La rutina de los ciudadanos consiste en levantarse, bañarse, desayunar (el que puede), ir al trabajo o al lugar de estudio, cumplir sus labores, almorzar, seguir cumpliendo labores y devolverse a su casa a descansar para seguir con el ciclo al día siguiente.
De esta cadena, el asunto del transporte es tal vez el más agobiante (sin enfatizar en el tema de la alimentación, que es crítico dados los ingresos promedio del ciudadano de a pie), teniendo en cuenta la incomodidad, la temperatura (que por fortuna en estos días se ha mantenido fresca, 27 - 29 grados centígrados) y los tiempos de los trayectos que se pueden calcular de la siguiente manera:
Tiempo por trayecto: 40 minutos - 90 minutos (1 hora y 30 minutos).
Media por trayecto: 40 + 90 / 2= 65 minutos (1 hora y 5 minutos).
65 minutos x dos veces al día: 130 minutos al día (2 horas y 10 minutos).
130 minutos x 7 días a la semana: 910 minutos (15,1 horas).
910 minutos x 52 semanas: 47.320 minutos (788.6 horas)
47.320 minutos = 32.8 días.
Si multiplicamos 32.8 días al año por los años que nos quedan de vida sabremos que es una cifra ridícula la que estaremos desperdiciando metidos en un bus.
Por ejemplo, si aspiramos a vivir 30 años más nos da 984 días, es decir, 2.6 años aguantando empujones, pisotones, sufrimientos y demás penurias que se pasan en el actual sistema de transporte.
¿Cómo podemos desperdiciar el tiempo y la calidad de nuestra vida de esa forma?
Las administraciones locales y departamentales, tienen la obligación política y el deber para con la inteligencia humana, de buscar soluciones a este drama.
Propuestas.
- Articular el sistema de Transmetro con el de las de las empresas de transporte público para garantizar cobertura en toda la ciudad y su área metropolitana.
- Habilitar vías alternas a las arterias como la Murillo, Cra 46, Cra 38 y otras.
- Ampliar vías.
- Ajustar el Transmetro a las necesidades de la ciudad y su Área Metropolitana.
- Planificar las construcciones de nuevas edificaciones y centros comerciales.
- Rediseñar vías para descongestionar otras.
- Aumentar el número de vehículos de empresas de transporte público en las horas pico.
- Regular el uso de los carros particulares en horas pico, pico y placa.
- Garantizar que todos los buses o busetas de servicio público tengan acondicionador de aire (o aire acondicionado como lo llamamos nosotros).
- Limitar el número de pasajeros por buses o busetas para evitar el apiñamiento excesivo.
- Suscribir convenios entre la administración distrital y empresas de transporte privado en caso que las empresas de transporte público no tenga vehículos suficientes para cubrir las horas pico.
Reflexión
No soy experto en asuntos de movilidad, pero sí tengo la preocupación para que el tema del transporte público deje de ser una condena diaria y sea en efecto, para lo que fue concebido, un medio para alcanzar un fin.
Cuando hay voluntad, sobre todo la política, se pueden hacer realidad las cosas, máxime si se trata de poner en primer lugar el bienestar de nuestros ciudadanos.
Ñapa
El distrito y/o la gobernación pudieran contratar buses de servicio público o crear una flota pública que cubra las rutas de transporte para los colegios públicos. Llevar a los niños al colegio a tempranas horas y en esas condiciones es deprimente, más cuando te ven subir al bus y se hacen los despistados para no darte el asiento.
Sería bueno que los gobernantes usaran por lo menos una semana al mes el transporte público, tal vez así, podrían tomar consciencia de la dimensión del problema.