Ignael Ramírez Murcia siempre estuvo detrás de su hija, en la sombra, más con la intensión de protegerla en un mundo difícil, como lo es la farándula, que hacerse un hombre reconocido con el éxito de su hija. A quien sí le gustaban las cámaras, las entrevistas y los flashes era a su mamá, quien hasta tenía nombre artístico: Yolanda Cardona.
Yolanda, a quien no le gustaba que la llamaran María Isbeth, como fue bautizada en Manizales en 1950, conoció al padre de Marbell en el caluroso Valle de Cauca, donde él, un boyacense sencillo y callado, trabajaba como agente policía, rango que ocupó hasta el día en salió pensionado de la institución.
Ella, con cuatro hijos a la espalda, huía de un esposo maltratador y él, unos años más joven, pronto se enamoró de la humilde costurera que guerreaba día a día para salir adelante. Mureen Belky Ramírez Cardona, el verdadero nombre de Marbell, nació en Buenaventura el 19 de enero de 1980, cumplió 40 años. Pronto, por un traslado de su padre, se fueron a vivir a Cali.
Cuando Yolanda empezó a ver que su hija de cuatro años se paraba frente al espejo, cepillo de peinar en mano y se ponía a cantar las canciones románticas que ella escuchaba, se vio retratada en ella y empezó una carrera de manager y diseñadora de modas. En cuanto concurso de canto hubiera allí estaba Yolanda pidiendo espació, haciendo fila, y pagando inscripciones para que Maureen pudiera demostrar lo que sabía hacer. Maureen fue para Yolanda el sueño que de ser artista que ella no pudo cumplir.
Mientras que los regaños por parte de su madre iban y venían, por coger el micrófono mal, por perder un párrafo de la letra, por no subir o bajar la voz en determinado tiempo, el policía estaba a la sombra de su hija y su esposa, pidiéndole a Yolanda que no exigiera tanto a la niña de sus ojos, pero apoyándolas siempre.
A Ignael Ramírez se le vio poco en los eventos en los que participaba su hija. Las ocupaciones y los turnos como policía a veces no le permitían estar ahí; pero cuando podía hacerlo, con uniforme y todo, se ponía en primera fila, para aplaudir a su ‘estrellita romántica’, primer nombre artístico de Marbell, que obviamente se lo puso su madre.
A los 15 años Ignael fue transferido de nuevo y la familia aterrizó en Bogotá. Mientras que el policía atendía su trabajo Yolanda seguía buscando espacios para que su hija ya de 15 años siguiera mostrando su gran talento. En 1995 en un espacio musical que tenía el programa Sábados Felices, Maureen fue vista por también adolescente Andrés Cepeda y su grupo Poligamia, quienes recocieron en la niña vestida con pantaloncitos cortos como la mujer maravilla y se lo contaron a su productor y manager Luis Miguel Olivares, quien fue el hombre que convirtió a ‘estrellita romántica’ en Marbell.
Ignael, consentidor de la que fuera hasta el momento su única hija, poco opinaba al respecto frente al tema artístico. Era Yolanda quien daba las órdenes y decía qué y cómo se hacían las cosas. Siempre fue así.
Cuando en 2002 Marbell anuncia que se casaría con el general de la Policía Royne Chávez, con quien llevaba una relación de ocho meses, ninguno de sus padres aprobó la decisión. Chávez, quien era el jefe de seguridad del entonces presidente Andrés Pastrana y que había conocido a Marbell en 1.999 en San Vicente del Caguán a donde llevaron a la joven artista para un evento en el marco del fallido procesos de paz que se iba a adelantar con las Farc de Tirofijo, doblaba en edad a la artista.
En 2002 Marbell salió casada de la casa de sus padres y cuatro meses después Yolanda Cardona, a quien le encantaban las cirugías, murió luego de una liposucción a raíz de un paro cardiaco, a sus 52 años.
Luego de la muerte de Yolanda, la relación entre Ignael y su hija se enfrió un poco. El policía tuvo una relación extramatrimonial que tuvo como fruto un hijo. Este hecho alejó a padre e hija. Actualmente el ya pensionado policía vive en Estados Unidos con su nuevo hogar, comunicándose de ven cuando con su Marbell del alma, quien siempre será su niña consentida y su estrellita romántica.
