Los políticos que hoy gobiernan desde La Alpujarra, que son los miembros del Uribato, cada vez se quedan más encerrados en Antioquia y solos en Colombia, por cuenta de propuestas como esas de independizar (¿o aislar?) con iniciativas federalistas o autonómicas el territorio de nuestro Departamento y alimentar, de paso, un egoísta referendo orientado a la aprobación de una reforma constitucional por medio de la cual los departamentos ricos dejen de aportar parte de sus impuestos a la Nación y estos sean administrados por los mismoaquellos impidiendo, así, que la Nación pueda posibilitar el crecimiento y el desarrollo de aquellos territorios que han sido abandonados, desde siempre, por el Estado y, en consecuencia, a quienes habitan los mismos.
¿Por qué será que al Uribato nunca buscó mientras gobernó que en vez de ese referendo para que los departamentos ricos sean cada vez más ricos y los departamentos pobres sean cada vez más pobres, se implementara, a modo de ejemplo, la regionalización establecida en la Constitución de 1991?
¿Será que puede llegar a conjeturarse que con propuestas como las referidas, el Uribato podría contar con dirigentes y activistas comprometidos en departamentos distintos a Antioquia y garantizar una buena votación para Senado, cuando lo que está pretendiendo, todo el tiempo, es desconocer a la Nación como entidad superior en el marco de la división político-administrativa del estado colombiano contribuyendo, por tanto, a generar una competencia desigual de tipo neoliberal entre departamentos que derivaría, sin lugar a dudas, en una mayor injusticia y desigualdad entre las regiones y territorios de nuestra patria?
Para el Uribato, Colombia solo ha existido cuando ha gobernado Álvaro Uribe o, en cuerpo ajeno, con algunos de sus compinches siendo este el caso el del promarioneta abudineado expresidente Iván Duque.
De lo contrario, ese Uribato es antiColombia, a tal punto, y no desde ahora, que lo único que logramos los antioqueños con propuestas como la del referendo del Gobernador de Antioquia Andrés Julián Rendón es sumarle más a la animadversión que nosotros los antioqueños ya generamos en otras partes del país por cuenta de esa imagen de egoístas y avivatos mercaderes con la que se nos ha caracterizado.
Ya esto lo expresaba, de algún modo, el nadaísta Gonzalo Arango, en su significativo y hermoso texto "Medellín a solas contigo", cuando sobre nuestra montañosa capital decía que "La visión de la ciudad es espléndida desde esta altura. Puede pensarse en un paisaje ideal para místicos, pero aquí viven los industriales antioqueños."