Daniel Raisbeck y Alex Vernot promovieron el estudio realizado por Google en el que 76.77 % de los encuestados respondieron que no creen que a los políticos tradicionales les interese solucionar los problemas de Bogotá. La pregunta entonces es quién es un político tradicional. Acordemos que un político tradicional es aquel que no es independiente. Ahora, para mí es claro que el candidato del movimiento Libertario es efectivamente independiente: Raisbeck se lanzó con firmas, no ha hecho ninguna alianza política ni ha comprometido las ideas que representa y tampoco tiene el respaldo de maquinaria electoral. Mi lectura de los resultados de la encuesta es que los ciudadanos quieren gobernantes que no tengan como objetivo principal el enriquecerse cuando están en el poder (a los que Raisbeck llama “políticos profesionales, expertos en vivir a costa del Estado”). Los políticos tradicionales esconden el carácter privado de sus intereses bajo un discurso meramente retórico en el que dicen que su interés tiene raíces altruistas (dicen que “se deben a la gente”). Por su parte, Raisbeck no cae en este sofisma: su interés es el de consolidar las ideas libertarias en el escenario político nacional. Como lo dijo en entrevista reciente con María Isabel Rueda, se lanzó a la alcaldía porque siente “mal gobernado como ciudadano. También siento que mis ideas no están representadas en la política colombiana”.
Proyecto político a largo plazo
- Cualquier incauto podría pensar que en Colombia la idea de los partidos políticos es consolidar un proyecto ideológico que se desarrolle en el tiempo y que busque hacer realidad las ideas representadas. Digo incauto porque es evidente que en el país los partidos son “fábricas de avales” (como las llama Pascual Gaviria), cuyo único interés es el de coger la tajada más grande del pastel burocrático que se reparte en cada elección. El movimiento Libertario, que se formó con la candidatura de Daniel Raisbeck a la Cámara de Representantes, se basa en ideas claras y sólidas: la defensa a ultranza de la libertad individual tanto en lo económico como en lo político y lo social. El movimiento Libertario tiene un discurso estructural que ha girado –en campaña– entorno a la educación con los colegios en concesión, la legalización de las drogas y la disminución de la burocracia estatal. Más allá de eso es claro que representan el liberalismo clásico: la defensa de la libertad individual como pilar de la sociedad. Ya con esto está claro qué va a hacer de acá en adelante este movimiento y el elector puede tener certeza de que no se trata de un discurso coyuntural.
Ruptura con el político tradicional
- Sin duda Daniel Raisbeck no es el primer candidato que contrasta con los políticos tradicionales. Lo que cabe resaltar es que, como él dice, no es un “político profesional” y eso lleva a concluir que su interés en el foro público no tiene que ver con el enriquecimiento personal. Se debe celebrar que intelectuales como el profesor e historiador Raisbeck se dediquen a la política. Por otro lado, cabe resaltar su financiación sin precedentes en el país por medio de crowfounding (financiación de ciudadanos por internet), el abandono del anacrónico e inútil volanteo y el uso efectivo que ha hecho de las redes y en particular la interacción cercana con los distintos usuarios. Lo que no se entiende muy bien es por qué si los ciudadanos no quieren más políticos tradicionales, terminan votando por estos. Es necesario que movimientos como el Libertario sobrevivan en el debate democrático y que este debate se traduzca en votos.
Ampliación del debate
- El valor más importante que le veo a Daniel Raisbeck y al movimiento Libertario es la ampliación del debate político e ideológico en al país. Personalmente, aunque estoy completamente de acuerdo con sus planteamientos frente a las libertades individuales, tengo mis reservas frente a la libertad económica (si bien para algunos no hay distinción). La discusión sobre la disminución del Estado y su ineficiencia tiene que darse, así sea para resaltar lo que funciona bien y lo que no. Los argumentos del movimiento Libertario refrescan el pensamiento crítico, al estar a un extremo alejado de la discusión corriente nos permiten cuestionar nuestros preconceptos y dogmas. Por ejemplo, ¿es tan necesario el Estado como creemos? También está el problema de la legalización de las drogas, ¿quién en Colombia plantea con tanta verticalidad la legalización irrestricta y total? Incluso quien no está de acuerdo con la legalización, pero reconoce las consecuencias nefastas del narcotráfico y de la “lucha contra las drogas” debe prestarle atención a políticos como Raisbeck, pues con sus propuestas abren espacios para discutir la utilidad (o inutilidad) de la prohibición. Los argumentos libertarios son sin duda atractivos y funcionan con una lógica, para mí, contundente.
El solo hecho de discutir y debatir las ideas libertarias es beneficioso para la democracia, por eso, y porque me convencen sus ideas voy a votar por Daniel Raisbeck.
@Sroman17
