No es la primera vez que alguien del Centro Democrático propone exponer a los corruptos. Un muro de la infamia que nos recuerde, y sobre todo les recuerde a los políticos, por qué los ciudadanos no confiamos en ellos resulta algo muy seductor. Pero lo que me parece más interesante es que sea precisamente el uribismo el que quiera dejar en evidencia a los corruptos.
La senadora María del Rosario Guerra va a radicar el proyecto de ley en el Congreso. “Se publicará en sitios web oficiales la lista de las personas condenadas por corrupción, expuestos con los nombres y detalle de sus condena en espacios públicos llamados 'Los muros de la corrupción'”, dice el texto que está compuesto por 12 artículos.
¿Será que se le olvida a la senadora que su hermano, el exsenador Antionio Guerra de la Espriella, está enredado hasta el cuello con el caso Odebrecht? De ser hallado culpable será uno de los primeros en aparecer en el anunciado muro de la corrupción, muro de la infamia que podría también quedar lleno de uribistas prófugos.
El proyecto del uribismo dejaría en evidencia la clase de personas que rodean al expresidente Uribe, quien insiste en defender a sus cercanos a pesar de la corrupción campante de la que han sido protagonistas: el excomisionado de paz Luis Carlos Restrepo terminó investigado por la justicia colombiana por irregularidades durante la dejación de armas del Bloque La Gaitana de las FARC en el año 2006. Tiempo después, a través de las declaraciones de otros desmovilizados, se descubriría que todo el acto fue un montaje y que los supuestos guerrilleros no lo eran. La Fiscalía inició la investigación y Restrepo, médico psiquiatra de profesión, decidió huir de Colombia.
Otro caso es el de Andrés Felipe Arias, un corrupto condenado a 17 años de cárcel por el escándalo de Agro Ingreso Seguro: repartió casi 4.000 millones de pesos en subsidios agrarios para pequeños campesinos, pero terminaron en manos de los amigotes del gobierno.
El rostro de la exdirectora del DAS, protegida de Uribe, María del Pilar Hurtado no podría faltar en este muro de corrupción. La Fiscalía, en 2010, la imputó con los cargos de falsedad en documento público, concierto para delinquir, peculado por apropiación y violación ilícita de comunicaciones. Hurtado decidió refugiarse en Panamá y recibió asilo político por parte del presidente Ricardo Martinelli.
En 2015 regresó a Colombia y se entregó a la justicia. Ese mismo año, la Corte Suprema de Justicia la condenó a 14 años de prisión ya que, según la alta corte, Hurtado fue la encargada de idear las chuzadas ilegales y planear campañas de desprestigio en contra de los detractores del gobierno de Álvaro Uribe.
También está el caso del general Mauricio Santoyo, jefe de seguridad del expresidente, fue extraditado a los Estados Unidos por haber ayudado a narcotraficantes y paramilitares a cambio de una jugosa paga: 5 mil millones de dólares.
Y qué decir de los altos funcionarios de Uribe como el exminstro Diego Palacio, el exministro Sabas Pretelt y el exsecretario general de Presidencia, Alberto Velásquez, todos condenados por la Yidispolítica.
Para terminar, Mario Uribe, primo del expresidente, estaría en el muro tras haber sido encontrado culpable por sus relaciones con paramilitares que lo apoyaron para llegar al Congreso.
Yo apoyo al uribismo con esta propuesta porque se están poniendo la soga al cuello y nos darán más argumentos para seguir criticándolos y ver lentamente su desplome.
