Es interesante analizar por qué la izquierda viene ganando elecciones en Latinoamérica y en el mundo en general, por qué se ha convertido en el pensamiento dominante, especialmente en la juventud y en los intelectuales.
El marxismo es el soporte conceptual de la izquierda a nivel mundial, y la esencia de este pensamiento lo expone Marx en El capital: argumenta que solo el trabajo crea valor y la ganancia que obtiene el empresario, la plusvalía, es la parte que deja de pagar a los trabajadores, es decir la explotación.
De esta afirmación sesgada e incorrecta (pues desconoce otros elementos que crean valor e inciden en los incrementos de producción y productividad: como el conocimiento, el capital, la tierra, la tecnología, el riesgo), Marx pasa rápidamente, en el manifiesto del partido comunista, a condenar a los capitalistas y formula la estrategia revolucionaria para que los trabajadores tomen el poder, se instale el socialismo y luego el comunismo, sistema donde el Estado manejaría y controlaría la economía y la vida social y política de los ciudadanos. En el proceso, mediante la lucha de clases, los trabajadores expropiarían los medios de producción en manos de los (empresarios) capitalistas, destruirían la clase burguesa e impondrían un estado igualitario bajo la dictadura del proletariado.
¿Por qué lo planteado por Marx ha calado y se ha extendido de una manera tan profunda en el pensamiento actual?
Existen varias explicaciones posibles, una de ellas de tipo filosófico y psicológico la expuso Nietzsche, aunque el filósofo alemán fue un poco anterior a Marx, sus afirmaciones sobre el nihilismo y el resentimiento bien se pueden aplicar al fenómeno de la expansión ideológica del marxismo.
Según Nietzsche vivimos tiempos oscuros, tiempos del nihilismo, que se inician en Sócrates y se extienden hasta nuestros días. Con el triunfo del pensamiento judeocristiano, en estos últimos dos mil años, los valores sanos y vigorosos que defienden los instintos y a la vida misma, han sido debilitados y reemplazados por valores decadentes, donde predomina la defensa de lo débil y la condena a lo fuerte.
Platón diseñó un mundo esencial, eterno, incorruptible, el mundo de las ideas, según él ese es el mundo verdadero, por encima de este mundo terrenal, un mundo donde no transcurre el tiempo en realidad.
¿Por qué y para qué se crea un mundo imaginario?
Para atenuar y tratar de negar el sufrimiento y la muerte.
Vivir es para todo ser humano una tremenda experiencia, es trágica y dolorosa. Ver y sentir la enfermedad, la decadencia y la muerte de sí mismo y de los que amas, saber que todo termina y serás olvidado, es difícil de aceptar y de afrontar conscientemente, de allí que se requiera ser fuerte y valiente. Como lo fueron los antiguos griegos.
Los sacerdotes judeocristianos, y también los guías espirituales de oriente y occidente, dudando de la fuerza y valor de sus pueblos, difundieron la falsa buena nueva: No hay muerte, solo vida eterna. Y el sufrimiento se puede ofrendar, como un pequeño pago para trascender al más allá. Así nace la idea del “paraíso” para los cristianos, “el mundo de las ideas” de Platón, el “shamayim” de los judíos, el “jannah” islámico y muchos más según la religión o creencia.
La sobreprotección ofrecida contra el dolor y la muerte vino acompañada de propósitos de vida, de caminos y metas para los hombres. (Ser bueno para ganar el cielo, ser humilde, pagar diezmo, dudar de los sentidos, satanizar los deseos y el cuerpo, etc). Ahora sí los hombres podrían dormir tranquilos y confiados: hay un más allá para después de la muerte y hay destinos trazados que solo hay que seguir.
Con los desarrollos de la ciencia, los avances tecnológicos y del pensamiento moderno, la fe que sostenía la existencia de los dioses y los mundos ideales, se está viniendo abajo, las personas poco a poco dejaron de creer en cielos y paraísos, y por ende también en los valores asociados a estas creencias.
La protección contra el dolor y el terror que causa la existencia misma se viene desmoronando, entre los hombres se extiende de nuevo el sufrimiento y la desesperanza con mayor fuerza, "allí donde había sufrimiento debía haber castigo". Cuando el ser humano experimenta el sufrimiento, busca vengarse, y tal venganza consiste en el castigo. El espíritu de venganza rechaza el sufrimiento y se venga de él por medio del castigo. Siempre tiene que haber un responsable por el sufrimiento. Nietzsche.
Marx, en su famoso manifiesto comunista, formuló la mejor y más acabada estrategia de acción para dar sentido y valor al espíritu de venganza: identifica los culpables, los malos: (los capitalistas, empresarios, terratenientes, ricos en general), justifica y valida tomar venganza contra los malos: (expropiarlos, destruirlos, perseguirlos, someterlos, en fin: castigarlos).
El marxismo ha extendido el nihilismo y profundizado el espíritu de venganza entre las masas de la población, ahora carentes de dios. La escuela de Frankfurt con Max Horkheimer, Theodor Adorno, Herbert Marcuse y Jurgen Habermas, logró difundir ampliamente el pensamiento marxista entre los intelectuales del mundo y posicionar lo que se conoce como lo “políticamente correcto”.
Lo “políticamente correcto” es la guía conceptual e ideológica para pensar y actuar según los valores acordes con el marxismo.
A nivel mundial y en especial en Latinoamérica, en los últimos 50 años, el pensamiento marxista se ha extendido de manera exponencial, los intelectuales y profesores académicos son los mayores difusores de la nueva religión.
En estos tiempos del nihilismo, la inmensa mayoría de personas vive de manera reactiva, es decir, sus acciones y pensamientos son el resultado de reaccionar contra lo que tienen al frente o en respuesta a las situaciones que le trae la vida, no son creativas. De aquí que la actitud de critica y la búsqueda de culpables ocupe la mente y el ánimo de todos, y en especial, de sus líderes. Ejemplo de ser reactivo: hay que trabajar por que se tiene que comer, no por que le guste o le apasione ayudar o construir. Se casa por que le teme a la soledad, estudia por que eso le daría un mejor salario. Se siente victima de las circunstancias y actúa como tal, siempre existe un culpable de lo que le acontece y su visión de la vida es gris y tormentosa.
El marxismo ha sabido canalizar este sentimiento reactivo y potencializar el espíritu de venganza entre la población pobre de nuestros países, culpando al estado, a los ricos y empresarios de todos los males que ocurren.