El "viacrucis" de Santa Marta

El "viacrucis" de Santa Marta

Santa Marta ha vivido hace mucho tiempo un viacrucis en todos sus estamentos que por estos días se ha agravado más y que lo podemos resumir en estaciones de penitencia.

Por: Luis F. Ospino
abril 18, 2014
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El

1. Estación
No ha habido un laboratorio urbano para aplicar el modelo neoliberal con todos sus tentáculos que la ciudad de Santa Marta. Vayamos de la misma forma como ingresó don Rodrigo de Bastidas a estas tierras, por el mar. La que en otrora llamarían La Perla de América por tener una de las bahía más hermosas del continente ya quedó en la historia y el rótulo es lo que solo persiste. Porque el mar, su belleza, su vida, sus arenas blancas y todo ese encanto sólo ha quedado grabado en fotografías y en la memoria de generaciones pasadas donde el mar era el epicentro y el suministro de alimento. Hoy sirve para la exportación del carbón, que entre otras la Drummond por ser una multinacional persiste en su afán voraz de extraer y exportar sin requerimiento alguno como es su objetivo, el material que les da ganancia, su oro que nos ha vestido de luto, y ellos lo hacen al costo que sea porque son los funcionarios del orden nacional y local los que tienen que vigilar y controlar con reglas claras dichas disposiciones legales. Supervisar la concesión sin abrir tanto las piernas, sin padecer de xenofilia, porque todavía nos hipnotizan con sus espejitos y siguen explotándonos y contaminado con sus accidentes disimulados: carbón al mar, cemento al mar, ACPM al mar. Y como si fuera poco, otro inversionista con capital construye una Marina que sepultó para siempre esa Perla de América, tan natural como esos hermosos atardeceres que se observaban sin la torpeza de los navíos cotizados, que empalagan la vista, obstruyen las visiones infinitas de la imaginación y se mercantiliza sin importar destruir ese regalo que nos dio la creación. La embutieron, porque no hay otro sinónimo para detallar lo que hicieron con la Marina, la vendieron al mejor postor, porque había que atraer capital, sin importar la historia, sin importar sus habitantes, sin importar lo natural, todo porque teníamos que demostrar visión. ¿Visión de qué? Cuando la Perla de América quedó en un muladar con olor refinado. Perdió su sentido más sagrado, su identidad, fue violada, fue ultrajada a los ojos de todos, de la ley y el orden, de nuestro silencio cómplice, de nuestra impotencia.

2. Estación
Pero vayamos a tierra firme, en Santa Marta se privatizó el agua, la luz en tiempo record con la misma excusa de que los servicios públicos eran ineficientes, pésimos e inaccesible para muchos ciudadanos, ¿después de más de 20 años hay algún cambio? ¿Hay eficiencia en la prestación de los servicios distinta a la que prestara Empomarta o Electromag? Claro que no, por el contrario, se ha comprobado que el sentido del modelo es un mito sino se tiene buena gerencia y concesiones clara que no estipulen más beneficio al capital privado que al mismo ciudadano que se rotula como cliente, como si los servicios básicos fueran una mercancía que se enajena al mayor contribuyente, lastimosamente esto se comenzó aplicar en esta tierra, nos vendieron la idea de que nuestra electrificadora era pésima y fue la primera en pasar al capital privado sin tantos obstáculos en el país, después el agua. Pero faltaba mucho más y se comenzó con la recaudación de impuestos, el distrito no podía asumir dicha obligación, una ciudad que no pueda recaudar sus impuestos es como un soldado en plena batalla con un fusil de palo y cercenado, pura apariencia de defensa, bueno en esta tierra se aplica esa concesión, Recaudos y Tributos R&T. Pero era muy poco para los visionarios mandatarios que se resguardaban en una prensa muda o tergiversa para crear concesiones como quien crea avioncitos de papel y se proyectó concesionar la recolección de las basuras, el servicio de parqueadero con algo que llamaron las Zonas Azules que mucho tiempo después se disfrazó como Pagcar, le sumamos TeleSanta Marta, megacolegios , Mercado Público sin ningún orden, solo a vuelo de pájaro crear una radiografía de la explotación desaforada de una tierra donde parece que sus dirigentes nunca han tenido la visión de ciudad. A estas concesiones le podemos sumar otras entidades que nacieron desahuciadas por la misma avalancha burocrática con que se engendraron y que se convirtieron en fortines políticos. Permanecieron como zombis carcomiendo las arcas, engordando acreedores y sin doliente alguno que preguntara por la llave maestra que sepultara para siempre estos cadáveres: Empomarta, 17 años de vida y 23 en liquidación, Empresas públicas municipales de Santa Marta, 25 años de vida y 20 en liquidación, Induval 12 años de vida, 11 en liquidación, Vía Alterna al Puerto 3 años de vida y 11 en liquidación. Corporación Red Solidaria y Erradicación de la Pobreza Absoluta, 6 años de vida y 11 en liquidación. Caja de Previsión Social, 24 años de vida y 11 en liquidación, Instituto Distrital para la Formación Deportiva “IDFD”, 11 años de vida y 8 en liquidación, Empresa Turística y Promotora del Distrito “ETURSA”, 12 años de vida y 8 en liquidación. Departamento Administrativo del Espacio Público y Paisaje “DAEPP”, 3 años de vida y 8 en liquidación. Instituto de Tránsito y Transporte “INDISTRAN”, 12 años de vida y 8 en liquidación. Instituto Distrital de Reforma Urbana INVISAN, 12 años de vida y 8 en liquidación. Departamento Administrativo de Salud “DASD”, 12 años de vida y 8 en liquidación. Fondo Distrital de Pensiones, 9 años de vida y 8 en liquidación. Fondo Común de Pasivos, 3 años de vida y 8 en liquidación. Corporación Centro Histórico Corpocentro, 9 años de vida y 8 en liquidación. Como se puede apreciar cualquiera que tenga 3 dedos de frente sabe que es una vergüenza administrativamente hablando durar el promedio de más de 5 años liquidando unas entidades que generaron 35 mil millones de pesos en pasivos a los ojos de mandatarios, Concejales, periodistas y sociedad y que hoy cuando la actual administración y su ente liquidador han logrado zafar con ese nudo gordiano y poner en proceso crematorio esas entidades aparece una polémica en esta tierra de ciegos, la venta de un terreno que significaría el pago de acreedores y la puesta en marcha de proyectos que dignificarían el trabajo de vendedores estacionarios de la Carrera Quinta y Mercado y se mataría dos pájaros de un solo tiro, pagar y ejecutar. Pero no, los que aplaudían la nefasta capitalización de los sectores productivos de la ciudad, hoy dicen que vender es un absurdo cuando no se tiene otra salida y cuando el antiguo terreno de la Central de Transporte, 13.343 m² en completo estado de abandono fue recuperado ya que hasta en manos privadas estaba, es cuando quieren alzar una lánguida voz de protesta a sabiendas que son como las palmeras que se mueven para donde mejor las acomode el viento.
Es cierto que no se puede debatir con lo irracional, más cuando hace eco y otros asumen la misma posición, es desgastante y hasta respetable dejarlos en su oscurantismo de ser proteccionista para criticar y neoliberales para adular, donde la mejor forma es demostrar con hechos como se viene haciendo en el proceso de liquidación que lo mejor y único que se puede hacer es buscar la forma de cimentar una reorganización de la ciudad empezando por recuperar esos entes del orden descentralizados para que con vida propia realicen su trabajo en cada una de las áreas correspondiente al deber fundamental del Estado y con ello descubrirle los ojos a aquellos que aunque tienen vista no ven que el distrito no puede seguir estando en manos de acreedores, que hay que pagar y para liquidar en definitiva se necesita pasar por la caja de la Dian porque un embargo nos dejaría sin el pan y sin el queso, que eso en definitiva es lo que muchos quieren al parecer de una ciudad que se ha convertido en una tierra de ciegos. La paradoja es que los de afuera ven el potencial que sus coterráneos han ofrecido sin cambio alguno.

