Max Mermelstein era un piloto de avioneta que terminó casándose con una paisa, 15 años menor que él, en Estados Unidos. Por intermedio de ella el norteamericano se contactó con los más terribles sicarios del Cartel de Medellín, entre los que se contaba Griselda Blanco, la temible viuda negra, sanguinaria narcotraficante que inspiró, entre otras carreras, la de Pablo Escobar. Por intermedio de ella Mermelstein se contactó con Pablo Escobar y llevó a las costas norteamericanas cincuenta toneladas de cocaína.
El 5 de junio de 1985, mientras llegaba a su casa en Davie, Florida, según cuenta en su articulo publicado en El Espectador Nelson Fredy Padilla, Mermelstein fue detenido. Biden ya era senador, pero entre 1987 y 1995 presidió el Comité de Asuntos Judiciales del Senado en donde tuvo un objetivo fundamental: desarticular el Cartel de Medellín. Una vez capturaron a Mermelstein Pablo Escobar le puso un precio a su cabeza, tres millones de dólares. Así que había que cuidar al piloto judío a como diera lugar.
Un piloto que se convirtió en testigo contra el cartel de Medellín, Barry Seal, fue asesinado en Baton Rouge por parte de sicario Carlos Arango, mejor conocido como Cumbamba, quien se atrevió a matar en 1987 al famoso piloto cuya vida fue llevada al cine en el 2015. Biden, que usaba fuentes directas de la CIA y la DEA, pidió se extremaran las medidas de seguridad sobre Mermelstein hasta el punto de que vivía en búnker protegido las 24 horas al día.
Durante 1978 y 1985 el piloto, considerado el norteamericano que más cerca ha estado del Cartel de Medellín. La localización de rutas, la ubicación de nombres y direcciones, sería vital para que Biden desarticulara, al menos en seis estados, redes de cocaína. Es que Biden, como senador, fue quien convenció a los gobiernos de Ronald Reagan y George Bush de liderar la guerra contra las drogas. Cuando terminó su crgo en el Comité de Asuntos Judiciales del Senado, el narcotrafico seguía vivo pero Pablo Escobar y el Cartel de Medellín se habían extinguido.
La protección que le dio Biden a Merlmestein fue fundamental para que siguiera vivo y pudiera contarlo todo. El piloto murió en el 2008 de un cáncer de hígado. Toda la familia de su esposa Cristina también fue protegida. Su confesión se convirtió en un libro El hombre que hizo llover coca, que vendió cientos de miles de ejemplares. Ahí se vende como si fuera la víctima de un entramado criminal. La relación que tuvo con sicarios despiadados como Rafael Cardona, uno de los amantes de Griselda Blanco, es uno de los aspectos más escabrosos del libro.
*La información está tomada del artículo de Nelson Fredy Padilla publicada en El Espectador y titulado: Las vidas cruzadas de Joe Biden y Max Mermelstein.
