“Siento rabia e impotencia”, es la respuesta de doña Mariela Toro, esposa del comerciante de Puerto Venus del municipio de Nariño que fue condenado a veintitrés años de prisión por delitos que públicamente han confesado alias Rojas y Karina de las Farc, pero que paga Javier Cadavid hace diez años en la cárcel de la Paz en Itagüí, muy a pesar de sufrir una enfermedad muy grave que fue dictaminada por Medicina Legal y que el Inpec ha reconocido que no tiene los recursos para su tratamiento.
Los Informantes, del Canal caracol, el periódico El Colombiano, Blu Radio, el periódico El Tiempo y todos los medios del oriente Antioqueño hemos dado cuenta de esta trágica historia.
“El mismo Estado colombiano ha reconocido a mi papá como víctima del conflicto, a través de una resolución de la Unidad Nacional para las Víctimas, pero al mismo tiempo está en la cárcel como victimario, condenado por hechos en los cuales no existe ningún testigo y cuyos reales responsables ya han confesado públicamente y ante los jueces su responsabilidad”, dice Juan Felipe Cadavid Toro, hijo de don Javier, que concluye diciendo: “A mi papá nos lo van a entregar en un ataúd, como entregaron al exalcalde de San Rafael, que también era inocente” .
Y es que don Javier Cadavid padece de una enfermedad pulmonar muy grave que se complica cada día más fruto de la enorme depresión en que se ha sumido en los últimos meses y que llegó a su más alto nivel con la muerte de Eladio Giraldo Morales, exalcalde de San Rafael el pasado 6 de diciembre y quien era su compañero de patio.
Para tratar de salvar su vida, la familia Cadavid Toro ha emprendido un verdadero viacrucis por diferentes oficinas de entidades que puedan ayudar con el caso de don Javier para que no se muera en una celda siendo inocente. Estuvieron en Bogotá en la puerta de la Corte Suprema de Justicia, donde se encadenaron las manos y exhibieron carteles solicitando la pronta liberación de don Javier. Visitaron el Congreso Nacional para pedirle a la bancada antioqueña en la Cámara de Representantes que se manifiesten frente a esta injusticia de la justicia.
En la última semana radicaron ante el Juez 6 de Penas y Medidas una súplica para que permita que don Javier sea tratado en su casa, donde están seguros que: “el amor familiar puede ayudarle a superar la depresión que sufre y hacer más llevadero su enfermedad pulmonar”. Esto lo dice doña Mariela con las lágrimas rodándole por su rostro.
La Procuraduría Delegada para los Derechos Humanos y la Defensoría del Pueblo en Antioquia están coadyuvando en esta súplica y la familia Cadavid Toro espera que en los próximos días sean recibidos por el mismo presidente para solicitarle su intervención.
“Nosotros solo queremos volver a desayunar una arepa con huevos junto a mi padre, como una familia normal”, expresa Santiago Cadavid Toro, el hijo menor de la familia y a quién le ha tocado pasar su niñez y adolescencia sin su padre.
El caso de este “falso positivo de la justicia” ya está en revisión de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia y se espera que pronto sea resuelta la súplica interpuesta ante el Juez 6 de Penas y medidas para que no se repita lo acontecido en San Rafael con su exalcalde Edgar Eladio Morales.