Daniel Quintero tiene en su mente convertir al Valle de Aburrá en el Silicon Valley o el Valle de Software de América Latina. Es su proyecto estratégico insignia a 50 años y para eso necesita los recursos que aporta EPM. La junta le había hecho saber que la prioridad era poner a funcionar Hidroituango, Electricaribe y la post-pandemia.
El mega proyecto de Quintero terminó en Ruta N, la estructura institucional tecno de Medellín creada mediante una alianza público-privada. El director saliente Andrés Vásquez le informó al alcalde que la junta no había considerado el valle del software prioritario y que el debía seguir los lineamientos de los directivos. Esto le costó el puesto a Vásquez, quien recibió tal respaldo de la junta que varios miembros, entre ellos el poderoso empresario Manuel Santiago Mejía (quien también estaba en la de EPM), prefirieron renunciar antes que aceptar el nuevo gerente Javier Darío Fernández impuesto por el alcalde.
La recomposición de las nuevas juntas directivas de EPM Y RUTA N serán en función del apoyo a la demanda de Hidroituango y al Valle del software, el sueño mayor de Daniel Palacios, un apasionado de la tecnología como ningún otro gobernante.