Ni siquiera los que han interpretado a cantantes vallenatos se han salvado del sino fatídico que ha estado presente en las carreras de esos grandes intérpretes de la música más popular y más rentable de Colombia.
A veces uno se pregunta el por qué ese hado fatídico persigue, casi siempre, a los cantantes del vallenato, como si se tratara de una fuerza desconocida que obra exclusivamente sobre ellos. Ya van nueve cantantes de música vallenata que mueren de forma trágica.
El más reciente ocurrió ayer, cuando dejó de existir Iván Mindiola, en una clínica de Bogotá, tras accidentarse el 13 de agosto, cuando se desplazaba en automóvil por la vía Tunja – Sogamoso, a la altura de Paipa, Boyacá.
La mayoría de los infortunados han muerto en accidentes de tránsito y solo uno fue asesinado. Claro que no a todos les ha tocado ese destino y muchos han contado con la fortuna de salir ilesos o no ser tocados por ese sino fatídico.
Rafael Orozco ha sido el único asesinado a tiros, mientras los siguientes murieron en accidentes: Leo Gómez Jr; Adaníes Díaz, recordado como uno de los precursores del vallenato, Martín Elías, hijo de Diomedes; Kaleth Morales, Patricia Teherán, Jesús Manuel Estrada (el cantante original de la canción 'Los caminos de la vida'), Astron Herrera, este último falleció cuando se transportaba en una moto por la vía entre Calamar y el municipio de Suán, Atlántico. Y por último, el de ayer, Iván Mindiola.
No obstante, el mismo sino fatídico también alcanzó a otros importantes miembros de la música vallenata, como al compositor Rumualdo Brito, al acordeonero Juancho Rois y a Martín Maestre, el tío de Diomedes Díaz, el mismo que lo impulsó a cumplir su sueño de ser cantante y quien murió tras estrellarse la camioneta donde iba y la cual era conducida, precisamente, por Diomedes Díaz.