Después de tres años del asesinato de la niña Yuliana Samboní, su familia continúa esperando la indemnización. Desde que decidieron refugiarse en su pequeña casa en el Tambo, Cauca, los Samboní no han recibido una llamada, alguna proposición o han visto voluntad alguna por parte del asesino de su hija Rafael Uribe Noguera, quien está purgando 58 años de condena en la cárcel La Tramacua por los delitos de acceso carnal, secuestro y feminicidio. Aunque en un inicio se había dicho que los Samboní no querían recibir ningún pago económico, la puerta siempre estuvo abierta para que Uribe ofreciera alguna reparación, según la abogada de la familia Viviana Benavides. En el crimen estuvieron también involucrados los hermanos Francisco y Catalina Uribe Noguera, quienes fueron absueltos el pasado 9 de agosto por un juez de Bogotá.
Pero la indemnización a los Samboní estaría más lejos incluso de llegar a sus manos, pues Uribe no tiene ninguna propiedad a su nombre y su familia estaría liquidando sus propiedades. Como anunció el periodista Norbey Quevedo en su portal, cinco meses después de que el Tribunal Superior de Bogotá aumentara la condena a 58 años de prisión a Rafael Uribe Noguera y le impusiera una multa de 1.633 salarios mínimos mensuales, la constructora Lascaux SAS que construyó el edificio Equus 66, donde se cometió el crimen entró en liquidación, así como el apartamento 603, donde ocurrieron los hechos, fue vendido el mes pasado por $738 millones.
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Desde su fundación la constructora Lascaux SAS ha estado en manos de la familia Uribe Noguera. El hermano mayor Francisco junto a Luis Alfredo Barragán, ambos abogados de la firma Brigard Urrutia, pusieron cada uno $20 millones para constituirla. Después, la madre y arquitecta María Isabel Noguera de Uribe fue apoderada por Francisco para terminar la constitución de la compañía y para que asumiera como gerente general. La constructora le dio trabajo a todos incluido Rafael Uribe, quien hizo los planos para los edificios Equus 66 y Equus 64. El éxito del negocio fue total tres años después los estados financieros de la empresa reportaban un activo de $2.230 millones y para el año 2014 ya era de $5.252 millones.
Ahora, la que fue la caja mayor de la familia Uribe Noguera ya no está en sus manos, no han entregado un solo peso a los Samboní es cada vez más difusa, aunque la abogada Viviana Benavides continuará, según ella, peleando porque la reparación se haga realidad. Mientras los abogados de los Uribe, aseguran que “ofrecieron reparación a la familia Samboní, pero estos dijeron que no” y además por el proceso penal “todos los negocios de la familia se fueron a la quiebra, entre estos, la Constructora Lascaux”.
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