En medio de la crisis que se está viviendo por estos días en la Universidad Nacional de Colombia por la controvertida elección de su próximo rector (en la que fue elegido José Ismael Peña), la comunidad universitaria, en su mayoría contraria esta decisión, no se ha quedado quieta.
La más reciente acción de estudiantes y profesores de 'La Nacho' para solventar un problema de claridad sobre el proceso democrático de elección del rector es una carta pública que dirigen al presidente Petro y a su ministra de Educación, Aurora Vergara Figueroa.
Es esta misiva, que tal vez sea el último cartucho antes de que Peña remplace a la saliente Dolly Montoya Castaño por los próximos tres años, los comités de representantes estudiantiles y el comité nacional de representantes profesorales hacen unas propuestas para mirar otras opciones.
| También le puede interesar: Cómo Dolly Montoya logró imponer su sucesor en contravía de profesores, estudiantes y egresados
Esta es la carta en su totalidad:
Carta Abierta
Sobre la salida a la crisis de la Universidad Nacional de Colombia
Al señor Presidente Gustavo Petro
A la señora Ministra de Educación Aurora Vergara
Al Consejo Superior Universitario
Del COMITÉ NACIONAL DE REPRESENTANTES ESTUDIANTILES
y el COMITÉ NACIONAL DE REPRESENTANTES PROFESORALES
Respetado señor Presidente Gustavo Petro
Respetada señora Ministra Aurora Vergara
Srs., sras., Consejo Superior Universitario
Nos dirigimos a ustedes para pedirle al Gobierno Nacional y directamente a la señora Ministra que, antes de que se cumpla el período que obliga a firmar el Acta de la sesión del 21 de marzo de 2024 del Consejo Superior Universitario de la Universidad Nacional, ya que con su firma habilitaría al profesor Ismael Peña para asumir como rector de la Universidad Nacional de Colombia, convoque usted una sesión extraordinaria del CSU, con el tema único de rehacer todo el proceso de la designación de rector.
La manera en que se designó al profesor Peña como rector no fue transparente porque las mayorías del CSU que impusieron un método de votación con rondas eliminatorias, impusieron igualmente el secretismo y la obscuridad, lo que desvanece la transparencia y la legitimidad a un acto que necesariamente debe ser público y argumentado:
¿por qué se elige a uno de los candidatos que tiene menos preferencias en la Consulta y que representa la continuidad del modelo de la universidad Empresa público privada que se centra en la extensión comercial, cobra matrículas cada vez más altas en posgrados y se organiza de modo vertical empresarial?, y ¿por qué se desecha el candidato que tiene la mayor aceptación en la Consulta y que propone el cambio de ese modelo que ha entregado la Universidad Nacional desde hace veinte años a una pequeña oligarquía académica que se apropió de la Autonomía imponiendo sus decisiones de modo antidemocrático, sin atender las voces y argumentos de las comunidades docentes, estudiantiles y de trabajadores y empleados?
Como lo relató la señora Ministra en su comunicación del 22 de marzo, en el CSU eligieron por mayoría un método de rondas eliminatorias de valoración o ponderación por puntos. Este método no garantizó que la elección del rector, en todas sus rondas, se hiciera por mayoría absoluta de la mitad más uno de los votos, según ordena el Estatuto General -en su artículo 72-: para “la designación de Rector (…) por parte del Consejo Superior Universitario, se requerirá del voto favorable de la mitad más uno de los miembros con derecho a voto que lo conforman.” Que no garantizara mayorías este método se deduce de lo que fue informado y descrito en detalle en la sesión del Consejo Académico del 5 de abril:
Inicialmente, en la primera ronda eliminatoria, cada uno de los 8 votantes, le asignaba un puntaje a cada uno de los 5 candidatos, según sus preferencias: 1, 2, 3, 4 o 5 puntos. También podía abstenerse, o podía votar en blanco ya que tenían siete papeles: cinco, cada uno con el nombre de un candidato y dos con las opciones voto en blanco y abstención.
Para hacer esta asignación de puntos a cada candidato, la Secretaría General tuvo preparadas 7 urnas: cada urna con uno de los valores de puntaje y de posibilidades de votar: una urna para el puntaje 1, otra para el 2, otra para el 3, otra para el 4, otra para el 5, otra en blanco y la última para la abstención.
