No hay nada más arribista que el uribista promedio. Atacan siempre a los pobres y les lamben a los ricos. Eso vimos con la llegada de Ivanka Trump. Mientras la semana pasada el presidente ni Martha Lucía recibieron a Denis Mukwege, Premio Nobel 2018, Duque, tan farandulero, tan frívolo, tan nada, quiere tomarse la fotico con Ivanka, de pronto para subirlo a su cuenta de Instagram como si fuera una quinceañera. Eso si le entusiasma, lo que no existe, lo que no vale, lo que se parece a él.
Dramático este gobierno. Nadie sabe quien, ni a qué invitaron a Ivanka Trump, lo que si es seguro es que dentro del gobierno nadie la va a interpelar de por qué su papá le cierra las puertas y maltrata a cientos de miles de Colombianos que tuvieron que salir a los Estados Unidos porque en este país no hay oportunidades, toca salir a ganarse la vida afuera. Ivanka Trump resume todo lo que odiamos de los millonarios, su deshumanización, su frivolidad absoluta, su maldad. Si Ivanka está al lado de su papá, el hombre más malo de mundo, es porque lo apoya. Si, Trump mata al año más gente que cualquier terrorista en el planeta. Los mata a punta de hambre, de expulsiones, de guerra. Mata niños que intentan cruzar la frontera, mata familias enteras en medio oriente, incita a que odiemos a homosexuales, se burla de la gente que tiene problemas físicos. Es un pronazi probado, un racista de miedo, un hombre que está haciendo realidad los temores que tuvieron los más avesados escritores de ciencia ficción: el presidente de la nación más poderosa del mundo es un ignorante y un ser malvado.
Y claro, el uribismo pues está cerca de esos preceptos. Nada más basta con escuchar a su líder máximo, el presidente eterno no disimular su alegría porque se reanudarán los bombardeos, la guerra, su alegría porque cerraron por problemas económicos Noticias Uno, el único noticiero que le daba duro, el que fue maltratado por un rating que nadie sabe como funciona. El uribismo es odio, discrimación, odio a los pobres y por eso Marthalú, con su mejor gala, salió a recibirla. Marthalú, la peor enemiga de las feministas. Un horror tanta pleitesía, tanta frivolidad. Es que definitivamente Uribismo es eso: maldad y frivolidad