“Sí se pudo” decía la gente el pasado domingo 28 de enero de 2018 cuando funcionarios de la Compañía Energética de Occidente desmontaron el reconectador con el cual por más de 6 meses racionaron el servicio de energía a 4052 usuarios regulares de 26 veredas del municipio de La Vega y el municipio de Sucre. El aparato se desmontó, pero el problema de cortes de energía aun continúa para 18 veredas, donde denuncian que les están quitando la energía hasta por 12 horas continuas.
La mesa de negociación se mantiene con la esperanza de llegar a unos acuerdos que mitiguen un poco el constante abuso de la Compañía Energética de Occidente. El malestar de la comunidad vegueña se siente cada mes, especialmente cuando llegan las facturas con cobros exagerados y el servicio cada día es peor.
Además, muchos usuarios se preguntan a diario: ¿a quiénes benefician “los subsidios” que aparecen en las facturas? y ¿dónde están los entes de control? Da la impresión de que nadie hace nada ante tantas denuncias que se reportan cada día, ya que la respuesta es siempre la misma: “ya hay personal en la zona que se encargará de verificar su queja”.
El problema es que esto nunca pasa, hay comunidades que llevan pidiendo que se les reponga un transformador desde hace más de tres años, a otros les llega factura sin haber solicitado el servicio. En general, al consumo comunitario que aparece en la factura es al que se le está buscando respuesta, ¿qué significa que nos cobren por algo que no hemos contratado?, ¿no se supone que pagamos para que nos presten un servicio continuo y de calidad? Al menos eso dice la ley.
La Vega es una tierra de gente buena y trabajadora, que durante muchos años se ha dedicado a defender el agua y los recursos naturales. Sin embargo, esta agua es captada por la empresa sin pedir permiso a nadie para convertirla en energía y cobrarla con una de las tarifas más altas de Colombia y Sur América.
Además, para rematar, la Compañía Energética de Occidente nos trata de ladrones. No obstante, lo que no dice la empresa es que por la incapacidad logística y que por ahorrar plata es que existen los usuarios irregulares; quienes, en su gran mayoría, han solicitado el servicio a la empresa, esta queda de hacer la visita, pero nunca van y luego salen a decir en los medios que les estamos robando. De hecho, aquí nace otra pregunta: ¿quién roba a quién? Eso lo decidirán las autoridades, si es que las hay, y si las hay ojalá que sean imparciales a la hora de emitir un fallo.
Mientras tanto continuamos en el campo sembrando paz, cosechando abusos por parte de las empresas, abandono por parte del gobierno y las autoridades; sin embargo, seguimos en pie de lucha, dispuestos a hacer respetar nuestro territorio porque algo sí tenemos claro y es que “Si el macizo vive, vivimos todos, porque aquí nace y vive el agua”.
