Luego del frenesí de todos los medios anoche celebrando el fin de la negociación y un plebiscito en octubre, me quedé pensando en tooodo lo que hacía falta y de pronto llegó la siguiente comunicación oficial desde la Secretaría de Prensa de Casa de Nariño, aclarando qué era lo que había sucedido en La Habana. Copio textualmente, tal cual, el contenido del mensaje:
“Colegas buenas noches. Como lo señaló el Equipo de Paz está muy cerca el fin de la negociación, cuando eso suceda será el mismo equipo el que lo anuncie en La Habana. Les aclaro: lo que está a punto de terminar es la negociación. Luego de este cierre de los acuerdos en la Habana, el Pte debe enviar al Congreso el texto definitivo para que pueda ser convocado el plebiscito”.
Se sabe que hay acuerdos sobre la amnistía a guerrilleros que no hayan cometido delitos graves, se acaba de conocer que les fueron asignadas diez curules en Senado y Cámara, ¿y la reincorporación a la vida civil cómo se va a implementar?. Además, las Farc anunciaron que hace falta tela por cortar porque hoy miércoles van a La Habana representantes indígenas (harían paro si no son tenidos en cuenta) y la comunidad afro a reclamar lo suyo.
Luego del fin de la negociación y la firma del preacuerdo, como lo dice la comunicación de Presidencia y también la web de la Registraduría, el primer mandatario debe pasar el texto definitivo al Congreso e “informarle inmediatamente su intención de convocar un plebiscito, las razones para hacerlo y la fecha en que se llevará a cabo la votación, la cual no podrá ser anterior a un mes ni posterior a cuatro meses, contados a partir de la fecha en que el Congreso reciba el informe del Presidente”. Allí debe ser debatido y aprobado, concepto que debe ser previo al de la Corte Constitucional, para poder convocar y fijar la fecha del plebiscito. Digamos que mínimo se lleva un mes y comenzamos a sumar tiempos.
Conociendo su estilo en esta negociación, no me sorprendería
que las Farc condicionen su aprobación a nuevas exigencias,
con las sorpresas a las que nos tiene acostumbrados
Igual proceso tiene que seguir las Farc con sus filas, pues deberán convocar a su décima conferencia donde aprobarán o desaprobarán el acuerdo, Conociendo su estilo en esta negociación, no me sorprendería que condicionen su aprobación a nuevas exigencias, con las sorpresas a las que nos tiene acostumbrados. Además, reunir los frentes no es de un día para otro y ahí se dilatará más la negociación. Pongámosle otro mes paralelo al del Gobierno. ¿Se cumplirá el compromiso de hace dos meses del ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, que el plebiscito se haría el último domingo de septiembre?
Francamente lo dudo, porque hay que sumarle al tiempo anterior, los dos meses y medio que dice la Registraduría que necesita para organizar las elecciones. Eso me da tres meses y medio; estamos terminando sobre finales de noviembre, principios de diciembre casi en plena Navidad.
Estoy convencida de que después de cincuenta años de guerra, doscientos mil muertos y de por lo menos seis millones de víctimas, no existe un solo colombiano que no quiera la paz, digan lo que digan todos los frentes viscerales que señalan a quienes no piensan como ellos, quienes sean y del frente que vengan.
Lo que pasa es que hay realidades que son inocultables alrededor del acuerdo de cese al fuego entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc, y muchas preguntas que surgen de todo eso que no sabemos hasta que todo esté acordado y sea dado a conocer… Y aparecen muuuuuchas preguntas que quiero dejar formuladas para que usted piense de aquí a diciembre, según las cuentas obvias de los tiempos de los procesos que se vienen:
¿Qué se acordó sobre cómo se va a resarcir a las víctimas, punto cinco de las negociaciones? ¿Van a pagar con su dinero las Farc?
¿Qué en el punto seis sobre implementación, verificación y refrendación?
¿Y las 47 salvedades planteadas cómo quedaron resueltas?
¿Qué pasará con la fortuna narco?
Como dijo Fabio Echeverry al comienzo de los diálogos, ¿quién se queda con el negocio?
El secretariado había manifestado que sin ley de no extradición no habría acuerdo. ¿Con qué nos van a sorprender?
Con este cálculo de tiempos:
¿Será que la reforma tributaria estructural se va para enero?
¿Qué va a pasar con Simón Trinidad?
¿Será que están esperando las elecciones de Estados Unidos el 8 de noviembre, porque una cosa es con Hillary y otra con Trump?
¿Dónde están las mujeres y los jóvenes en esta negociación si la foto del acuerdo tiene 17 hombres, solo una mujer y ningún joven?
Nadie ha dicho nada sobre qué medios tendrán las Farc, porque si el M-19 tuvo su noticiero AM-PM, ¿a través de qué van a comunicar sus intereses políticos?
Lo que sí espero profundamente es que en los medios mis colegas tengan el valor de analizar con claridad y conciencia para orientar a los colombianos como se debe, sin el temor de que se vean afectados los ríos de dinero que vienen con la pauta publicitaria del Gobierno Nacional por cuenta de la campaña por el Sí en el plebiscito que, con las cuentas más optimistas de los tiempos que hay que cumplir, se votará entre natilla, buñuelos y villancicos.
¡Hasta el próximo miércoles!
