Como sucedió en Racing, en River y en Cruz Azul, Teófilo Gutierrez volvió a reventar un grupo. El Junior era una máquina hasta hace tres semanas cuando se hicieron públicas las intenciones del delantero barranquillero de seducir a la esposa de Ovelar, el otro delantero paraguayo. Como un niño consentido y asqueroso Fuad Char decidió no castigarlo sino amenazar a votar al extranjero. Dentro del Junior esta injusticia no cayó bien. El resultado se ve en los números: de los últimos 8 partidos entre torneo y copa, Junior empató dos y perdió seis. Una debacle.
Me da mucho pesar por la afición juniorista que soñaba con la triple corona pero Teo, que tantas alegrías da a la afición, tiene problemas mentales. Él es su peor enemigo. Ustedes se imaginan el jugador que hubiera sido si no hubiera tenido los problemas en la cabeza que tiene, si se hubiera tratado. En los dos partidos contra el Flamengo Teo se dedicó a braviar, a ver quién era más macho…si se hubiera dedicado a jugar el resultado sería distinto. Pero no, otra vez la bravura que lo sacó por la puerta de atrás de Racing, River y Cruz azul volvió a acabar con las intenciones de los barranquilleros.
Yo no soy hincha del Junior y estoy feliz con la clasificación de ese equipo chico que es el América pero si soy hincha de la selección y estoy preocupado. Pekerman debe valorar si vale la pena llevarlo al mundial. En este momento Gutierrez, así lo quiera mucho el argentino, es menos que Duvan, que Bacca, que Chará, que Avilés y que Falcao. No tiene cabida en el equipo este disociador. Lo más importante en el mundial es mantener un grupo que se quiera, que se cobija. A sus 32 años ya acabaron los años gloriosos del barranquillero. Sé que los hinchas junioristas no van a estar de acuerdo conmigo, que se van a molestar porque son fieles como nadie. Pero que se le va a hacer si a Teo le perdonan allá todo incluso que con sus caprichos haya influido a este fracaso absoluto que fue la campaña del Junior este semestre. Un equipo que lo tenía para ganar todo y al final se quedó con una copita de mentiras
