¿Se puede tener una vida sexual activa sin pensar que se está cometiendo un delito? Pregunta habitual en mucha de nosotras las mujeres. Este interrogante se justifica en los tabúes que paradójicamente heredamos de nuestras generaciones pasadas y que más que ganancias nos traen muchas desventajas.
Mi pregunta es ¿Por qué debemos sentirnos culpables de un acto que es connatural a nuestra existencia?, y es que sí, de ahí provenimos. Es imposible que se haya repetido el milagro de la concepción que tuvo lugar en Nazaret, en el seno materno del que nacimos. Todos somos producto de una unión sexual y eso no debe avergonzar a nadie por el contrario debemos asumirlo con naturalidad.
No digo con esto que debamos ver al sexo como un deporte; como se muestra en la comedia romántica Amigos con Beneficios, producida por Will Gluck. Pero tengo la plena convicción, que si dejáramos de lado los tabúes por ejemplo de tener al sexo como una acto pecaminoso y que nos condena al infierno se presentaran menos embarazos adolescentes, menos abortos clandestinos, menos madres adolescentes muertas, menos criaturas que no alcanzan a respirar un instante si quiera (Para los que somos abogados, según el código civil, jamás llego a ser persona).
Deberíamos ser conscientes que educar sexualmente a nosotros los jóvenes, no es imponernos la santa inquisición y llenar nuestras mentes de más curiosidad, es hablar sin tapujos de una realidad que a todos a excepción de aquellos que toman el voto de castidad, nos va a tocar vivir, y no porque sea uno de los fines del matrimonio, sino porque como ya en ocasiones lo he escuchado “El cuerpo lo pide”.
Tuve la oportunidad de conocer el caso de una joven de 17 años madre de una bebe 9 meses que por los avatares de la vida es víctima de maltrato intrafamiliar. En realidad nunca logre determinar quién era la víctima y quien el victimario en esa relación; pero traigo a colación este caso para reafirmar que es casi una pandemia el embarazo adolescente y que si no se crean políticas públicas reales y contextualizadas esta situación va a ir en aumento (Hablemos de una relación directamente proporcional entre políticas publicas eficientes y embarazos adolescentes, es decir, entre más políticas públicas eficientes menos embarazos adolescentes y sus consecuencias); Según el diario el Espectador, en publicación del 24 de septiembre de 2012. “una de cada cinco mujeres en edades entre 15 y 19 años está embarazada… Es decir, un 19.5% de la población en ese rango está o estuvo embarazada. En las adolescentes más pobres esta tasa alcanza el 30%, y en las adolescentes con mejores condiciones económicas, el 7%. El 20% del total de adolescentes manifiesta tener necesidades insatisfechas en anticoncepción.
Como se diría en términos coloquiales lo prohibido es más disfrutado; dejemos de mostrar al sexo como delito y trabajamos por una sexualidad con responsabilidad para que, los padres no terminen cantándoles a sus niñas la canción interpretada por el grupo niche y compuesta por Jairo Varela (Q.P.D).
“Ana Mile tú no tienes
no tienes la culpa
que tu niño esté llorando
y su padre no cumpla.
Fue tu inocencia joven mujer
al dejarte convencer
y el consejo que tu madre
te dio un día
no supiste obedecer.
Porque como Pedro por su casa
aquel hombre se paseó
con la risa te engañó
se robó tu corazón”.
