El alcalde de Uribia, Luis Enrique Solano, ha hecho oídos sordos a las advertencias de la Procuraduría y a las denuncias de los indígenas y está empeñado en apoderarse del manejo del hospital de Nazaret ubicado en La Alta Guajira. Son $11 mil millones en presupuesto y cerca de 4 mil niños e indígenas Wayúu que reciben atención médica en este hospital que ha sido dirigido por la médica Claudia Henríquez a quien se le venció su periodo y no podría continuar en el cargo a pesar del pedido de la comunidad y del ministro de Salud Alejandro Gaviria. La gobernadora Oneida Pinto ha preferido mantenerse al margen. No ha hecho ningún pronunciamiento público frente a la situación pese al riesgo de que este hospital, vital para la vida de los niños guajiros, termine en manos de un cuestionado clan en cabeza del alcalde Solano Redono y de su madre la fugitiva Cielo Redondo. El silencio de Oneda Pinto se explica con una grabación de la junta directiva del hospital en la que el alcalde Luis Solano dice claramente que el hospital es un compromiso político de la gobernadora con su madre Cielo Redondo quien la apoyo frontalmente en su campaña para coronarse gobernadora con el aval de Cambio Radical.
El silencio de Oneida Pinto sobre el hospital de los Wayúu
Aunque la gobernadora es la responsable de la salud de los niños en La Guajira guarda silencio ante la toma del hospital de Nazaret