Luego de que cesara la horrible noche que afrontó este representativo renglón de la economía nacional a causa de los distintos brotes de aftosa que se presentaron en país para los años 2017 y 2018, motivo de peso para que la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) le retirara el estatus de sanidad como país libre de aftosa, automáticamente se generó que se congelaran las compras de carne y ganado en pie que venían realizando varios países.
Superada esta situación, el pasado 6 de febrero del año 2020, Colombia fue nuevamente certificada como país libre de aftosa y puede reactivar sus exportaciones de carne, subproductos y ganado en pie.
En el 2020 las exportaciones sumaron más de 34.000 toneladas de carne y 264.000 animales en pie, dando así como resultado una cifra superior a los 270 millones de dólares, esto según el Dane. El presidente del gremio ganadero (Fedegán), José Félix Lafaurie, señaló que la meta a corto plazo es llegar a un ponderado anual de 500 millones de dólares.
Como contraparte a este panorama alentador para el sector ganadero y ejemplo de reactivación económica después de la pandemia, algunas asociaciones señalan que estas exportaciones desmedidas y sin control tienen un efecto negativo en el consumo de carne en el territorio nacional, pues esto ha encarecido el ganado y por tanto la carne, haciendo más difícil la adquisición de esta proteína por parte de los hogares menos favorecidos.
Se habla de una reducción del 8.4% en el consumo interno de carne de res, esto según el presidente ejecutivo de asociación de frigoríficos de Colombia, Álvaro Urrea Ruiz; quien además envió una carta a la Presidencia de la República, Ministerio de Agricultura y demás entidades afines al sector para que esta actividad comercial sea regulada a tiempo y evitar un mayor impacto en el mercado nacional.