El Jeep Willys es un vehículo todoterreno que nació en 1941 como resultado de la genialidad de Karl Probst, el ingeniero que diseñó el prototipo que cumplía con las exigencias del Ejército de Estados Unidos para la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad es uno de los coches más emblemáticos y un símbolo en la cultura del país y, en particular, en el Eje Cafetero colombiano.
Karl Probst era un ingeniero autodidacta que trabajaba como consultor para la industria automotriz. En julio de 1940 recibió una llamada de la empresa American Bantam Car Company, que le ofreció participar en un concurso para diseñar un vehículo militar ligero, versátil y fiable, capaz de transportar tropas y material sobre cualquier tipo de terreno.
Tenía 49 días para lograrlo y él aceptó el reto. Sólo dos días más tarde, Probst ya tenía los planos del Bantam Reconnaissance Car (BRC), el antecesor del Jeep Willys. El BRC era un vehículo descubierto, sin puertas ni techo, con un parabrisas abatible y un motor de cuatro cilindros que desarrollaba 45 CV (Caballos de Vapor). Su peso era de 590 kg y su velocidad máxima de 105 km/h. Su tracción integral le permitía superar obstáculos y pendientes.
Su diseño era simple y funcional, sin adornos ni lujos. El BRC fue el primer prototipo que se presentó al concurso y el Ejército quedó impresionado con sus especificaciones. Sin embargo, la capacidad de producción de Bantam era limitada y el vehículo no contaba con dos de las características que el Gobierno había incluido en la convocatoria para la licitación, que eran las dimensiones del vehículo y el sistema de tracción simple con transmisión a ruedas traseras.
Así que el Ejército decidió compartir los planos de Probst con otras dos empresas: Ford y Willys-Overland que presentaron sus propios prototipos: el Ford GP y el Willys MA, basados en el diseño original de Probst. El Willys MA se destacó por su motor más potente, de 60 CV, que por su potencia le valió el apodo Go Devil.
El Ejército eligió el Willys MA como el modelo definitivo y le asignó el código Willys MB. Willys-Overland produjo más de 360.000 unidades del Willys MB, que se distribuyeron entre los aliados de Estados Unidos.
El Willys MB se ganó el respeto y la admiración de los soldados que lo llamaron cariñosamente Jeep, un término de origen incierto, pero que evocaba la idea de un vehículo general.
Existe la teoría de que el nombre viene de una deformación de la sigla GP (General Purpose), que significa que es un objeto utilizado para diferentes propósitos, aunque también se ha dicho que nació de una broma entre militares, en la que la sigla J. e. e. p. significaba que sólo contaba con las partes básicas y esenciales.
Terminada la guerra, el Willys MB se transformó en el Jeep CJ-2, el primer 4 x 4 destinado al uso civil. Este modelo se vendió en todo el mundo y se adaptó a las necesidades de cada país.
En Colombia, el Jeep Willys o yipao –nombre que se ha utilizado tanto para referir al vehículo como para nombrar el evento que le rinde homenaje–, se convirtió en el vehículo preferido de los campesinos, especialmente de los cafeteros, que lo usaban para transportar sus bultos de café por las difíciles carreteras de las zonas rurales.
El Jeep Willys en el Eje Cafetero colombiano y el nacimiento del yipao
El Jeep Willys llegó a Colombia en 1946 y en la siguiente década comenzó a ser adquirido por dueños de fincas de mediano y gran tamaño con lo que comenzó a volverse un vehículo popular que siempre estaba presente en los pueblos de la región cafetera colombiana.
Con el tiempo, el Jeep Willys se convirtió en una expresión artística y cultural, en la que los dueños de los vehículos los decoraban con colores, adornos y mensajes alusivos a su región, su familia u oficio.
El primer Yipao –es decir, el evento que lleva el sobrenombre con el que cariñosamente se ha llamado al vehículo Jeep Willys– se realizó en 1988 en Armenia, ciudad cafetera y capital del departamento del Quindío, donde hasta hoy es un evento de gran importancia que se realiza en la Avenida Bolívar, una de las principales vías de la ciudad.
Desde entonces, el evento también se organiza en otros municipios de la zona cafetera, como Calarcá, Montenegro, Salento y Sevilla. El desfile atrae a miles de turistas, que disfrutan de la alegría, el colorido y la originalidad de los yipaos.
El Yipao también se caracteriza porque los vehículos Jeep salen cargados con gran variedad de objetos, desde productos agrícolas hasta muebles, animales y personas. Se le considera una forma de rendir homenaje al tradicional campero, el vehículo que ha acompañado a los cafeteros colombianos y ha sido testido de su historia y progreso.
En 2011, el paisaje cultural cafetero –conformado por 47 municipios de los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío y Valle del Cauca, que lo conforman– fue declarado patrimonio mundial de la Unesco. Un logro posible gracias a los campesinos de estas regiones y a las herramientas que utilizaron para lograrlo, entre ellas, el Jeep Willys.
Además, desde 2020, en Colombia se aprobó la Ley 2057, que reconoce al Yipao y a la cultura cafetera como patrimonio cultural que integra el paisaje cultural cafetero para recordar por qué este vehículo es un símbolo de la identidad, el trabajo y la creatividad de los colombianos.
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