Después de 74 años, el vuelo nocturno desde la ciudad de Cagliari a Roma el pasado 14 de julio concluyó la historia de la aerolínea Alitalia, un símbolo de la aviación italiana en todo el mundo. Aunque nacerá una aerolínea nueva totalmente estatal con 52 aviones y un tercio de los empleados que eran de Alitalia, con dicha marca muere el sueño del empresario Germán Efromovich de hacerse dueño de dicha compañía que intentó comprar en julio del 2020, cuando la pandemia la terminó quebrando.
Fue a mediados de abril del 2020 que el gobierno italiano anunció una inversión de 3 mil millones de euros, tomando la compañía para evitar que esta sucumbiera ante la contingencia. En ese momento, Efromovich afirmando tener listos mil millones de euros para adquirir Alitalia o para participar en la nueva empresa que emergería de la intervención del Estado italiano. Pero el empresario se quedó esperando una respuesta que nunca llegó.
Un año y medio después Alitalia cerró tras reportar pérdidas de 1.800 millones de euros, recursos directos del erario italiano. Nace entonces una nueva compañía llamada Italia Transporte Aéreo (ITA) que empezará operando los vuelos considerados imprescindibles para las conexiones aéreas en el país. Por su parte, en el Aeropuerto Fiumicino de Roma se concentran alrededor de 8 mil funcionarios de Alitalia levantados en paro que desde el 16 de julio estarán oficialmente desempleados.