Tuvieron que transcurrir 132 años para que el Leicester City, un equipo creado por inercia por un grupo de escolares, se consagrara campeón de una de las ligas más equilibradas de Europa: la Liga Premier. El rey del hielo, como alguna vez fue bautizado, dirigido por el italiano Claudio Ranieri, logró sumar una diferencia matemáticamente inalcanzable en la tabla de posiciones, gracias al empate ante el United en el Old Trafford y a la igualdad del Tottenham frente al Chelsea.
Los zorros, como se le conoce al actual campeón de Inglaterra, comienzaEn n a escribir una historia que desde 1884 estaba marcada por las derrotas, por la crisis económica y por la casi que indeleble sombra del descenso. Este era el propósito que se buscaba con la llegada de Ranieri para la temporada 2015-16; mantenerse en la primera categoría del fútbol inglés. Sin embargo, la ambición y el coraje de un equipo sin estrellas ni grandes figuras fue el motor para que, además de escapar de la segunda división, alcanzar, con dos fechas de anticipación, el título con mayor importancia en su trayectoria.
¿Pero, cómo un equipo con una nómina “barata” logra quedar campeón en la liga inglesa, dejando atrás a los siempre poderosos Manchester United y City, Arsenal, Chelsea y Liverpool?
El campeonato del Leicester es, subsecuentemente, el preludio de una liga inglesa que entra en una etapa aparentemente de crisis. A nivel internacional, trayendo a colación la Uefa Champions League y la Europa League, los equipos ingleses han sido, en las últimas temporadas, como los colombianos en los torneos sudamericanos. Unos clubes con grandes inversiones en fichajes, como el caso del Manchester City y el United, el Arsenal y el Chelsea; con grandes entrenadores (Van Gaal, Arsène Wenger, Mourinho, Pellegrini), pero con grandes decepciones en las competencias europeas.
La última vez que un equipo inglés ganó la UCL, fue en la temporada 2011-12, cuando el Chelsea derrotó, por penales, al Bayer Múnich de Alemania. Antes de eso, en la temporada 2010-11, el United cayó 3-1 frente al Barcelona de España, quien también lo derrotó en la final del 2005-06, disputada en el Stade de France, Saint-Denis. En el año 2007, los diablos rojos se coronarían campeones de la UCL, imponiéndose a otro grande de Inglaterra, el Chelsea.
Desde 2004, cuando el Liverpool ganó la orejona, hasta nuestros días, se ha presentado una particularidad estadística: un club inglés gana la liga de campeones cada tres o cuatro temporadas: Liverpool en 2004, Manchester United en 2007 y Chelsea en 2012. Según esta lógica, se espera que el Manchester City (ya que es el único equipo inglés que aún sigue en competición en la temporada actual) se corone campeón de la liga más importante de clubes en el mundo.
Pero dejemos este telón de fondo y regresemos a la escena principal. El Leicester City, el equipo por el que muy pocos devotos apostaron y que hoy puede decirse que acopian gran cantidad de euros, es el nuevo campeón de la Premier League. Sí, así como lo oyen; ni Manchester ni Arsenal, tampoco el Chelsea; es el Leicester.
Esto confirma la tesis de que la Premier League es una de las ligas más atractivas a nivel mundial, puesto que en las canchas se exhiben partidos gradualmente parejos y con gran valor estético. Es un fútbol en el que las estrategias tienen mucha incidencia sobre el desempeño de los equipos, como ocurre con el actual campeón. A diferencia de la Bundesliga y la BBVA, que se vuelven tediosas y bastante predecibles, la liga inglesa está llena de grandes sorpresas, como la del día en que Leicester City, un club humilde, sin estrellas pero con jugadores potencialmente grandes, se convirtió en el nuevo rey de Inglaterra.
@reiks8