3. Estación
No sé si esta estación sea la más dolorosa pero sí la más calamitosa en la actual circunstancia, Santa Marta una de la ciudades enclavada en el pie de monte de la Sierra que lleva su nombre y donde nacen 16 afluentes, padece de una sequía que se ha empeorado producto de que carecemos de un acueducto que no ha presentado ninguna modificación en más de 50 años cuando la ciudad se ha desbordado en su crecimiento sin planificación. Y cuando la empresa concesionaria Metroagua no le asiste ninguna responsabilidad de ejecución de obras que garanticen la prestación y distribución del preciado líquido, solo como entidad recaudadora, es muy difícil avanzar. Hoy la realidad es que el Plan de Contingencia dispuesto por la Alcaldía y la empresa Metroagua, que entre otras es mentira la distribución de folletos educativos casa por casa de dicha empresa, porque lo único que reparte son las facturas de cobro, que en su página web esté dispuesto su plan de contingencia y horarios de distribución y que la línea 116 para pedir carrotanques es un engaña bobos, no está dando los resultados necesarios para mitigar la problemática y ya cuando se alista a recibir más turista la situación empeorará porque ya hasta los hoteles le roban el agua a las comunidades cercanas a Pozos Colorados y La Paz para llenar sus albercas y con ello beneficiar al turista. Ya en la ciudad donde se ha probado todo en un laboratorio urbano se palpita enfrentamientos entre barrios por el preciado líquido como el cumplimiento de las profecías económicas. Ya se siente rabia, desespero por una situación que no mejora y donde la comunidad sólo ha recibido anuncios de estudios, de excavaciones de nuevos pozos, de plantas salinizadoras y en la realidad solo carrotanques que no abastecen a gran número de ciudadanos por mucha buena voluntad que se tenga. Hoy los carrotanques son retenidos por comunidades desesperadas, que reciben al Esmad como la batalla que unos quieren solucionar y otros apaciguar, pero lo cierto es que a medida que pasen los días la situación de Santa Marta será caótica y tendremos algo nuevo que mostrar a los turistas, como la plebe se pelea entre sí por el agua, les llamará mucho la atención ese circo digno de una ciudad antigua, mostrando con orgullo esa selfie con los nativos alzando las ollas vacías, viviendo el surrealismo.
No sé si la culpa ha sido de las familias tradicionales que han manejado políticamente la ciudad, si los Vives antiguamente, o los Diazgranados en la nueva era, porque no es hora de buscar culpables sino soluciones, pero estas al igual que la lluvia nada que llegan. Parece que Dios no se acuerda de nosotros, que nos ha olvidado, que está esperando a que paguemos por nuestros pecados ambientales. Pero lo único Señor es que no te olvides iluminarnos para solucionar ese dilema de quien será más responsable, si nuestros dirigentes o nosotros que los elegimos.

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