido las vidas de quienes habitan esta parte del mundo se significa desde el homo sacer.

Colombia atraviesa una situación crítica gracias a este panorama, el 23 de marzo expidió el decreto 457 que establece el aislamiento obligatorio por 19 días, decisión que surge gracias a la presión de alcaldes y gobernadores que días antes ya habían decretado en diferentes partes del territorio nacional el “toque de queda” para frenar el contagio, situación que puso al gobierno contra las cuerdas y en un acto de legitimación del poder soberano en el territorio, anuló estas medidas excepcionales, para reafirmarlas mediante decreto presidencial dentro del desarrollo del plan de contención a la crisis del SARS-CoV-19, sumado a esto se conoce el 27 de marzo que la máquina para desarrollar el análisis de las pruebas del INS (Instituto Nacional de Salud) sufrió una avería lo cual retrasa el análisis y el cálculo estimado real de los casos dada la disminución de análisis de pruebas.

Frente a esto el gobierno de Venezuela ofrece a Colombia dos máquinas chinas del apoyo enviado por este país para el desarrollo de pruebas y plantea un apoyo binacional para hacer frente al SARS-CoV-19, situación compleja para el país gracias a su afinidad con el gobierno norteamericano y la firme decisión gubernamental de apoyar a Juan Guaidó; llegando a un acuerdo mediante la OPS (Organización Panamericana de la Salud) para la recepción de las máquinas, pero casi al unísono se da la movilización norteamericana hacia la frontera con Venezuela, generando supuestos despliegues de sus fuerzas en territorio colombiano, sumando a esto la declaración de la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, en donde afirma que Colombia no aceptó la ayuda a través de la OPS.

Para finalizar

Este juego político desatado en el mundo por el estado de excepción global gracias a la pandemia podría mostrar un claro ejemplo de distracción sobre el accionar en el territorio propio, a la fecha Estados Unidos presenta cifras récord gracias al mal manejo dado por el presidente a la crisis, de igual manera, en el territorio nacional se exponen unas cifras dudosas gracias al no desarrollo oportuno y rápido de las pruebas, dándole al gobierno la razón a los ojos del mundo y de sus ciudadanos, para promover nuevas medidas enunciadas como “aislamiento inteligente” buscando favorecer los intereses de los gremios nacionales para la reactivación de la economía, una lógica similar a la adoptada por Trump.

Estamos frente a dos Estados en los que priman los intereses económicos y políticos por encima de la vida, el poder de los gobiernos de establecer los Estados de Excepción, que como sugiere Agamben (Sopa de Wuhan ASPO.pdf, s. f.) el Estado de excepción es la forma normal del gobierno, Estados que justifican desde este el ejercicio de políticas que ven al otro como desechable y sin valor más allá de su capacidad productiva como en la película in time, aceptando y justificando la muerte del otro como necesario, decidir quién puede vivir y quién debe morir.

Decisiones de Estado nada extrañas en ambos países, en Colombia somos testigo de esto al ver casi a diario el asesinato constante de líderes sociales en las regiones del país sumando nuestra construcción histórica dentro del conflicto armado en la cual, a lo largo del desarrollo histórico del Estado se ha ejercido políticas de muerte sobre el otro (Colombia y la violencia que siempre fue, 2019); Estados Unidos ha ejercido su poder en el mundo bajo los ataques de falsa bandera para el control de los recursos y mantenimiento de un sistema que prioriza la economía sobre la vida, ambos Estados ejercen necropolíticas como mecanismo de control, en donde los el ejercicio de la muerte y el constante Estado de Excepción son  la cotidianidad siendo validados por varios sectores de la población, recordemos que Donald Trump se encuentra en disputa por la reelección y que Iván Duque que enfrentaba niveles altos de desaprobación por su gestión en el gobierno antes de la pandemia busca reactivar la economía velando por los intereses gremiales por encima de la vida de los sectores populares de la sociedad.

La posibilidad latente de conflicto en la frontera con Venezuela sumada a la crisis por el SARS-CoV-19 dibuja un panorama nada alentador para la región y el país, retomando lo que se menciona con anterioridad el desarrollo de un conflicto armado en la región sumado a la crisis biológica latente dispara el ejercicio de políticas que condenan a la muerte a los sectores populares de la sociedad que son quienes en su inmensa mayoría ven en el servicio militar una forma de sustento para sus familias, seguido a esto,  en Colombia la idea de “cuarentena inteligente” expone a los sectores populares que se movilizan aún hoy en día en sistemas de transporte público, a un peligro potencial de contagio, que al igual que la renuencia del presidente norteamericano privilegia el sostenimiento de un modelo económico que nos convierte en objetos de producción, sacrificables tanto por el SARS-Cov-2 como por un posible conflicto armado en la frontera con Venezuela, la punta de lanza del ejercicio de necropolíticas a nivel general en la región.

Posdata

Tras la alocución presidencial del día hoy, se establece una extensión de 14 días al “aislamiento preventivo obligatorio”, siendo evidente la descoordinación en el discurso entre presidente y ministros; mientras el líder del ejecutivo habla de la extensión del periodo sus ministros hablan de medidas inteligentes para reactivar la industria; a parte de la necesidad de extensión de la cuarentena para poder cotejar más datos sobre la curva del virus dado el retraso en la obtención de la información y aplicación de pruebas, catorce días permite dar un panorama más cercano a la realidad de análisis sobre el comportamiento del virus más no implica un cambio en la prioridad del gobierno y la economía nacional de reactivar la industria para minimizar las pérdidas, tras estos 14 nuevos días de cuarentena ¿surgirá el “aislamiento inteligente” bajo un nuevo eufemismo?

Referencias

Agamben, G., & Gimeno Cuspinera, A. (2010). Homo sacer: El poder soberano y la nuda vida. Pre-textos.

Byung-Chul, H. (s. f.). La sociedad del cansancio. 81.

Colombia y la violencia que siempre fue (2019, noviembre 16). Las2orillas.

Deleuze, G. (s. f.). Posdata sobre las sociedades de control. 4.

Deleuze, G., & Guattari, F. (2002). Mil mesetas: Capitalismo y esquizofrenia (5. ed). Pre-Textos.

Mbembe, A. (2011). Achille-mbembe-necropolc3adtica-seguido-de-sobre-el-gobierno-privado-indirecto.pdf. Melusina.

Sopa de Wuhan ASPO.pdf. (s. f.). Google Docs. Recuperado 5 de abril de 2020.

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