El triste final del mejor de los boleristas colombianos

El triste final del mejor de los boleristas colombianos

En la pobreza se fue el legendario Ricardo Fuentes a los 73 años. Acá un recuerdo de uno de sus fanáticos más fieles.

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septiembre 07, 2019
El triste final del mejor de los boleristas colombianos

Hace pocos días conmemorábamos los 100 años del natalicio de uno de los mejores boleristas de América, el cubano: Benny Moré (24 de agosto de 1919). Ello nos recuerda a otros grandes intérpretes de este estilo como los boricuas Tito Rodríguez y Daniel Santos, los chilenos Antonio Prieto y Lucho Gatica, el venezolano Felipe Pirela, el mexicano Marco Antonio Muñiz, etc.; todos de factura catalogados entre los 10 mejores intérpretes de la suave música romántica del continente.

Pero al lado de ellos no podía faltar un colombiano, representante de lujo de este género musical: Ricardo Fuentes. Más allá del bolero estilizado, este colombiano le dio un carácter más popular para llegar a las masas. Para muchos, no existió una voz más completa en el mundo del bolero colombiano. Le puso el toque romántico con nostalgia y alegría, con regalo y reclamo, con frustración y satisfacción, con más emoción y conmoción.

Una mezcla de los más comunes sentimientos que se conjugan en el amor humano y sus avatares. Era el toque que tantas veces le hacía falta a la gente del común. Un estilo de bolero tropical y a veces con cierto sabor andino. De su voz aparecieron entonces éxitos como “Por amor”, “Cuánto te debo”, “De qué presumes”, “No me vayas a engañar”, “Se acabó”, “Gotitas de dolor”, “Un regalo”, “Se te acabó el juguetico”, entre muchos otros.

Este fue su primer gran éxito "Por amor" que le representó el único disco de oro en su carrera:

 

La aparición de Ricardo Fuentes en la escena supuso un interesante quiebre en las maneras de interpretar el bolero en Latinoamérica. Su nombre real era Ricardo Mogollón Salguero y había nacido en Natagaima, Tolima, el 1 de agosto de 1944. Tuvo unos inicios difíciles que lo obligaron a probar suerte en varias ciudades y países. Hasta que por fin un buen día trabajando en Ecuador en oficios varios y a veces cantando, se topó con un representante de Discos Fuentes.

Su empleador en Ecuador le había sugerido ponerse un nombre para la época sugestivo, Richard Renault. En principio sonaba bien y podía pegar. Pero cuando Discos Fuentes de Medellín le brindó la oportunidad soñada, no dudo en apropiarse del apellido de esa disquera. Pasó a llamarse Ricardo Fuentes. Cuando salió al público su primera grabación la gente se preguntaba: “¿quién es ese nuevo bolerista cubano?”

De allí para adelante todo fueron éxitos, viajes y fama. Se consolidó como un cantante profesional querido no solo en Colombia, también en países como Ecuador, Perú, México, EEUU y Centroamérica. Jaime Rico Salazar en su “Diccionario de la canción popular en Colombia” lo describiría: “Ricardo tiene voz, estilo, figura, personalidad y sabe llegar a todos los públicos”.

Se casó, tuvo un hijo y terminó con su familia viviendo en los Estados Unidos, desde donde recorrió escenarios nacionales e internacionales con sus boleros. Su vida artística se resume en productivos 40 años. Pero ya separado de su familia Ricardo Fuentes regresó al país para radicarse definitivamente en la ciudad de Pereira. Hace 10 años cuando hacía una gira por Europa hizo su última presentación en público en el club Bananas de Londres. Una noche memorable, pero por esos días ya despuntaban los efectos de una poderosa enfermedad degenerativa que lo afectaba con prisa, una neuropatía.

Vuelve al país y debe someterse a múltiples tratamientos. En medio de ellos se le interviene su garganta afectándole sus cuerdas vocales, quedando casi sin voz. La recupera parcialmente, pero más adelante además sufre una fractura patológica de cadera que lo mantuvo postrado en silla de ruedas. Su vida cambió radicalmente. Mucho se especuló sobre su salud, y quienes más lo apoyaron en su momento fueron sus colegas y amigos de la música popular Jhonny Rivera, El Charrito Negro y Luis Alberto Posada. Tuvieron que hacer "vaca" artística para ayudarlo.

Al conocer de su estado y abandono decidimos contactarlo en Pereira. En el programa radial CIUDAD FELIZ, "una forma distinta de vivir" (que dirige este servidor) le hicimos un especial de homenaje que él mismo escuchó y disfrutó e iniciamos una campaña de solidaridad. Estábamos en trámites de envío de unos CDs para venderlos por 10 mil pesos (aunque le sugerimos que al menos 15 mil, se opuso). Pasaron las semanas y los CDs no llegaron (Adjunto chat  últimos mensajes intercambiados con el maestro Ricardo). Al parecer su salud se deterioró mucho más y finalmente fue llevado de urgencia a la clínica Los Rosales de Pereira el viernes 30 de agosto. Pero al otro día, el sábado 31 no enteramos de su partida a las 11 am, en la clínica de la capital risaraldense.

La decepción y frustración por no haber tenido la oportunidad mínima de apoyarlo en vida, fue mayúscula. Hicimos lo posible, pero la circunstancias fueron adversas. El verdadero señor bolero popular se nos fue, nos queda su legado musical para no olvidar.

Apostilla: “Cuánto te debo” es una de sus canciones más recordadas. Este video lo muestra en una de sus últimas actuaciones, poco antes de perder parcialmente su voz: https://www.youtube.com/watch?v=tQKNTrZxGYE

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