Se ha dicho innegablemente que en los últimos días el país entero ha pasado por un momento histórico, donde la gente se manifiesta y “cacerolea” en pro de sus derechos y su inconformidad frente a las decisiones tomadas por el gobierno de turno. Esto es una verdad absoluta e incontestable. Sin embargo, también se puede decir sin pelos en la lengua que se trata de un momento histórico dada la posición y reacciones que ha tomado la administración de Iván Duque en estas semanas de tensión política y social.
Efectivamente, no es ningún misterio que en la mayoría de manifestaciones presentadas desde el 21 de noviembre, la reacción de la policía, de los ministros y hasta del propio presidente ha sido extremadamente agresiva, tanto verbal como físicamente. Resultado de esto; manifestaciones pacíficas que se transforman en guerras campales donde prima el uso excesivo de la fuerza por parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), un joven bachiller asesinado por la policía en una manifestación, discursos presidenciales fuera de sitio y con más palabras que hechos, arduos debates en el congreso, y jóvenes embargados como bultos de papa en carros particulares supuestamente de la policía, sin mencionar muchos hechos más.
Aunque todas estas situaciones parecen completamente surrealistas, lo que de verdad salta las alarmas es la posición que han tomado los miembros del gobierno frente a todos estos acontecimientos. El presidente, varios ministros (Interior, Defensa) y senadores del Centro Democrático han defendido y justificado reciamente el uso desmedido de la fuerza que lleva a cabo el Esmad, y han calificado como un simple accidente de rutina la muerte de Dylan Cruz. Todo esto sin presentar ni el más mínimo trino en Twitter con el fin de cuestionar la violencia promulgada por la policía.
A su vez, frente a los videos de desespero de la joven que fue incautada en un carro particular, la policía en voz del Comandante Hoover Penilla solo ha justificado el buen actuar y el excelente procedimiento de sus agentes, como se presenta en el último video de La Pulla. Mientras que los miembros del gobierno de Duque y del Centro Democrático se hacen los de los oídos sordos y no han hecho ningún comentario al respecto, como si absolutamente nada hubiera pasado.
Y como si fuera poco, la cereza del pastel. Semana encuentra en una investigación una de las más grandes evidencias del caso de los llamados falsos positivos en Colombia, y el gobierno no ha hecho ni un solo comunicado al respecto. Ni uno. Como si este horrendo suceso de la historia del país no hubiera ocurrido durante la presidencia del líder del partido político que ahora está en el poder.
Todo lo que está sucediendo parece sacado de una novela de ficción, completamente aterradora y espeluznante. Tanto, que no es sorpresa que el mayor miedo que actualmente presentan los manifestantes sea el de terminar impactados por un proyectil de dudosa procedencia en la mitad de una manifestación, o ser incautados en un vehículo sospechoso sin saber a dónde los llevan y esperando que no los encuentren en una fosa común 15 años después. El miedo que ha promulgado este gobierno se ha vuelto desmedido, y espero que no sea necesario mencionar el nombre que se le da a un gobierno donde su población teme luchar por sus derechos.