Cada uno de los 8 votantes introducía un nombre de un candidato en una de las urnas, así le asignaba una de las cinco opciones de puntos a ese candidato: 1, 2, 3, 4, 5, se abstenía o votaba en blanco, casos en los cuales no podría asignar puntaje a ningún candidato. Esto significa que cada votante en la primera ronda podía asignar 1+2+3+4+5 puntos, un total de 15 puntos.
Así que el total de todos los puntos que asignaron en la primera ronda los 8 votantes fue de 120 puntos. Si hubiesen elegido por mayoría absoluta, como manda la norma de la UN, habrían debido asignar la mitad más uno de esos puntos al ganador, es decir 61 puntos.
Pero no fue así, porque si cada cual de los 8 votantes le hubiera asignado el máximo puntaje posible a un sólo candidato -5 puntos- esto daría sólo 40 puntos, lo que es apenas una tercera parte de 120. Y lo que manda el Estatuto General en su artículo 72 es que se elija por mayoría: la mitad más uno de los votos, que en este caso serían la mitad más uno de los 120 puntos, es decir 61 puntos.
Como se puede evidenciar, el método elegido impide la mayoría absoluta. Lo que hace a esa elección ilegal y nula.
Por otro lado, en esa sesión del Consejo Académico se informó que la dirección jurídica de la Universidad había avalado ese método diciendo que se había empleado antes. Hemos revisado las actas de la elección de la profesora Dolly Montoya y del profesor Ignacio Mantilla y no se procedió de ese modo. Se designaron con la mitad más uno y con voto público y nominal. Se hicieron sondeos previos, sí, pero que sólo fueron eso: sondeos; luego se hizo la elección ganando quien sacó la mitad más uno de los votos.
Igualmente, en la sesión del 5 de abril del Consejo Académico, se corroboró que los cinco integrantes que impusieron este método de elección por rondas eliminatorias, se reunieron el día 19 de marzo en la casa del exrector Ignacio Mantilla. Lo cual vicia la transparencia del proceso de elección propuesto por ellos y ejecutado el 21 de marzo.
También hay otros argumentos más, de carácter legal, que han sido expuestos por el jurista y profesor Rodrigo Uprimny, los cuales ustedes de seguro conocen.
Incluso las Asambleas triestamentarias de las sedes de Bogotá, Manizales, Medellín y Palmira, que ratificaron el Paro por este oscuro, ilegítimo e ilegal proceder del CSU, han solicitado a la señora Ministra no firmar el Acta.
Finalmente, una última consideración por la cual le pedimos al gobierno nacional y a la señora Ministra convocar una sesión extraordinaria del CSU para rehacer todo el proceso de designación de rector -antes de que se cumpla el período para firmar el Acta que permitiría la posesión del profesor Peña- para que el mismo CSU pueda revertir la decisión de la elección obscura y hacer una nueva elección, transparente, pública y nominal, garantizando que sea designado como rector quien obtenga la mayoría absoluta de los votos, en un proceder respetuoso de las normas de la Universidad Nacional y de las aspiraciones democráticas de todos sus estamentos: es porque esta decisión permitirá que el conflicto que vive hoy la Universidad Nacional tenga una pronta y justa solución, se empiece el proceso que, con la participación de las comunidades universitarias, haga los cambios legales necesarios en la ley 30 de 1992 o en la formulación de la nueva Ley de Educación Superior para una composición del CSU que garantice la Autonomía, y construyamos el curso de la Constituyente Universitaria en búsqueda de los cambios del gobierno universitario que garanticen el goce de la Autonomía y la democracia académica para las comunidades de la Universidad Nacional de Colombia, recuperemos la misionalidad de la Universidad Nacional y su proyecto de Nación, acciones fundamentales que nos permitan constituir el conocimiento, los saberes, las artes, las ciencias, las humanidades como bienes colectivos para la transformación positiva y cuidadora de la vida de los territorios y del país, la superación de las desigualdades extremas y la construcción de la paz.
Cordialmente,
COMITÉ NACIONAL DE REPRESENTANTES ESTUDIANTILES -CNRE-
COMITÉ NACIONAL DE REPRESENTANTES PROFESORALES -CNRP-
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
| También le puede interesar: La conspiración de 5 miembros del Consejo Superior Universitario para poner rector de la Nacional