En 2017, en medio del fragor de la guerra irregular, el ELN arreció sus ataques contra los oleoductos y los ataques con francotiradores contra miembros de los destacamentos del Ejército y la Policía encargados de su protección. El factor sorpresa de los atentados extremistas hacía improbable un control efectivo de los 8.500 kilómetros de la red de oleoductos. El apoyo de la Fuerza Aérea era efectivo pero insuficiente, pese a la destreza de sus pilotos convertidos también en blanco de columnas ocultas en la selva.
El desafío para las Fuerzas Militares y la Policía Nacional consistía en generar una estrategia que combinara la detección temprana de riesgos con la concentración de fuerzas en las áreas más expuestas. Los ingenieros de la Corporación de la Industria Aeronáutica Colombiana (Ciac) lanzaron una propuesta novedosa y revolucionaria: en tiempos de austeridad y ante los altos costos de los drones que harían falta para potenciar la vigilancia de los oleoductos: crear un prototipo de avión no tripulado.
Ecopetrol, la entidad más afectada por el terrorismo, se sumó al proyecto y a su financiación. Aquella sería la génesis del Proyecto ART Quimbaya, convertido desde entonces en una especie de sello de garantía de las naves remotamente tripuladas. Con una inversión que hace cinco años llegó a los US$5 millones (cerca de $25.000 millones al cambio de hoy), el proyecto convocó los esfuerzos de veinte ingenieros aeronáuticos, electrónicos y mecánicos que se concentraron en la base de Madrid, en Cundinamarca, para desarrollar tres aeronaves que, dos años después, cumplirían un papel estratégico para la seguridad nacional.
Su dotación sería progresiva, pero en lo esencial los aviones remotamente tripulados quedaron en capacidad de volar –con autonomía de diez horas- sin ser detectados, hacer seguimiento a sus objetivos, tomar fotografías y acopiar información de inteligencia. Sus operaciones eran reservadas y eficientes.
Su evolución requería de pruebas constantes, la mayor parte de las cuales fueron exitosas. Sin embargo, el 13 de julio de 2022 el prototipo ART Quimbaya X-004 sufrió un siniestro, mientras realizaba el segundo de sus vuelos de prueba. Sus controladores en tierra detectaron una falla en su sistema de despegue y aterrizaje denominado GPS PIKSI. Decidieron suspender el vuelo y aterrizar la nave para verificar la falla. Su esfuerzo no dio el resultado esperado porque al ponerlo en modo automático el avión se estrelló. Los expertos declararon pérdida total.
En septiembre del año pasado, durante una visita al Comando Aéreo de Mantenimiento – CAMAN de la Fuerza Aérea Colombiana auditores de la Contraloría General hicieron un hallazgo inquietante: el Art Quimbaya X-004 no se encontraba asegurado en el momento del accidente y su pérdida total podría convertirse entonces significar una pérdida de recursos presupuestales que, aunque el órgano de control no lo precisa en su informe, expertos calculan en cerca de US$2 millones.
Los documentos aportados por la CIAC mostraban que la última póliza de seguro adquirida durante la vigencia de 2022 tenía vigencia hasta el 17 de junio y amparaba un casto de avión, pero no a los prototipos del Proyecto Quimbaya. Su tomador, beneficiario y asegurado y beneficiario era el Ministerio de Defensa Nacional – Fuerza Aérea Colombiana – FAC – Dirección Logística de Servicios, con cobertura desde el 02 de mayo de 2022.
Funcionarios de la CIAC les explicaron a los auditores de la Contraloría que las pólizas de seguro no eran permanentes, sino que eran tomadas solo para los periodos en los que se desarrollaban las pruebas de los prototipos.
“(…) Es pertinente aclarar –insistieron- que los bienes asegurados, mencionados en el presente hallazgo, hacen parte de los inventarios del Ministerio de Defensa en custodia de la CIAC y que su cobertura es gestionada por la Fuerza Aérea Colombiana únicamente por los periodos informados por la CIAC en los cuales se realiza las pruebas, situación que está amparada en el objeto contractual al referirse a los bienes asegurables”.
No obstante, a juicio de la Contraloría, su información no coincidía cronológicamente con la fecha en que se presentó el accidente. “No se observa –escribieron los auditores- que para la prueba de vuelo realizada el 13 de julio de 2022 se haya realizado algún trámite o solicitud por parte de la CIAC S.A. al Ministerio de Defensa o a la Fuerza Aérea Colombiana para la adquisición o modificación de la vigencia de la póliza para Cascos de Aviación o la Póliza integral de aviación que cubriera eventualmente el siniestro ocurrido”.
Según la Contraloría, quedaron en evidencia entonces debilidades en el trámite de adquisición de las pólizas que protejan el bien e intereses del asegurado y de terceros. “Razón por la cual –agrega- al materializarse el riesgo con ocasión del siniestro del prototipo ART QUIMBAYA X-004 durante la prueba de vuelo, este bien del Estado no se encontraba protegido.
La pregunta ahora es quién pagará los daños causados. ¿Los contribuyentes? La pregunta es válida así la Corporación que fabrica los ART sea una de las empresas más boyantes del círculo de la Defensa Nacional y así el apoyo de Ecopetrol garantice la estabilidad del proyecto.
Según oficiales de la Fuerza Aérea consultados El ART Quimbaya es una expresión de soberanía, en la medida en que su desarrollo le ha permitido al país depender menos de la tecnología foránea. Gracias a sus prototipos la compra de sofisticados drones es cada vez menos necesaria.
El tema viene al punto porque la política sobre La inversión y el gasto militar está siendo revisada por estos días en el Congreso. Iván Velásquez, ministro de Defensa Nacional, ha venido explicando al legislativo cómo está siendo reenfocada esa política. Uno de los puntos más importantes tiene que con la dotación de la FAC y una posible dilación en el proceso de compra de los aviones de guerra que deben reemplazar a los viejos K-FIR. No es descartable que en los debates de control político se pase revista también a los proyectos de reparación de los helicópteros rucos que usan la aviación del Ejército Para el transporte de tropas y abastecimiento.
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