Mediante el Decreto 3129, el gobierno de nuestro país creó la empresa Los Ferrocarriles Nacionales de Colombia (FCN) en el año 1954.
Dicha empresa convirtió el sistema Ferroviario de Colombia en una sola entidad, en vista de que en ese año la conformaban varias empresas como Fenaco y Ferroatlántico, que funcionaban en las regiones del país, y desde ahí las administraban.
Fue hasta 1986 cuando la recién creada empresa férrea funcionó por problemas económicos y liquidaron a sus operarios. En ese mismo año se empezó a crear una nueva empresa que llevó por nombre Ferrovías, la cual se encargó de actualizar, restaurar y administrar las pocas funciones que quedaba de Ferrocarriles Nacionales de Colombia por los años venideros.
Tanto los trenes de pasajeros como los de cargas de esta nueva empresa, atravesaban los principales departamentos de Colombia: El Magdalena, el Cesar, Antioquia, los Santanderes, Caldas, Cundinamarca, Bolívar, entre otros.
El único medio de transporte de la época más rápido y seguro eran los trenes. Por estas razones los colombianos optaban en usarlos para viajar, ya sea por turismo, negocio o visitar a los seres queridos que vivían en otras ciudades o municipios.
Por las vías férreas de la vereda Mata de barrio que pertenece al corregimiento de Zapatosa, Cesar, pasaba el tren de pasajeros que se llamaba el expreso de Sol, y el de carga llevaba por nombre “el tren de palito” por llevar en sus vagones maderas, y algunos de estos eran elaborados con este material.
El “tren de palito” salía de Santa Marta, Magdalena, hasta Gamarra, Cesar. Cuatro convoyes de series 301 y 302 pasaban bajando, o sea del Cesar al Magdalena, y de subida pasaban el 302 y 304, los cuales iban repletos de mercancías que oscilaban entre las tres mil toneladas por convoy. Estos salían de Bogotá hasta Santa Marta, y luego regresaba a Medellín, pasando por la estación ubicada en la vereda Mata de barrio, en Zapatosa.
El tren de pasajeros viajó al olvido por culpa del gobierno que vendió a las empresas anteriormente en mención, quienes eran consorcios y trabajaban los maquinistas y demás operarios por contrato.
Las siguientes rutas eran las que recorría el tren de pasajeros o de lujo como era llamado por su ambiente y confort que lo caracterizaba:
Salía de Santa Marta y hacía parada en Ciénaga, luego en Fundación (Magdalena) y de allí viajaba a Bosconia, después a Gamarra, luego prende motores y pasa por la vereda de Mata de barrio en Zapatosa (Cesar) para dirigirse hasta Barrancabermeja (Santander). De esa ciudad emprendía su viaje a la Dorada (Caldas), de aquí se dividían los trenes, uno a Bogotá y el otro a Medellín.
La estación de trenes en Mata de barrio se llama Zapatosa, y está ubicada en el kilómetro 680.2. A esta llegaban los habitantes de este corregimiento, los de Pailitas y demás pueblos cercanos a abordar el tren para viajar a sus destinos.
El señor Andrés Ospino laboró desde el año 1968 cuando llegó a Zapatosa, en la estación de tren de Mata de barrio, dedicándose a despachar las máquinas y a cargar las mercancías.
Las máquinas eran la sensación y el boom entre los zapatoseros y demás colombianos, porque solo se contaban con este medio de transporte.
Ospino nos cuenta en una entrevista que le hicimos en plena vía férrea de Zapatosa, cuando se encontraba reparando su camioneta que se había varado, gracias a Dios a orillas de la vía. En dicha entrevista nos contó que si pasara de nuevo el tren de pasajeros en estos tiempos, sería mejor porque así se evitarían muchos accidentes de tránsitos y llegaríamos a nuestros destinos en pocas horas.
El señor Andrés también nos mencionó que es mejor transportar mercancías en trenes comerciales con 30 o 40 vagones de 35 toneladas, que enviarlas en 35 mulas con 30 toneladas cada una.
“Los empresarios recibirían sus mercancías en un día y en menos horas en un convoy, pero si se lleva las 35.000 toneladas en 35 mulas, no llegarían a tiempo y no es seguro”, sostuvo Andrés Ospino.
Desde el pasado 26 de octubre del año 2016 volvieron a pasar los trenes comerciales por los distintos departamentos del Caribe y centros del país, llevando en sus interminables vagones varias toneladas de mercancías.
Después de haber pasado el periodo de pruebas al recorrer alrededor de 767 Kilómetros y cruzar el Cesar, Magdalena, Santander, Antioquia y Caldas, se cumplió el sueño de los colombianos de volver a ver pasar los trenes de cargas por los viejos, oxidados y restaurados ferrocarriles de las regiones.
A cargo de la agencia Nacional del corredor férreo estuvo esta prueba.
“Este tren cumplió su objetivo de probar las condiciones de la línea férrea para una futura operación de carga o pasajeros, especialmente en el tramo Chiriguaná – La Dorada, donde el Gobierno nacional a través de la ANI invirtió en su recuperación, y por donde además, hace más de 16 años no pasaba un tren cargado”, aseguró el presidente de la entidad Luis Fernando Andrade.