Lo que está sucediendo en el campo es producto de una política económica que va en contravía de la vida.
Se extiende el monocultivo, el acaparamiento de tierras y para agudizar todo lo anterior, se importa alimentos y se genera deudas impagables por parte campesinos. Al final los precios de venta, el control de intermediarios, la regulación de federaciones para favorecer a unos pocos hace que terminen regalando el fruto de su trabajo.
La crisis que hoy expresan paperos medianos y pequeños es expresión de una realidad que va en contravía de la abundancia en un país que podría alimentarse de forma soberana si activará las economías de la vida campesina.