Recuperar una tasa de porcelana del periodo Wanli de la dinastía Ming, a 600 metros de profundidad, con un robot de operación remota, ROV, no solo es extremadamente difícil y delicado por su fragilidad, sino que es muy costoso. La recuperación arqueológica del galeón San José se estima oscila entre los 100 y 200 millones de dólares, siguiendo los protocolos técnicos más estrictos, solo se puede sufragar de dos formas: o desembolsando dinero público con cargo al Presupuesto General de la Nación, o pagándole al contratista con aquellos bienes que no son considerados “patrimoniales”, según los define la Ley 1675. Eso, o dejarlo expuesto en el fondo marino, cuando ya varias docenas de personas conocen las coordenadas exactas al milímetro.
El proceso de adjudicación del rescate del Galeón San José está más enredado que un costal de anzuelos, sin traer a colación los problemas con España ni con Sea Search Armada.
El Tribunal Administrativo de Cundinamarca acaba de fallar “declarando no probadas las excepciones y denegadas las pretensiones” de la Acción Popular entablada por el reconocido exmagistrado César Duarte Acosta contra el Ministerio de Cultura y el Instituto Colombiano de Antropología e Historia, ICANH. El doctor Duarte solicitó al Tribunal ordenara la suspensión del trámite de adjudicación dentro de la Asociación Publico Privada, APP, del rescate del galeón San José a la empresa suiza Maritime Archaeology Consultants Ltd, MAC.
La principal objeción del Dr. Duarte y de su coadyuvante, el historiador Francisco Muños Atuesta, Veedor nacional, es la fórmula según la cual el originador, MAC, recibiría como pago un porcentaje de los bienes rescatados, aquellos que no constituyan patrimonio cultural de la Nación, como lo son las monedas, barras de plata y esmeraldas en bruto, según lo estipula la Ley 1675 de 2013. Los doctores Duarte y Muñoz han informado que se proponen ambos apelar el fallo ante el Consejo de Estado. El Tribunal en su fallo declaró no probadas las excepciones propuestas por MAC, por Mincultura y negó las pretensiones del doctor Duarte Acosta; cero hits, cero carreras.
A finales del año pasado, en el Acta No. 9 del 19 de diciembre 2019, el máximo ente cultural, el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural determinó fulminantemente que “la totalidad del hallazgo identificado como el Galeón San José está constituido por bienes considerados patrimonio cultural de la nación”. Es difícil de entender esta declaratoria, habiéndose perdido los tres manifiestos de la carga, nadie conoce ni siquiera vagamente el contenido de la carga abordo del San José. Aunque existiese el manifiesto, el contrabando puede llegar a constituir el 25% o el 50% de la carga. La discrepancia que surge es ¿cuándo se debe hacer esa declaratoria, antes o después de extraídos los artefactos? La Ley 1675, en su Artículo 14 estipula: “El contratista deberá entregar al Ministerio de Cultura la totalidad de los materiales que sean extraídos. El Ministerio de Cultura levantará el respectivo inventario técnico, realizará la clasificación de los bienes y presentará informe al Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, quien expedirá la resolución, de acuerdo con los criterios establecidos en el artículo 3o de esta ley, de los hallazgos que constituyan o no Patrimonio Cultural de la Nación.”
El Consejo aparentemente expidió su resolución quizás algo prematuramente, en su afán de evitar pagarle al contratista MAC con un porcentaje de hasta el 45% de las piezas repetidas, las monedas, las barras de plata y esmeraldas en bruto. La implicación de esta declaratoria de Bien de Interés Cultural es equiparar las piezas patrimoniales, las joyas, instrumentos de navegación, etc. a los bienes cambiarios repetidos, no-patrimoniales, para prohibir, con intenciones ciertamente nobles, pagar la recuperación con parte de los bienes repetidos provenientes del San José.
Es posible que con este fallo se haya despejado momentáneamente, mientras falla el Consejo de Estado en 20 días, una de la numerosa lista de barricadas en el tortuoso y difícil camino hacia el rescate del galeón más emblemático del hemisferio occidental. La vicepresidenta Marta Lucia Ramírez ha manifestado tener la misma preocupación del Dr. Duarte y del Veedor Muñoz: “Si bien es cierto que encontramos este trámite avanzado, algunos de sus elementos jurídicos nos generan dudas, y en particular nos preocupa la posibilidad de que el pago al contratista se realice mediante la entrega de piezas extraídas del Galeón San José.”
El Tribunal Superior de Cundinamarca falla estableciendo que “…el 100% del hallazgo denominado “Galeón San José” es considerado bien de interés cultural del ámbito nacional, no hay posibilidad de remunerar al originador del proyecto con piezas del mismo, razón por la cual, se reitera que las entidades demandadas no han vulnerado, o están vulnerando, los derechos o intereses colectivos relativos a la moralidad administrativa…” Dicho de otra forma, si el Ministerio de Cultura quiere seguir adelante con la adjudicación de la Asociación Publico Privada a MAC, debe pagarle al contratista-originador MAC con dineros a cargo del Presupuesto General de la Nación, dinero no presupuestado en estas épocas de pandemia global. Complicado.
En resumen, el gobierno del presidente Duque tiene tres opciones. La primera es no hacer nada durante estos dos años que le restan y rezar para que piratas modernos no expolien tanto los bienes patrimoniales y los no-patrimoniales indiscriminadamente, si no es que ya lo lograron. Hay submarinos silenciosos que fácilmente llegan a los 600 metros… La segunda opción es seguir adelante con la APP que dejó la administración anterior con MAC, sacar la chequera y desenfundar los 100 millones de dólares o más que vale el museo, el laboratorio, rescatar y conservar el pecio del San José. Por último, el gobierno se puede echar para atrás y acogerse a la Ley 1675, abrir una licitación pública internacional amplia y transparente (Articulo 10), y recuperar así para los museos el 100% de los bienes patrimoniales, las custodias, bandejas, joyas, astrolabios, porcelanas, instrumentos, artillería, etc. y sacrificar el 5% o el 10% de los bienes no-patrimoniales para sufragar el rescate, echándose el gobierno al bolsillo el 90% de las monedas, esmeraldas y las 200 toneladas de oro y plata.
Mel Fisher, quien fuera quizás el mas exitoso de los buscadores de tesoros modernos, recuperando 400 millones de dólares de las entrañas del Atocha y del Santa Margarita en los Cayos del Marqués, en la Florida, solía decir: “El tesoro trae problemas, ¡tesoros grandes traen problemas grandes!” Qué cierto.