La verdad, el expresidente debería tomarse una tonelada de valeriana. Cada vez lo veo más alterado, nervioso, y parece que la falta de calma serenidad y autocontrol le está ganando la batalla. Recuerdo que en sus buenos tiempos el patriarca tenía temple, guardaba la compostura y de vez en cuando nos regalaba una de sus sonrisas forzadas. Además, tenía voz recia y hablaba con fluidez. Hoy por hoy, tartamudea cuando pronuncia la palabra tiranía. Y es de mal gusto porque el expresidente debería aprender a decir al menos en buen castellano la tragedia que padece el pueblo colombiano: su ti-ra-ní-a.
En todo caso, ayer me tomé la molestia de observar el video en mención y quedé de una pieza. No se parece en nada al Uribe que yo conocía. El amable y decente público porque es muy desprevenido y no se fija en los detalles. Pero si repasan los últimos videos que este dulce y tierno abuelo publica sentirán algo parecido a lo que yo experimento: vergüenza ajena. ¿Es que no tiene ya asesores de imagen?, ¿o es que es tan pobre que no tiene quien le dé clases de oratoria?
Por favor, señor Uribe, no haga más el oso. Por ejemplo, esa pretensión de adoctrinar a los españoles me parece patético, y de paso cómico. Sonría doctor Uribe. Como reza el famoso consejo: “la risa, remedio infalible”. Compártanos un video sonriendo, o mejor aún, muerto de la risa… seguro se verá más joven y saludable, y si cuenta con un poquito de suerte repunta su popularidad que anda arrastrada por los suelos. Ánimo muy admirado innombrable, tú puedes. Y quédese tranquilo que lo voy a poner en cadena de oración. Necesito que viva largos años para verlo tras las rejas vestidito con una piyamita bien tierna de rayitas horizontales. Ah, se me olvidaba: si necesita un profesor de oratoria, o un maestro de budismo que le dé lecciones de calma y autocontrol, cuente conmigo. En este exilio al que usted me condenó no me vendrían mal unos cuantos pesos.
Posdata. Mi Dios le pague y le dé el cielo por la hermosura de país que nos deja por herencia.
