En los últimos meses nos han inundado a través de campañas televisivas y de redes sociales resaltando el peligro del sobrepeso como enfermedad y que está mal ser gordo. Es decir, se despliega un fuerte discurso gordofóbico que claramente promueve la discriminación y el menosprecio, "inconsciente" claro, o disimulado por lo menos en el tema de la salud. Mensaje que claramente acentúa nuevamente la repulsión hacia las personas con sobrepeso, que de paso, incomodan a los esquemas estéticos establecidos por la moda y por el grueso de la industria del consumo.
Lo problemático de esto no es tanto que se haga una discriminación disimulada de los gordos, sino que exacerba el ya existente acoso social a dichas personas en todos los ámbitos (familiares, laborales, académicos y demás). Es claro que Colombia sufre una crisis de valores en la que todo tipo de urbanidad ha caído en el olvido, prácticamente no es colombiano el que no le ha tirado piedra a un policía, golpeado a un guarda de tránsito o amenazado al profesor por llamarle la atención, de ahí para abajo se ve de todo, el acoso a las minorías y el bullying a cualquier persona que sea diferente físicamente, ya sea por bajito, por feo o por gordo.
Si bien el sobrepeso es un problema real y las tasas de obesidad han crecido en las últimas décadas en el país, corresponde al ámbito familiar, escolar o de las EPS el promover estilos de vida saludable, que cada uno debe asumir como una iniciativa personal en busca de una mejor calidad de vida, pero no puede ser impuesto bruscamente. Increíble que el propio Ministerio de Salud se preste para esta burla y se vuelva promotora de la discriminación y el bullying.
Lo que más debe importar es la calidad de vida, y no los cánones estéticos ni los intereses económicos ocultos de ciertos sectores que, o bien viven del sobrepeso, o lo promueven veladamente. Si lo pensamos, el dichoso impuesto a las gaseosas de 2019 no terminó en nada saludable, si bien acrecentó el recaudo de impuestos, aumentó el consumo de dichas bebidas, a pesar de haber elevado el precio, poco ha promovido la salud o evitado la obesidad.
Si seguimos a Redpapaz, podemos ver como se ha utilizado la propaganda en la venta de productos alimenticios, suprimiendo intencionalmente información de los aspectos dañinos. Se promueve el consumo de comida chatarra sin verdad. Se debe exigir la inclusión de sellos que indiquen el verdadero contenido de los productos altos en azúcar y grasas saturadas.
En últimas, no repliquemos esa manera grosera de decir "no sea gordo", busquemos la promoción de estilos de vida saludables e inclusivos y exijamos una mejor alimentación para todos. No más discriminación.
Fuentes
Twitter - La verdad de su peso
Gordofobia: ¿qué hay detrás del odio a las curvas?
Industria de alimentos procesados, igual o peor que