La última felicidad que vivió Catalina Serrano en los últimos seis años fue en octubre del año pasado. Por esa fecha su esposo, Andrés Felipe Arias, regresaba al país a terminar de pagar una condena de 17 años por el escándalo de Agroingreso Seguro en la Escuela de Caballería de la Policía Nacional en el norte de Bogotá, donde ya había estado entre 2011 y 2013 mientras era procesado.
Desde el 2014, la familia Arias Serrano se fugó a Miami huyendo de la sentencia del Ministro de Agricultura del gobierno de Álvaro Uribe Vélez. Cambiaron una vida de lujo en Colombia, a pasar sus días en un estrecho apartamento en el barrio Weston en Fort Lauderdale al noroccidente de Miami que Arias habitó hasta en agosto del 2016 la justicia norteamericana lo capturara.
Desde entonces, la vida de Catalina ha sido un suplicio para pagar la defensa de su esposo pues su situación económica ha sido precaria. En reiteradas ocasiones, realizó recolectas virtuales y pidió donaciones a los colombianos para saldar los trámites legales en Estados Unidos en donde contrataron a David Óscar Markus, reconocido abogado con trayectoria en casos de crímenes de cuello blanco.
Con su esposo en el país, ahora Catalina se las ingenia para pagar el sustento de sus hijos. Su nuevo emprendimiento es hacer tortas artesanales que vende a domicilio por Instagram.
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