Cuatro días después de que Juan Guaidó se autoproclamara presidente interino de Venezuela, Estados Unidos salió al escenario con un arma directo al corazón de las finanzas venezolanas, imponiendo sanciones a Pdvsa, la petrolera estatal que hasta ese momento no había querido tocar. En el que ya era extenso portafolio de medidas contra el régimen de Nicolás Maduro, el petróleo era el gran Talón de Aquiles. En estos siete meses Maduro ha buscado hacerle el quite al “embargo”. Y en el camino se ha encontrado con unos cuantos recién llegados dispuestos a ayudarle. El serbio Dragoslav Ilic, es uno de ellos. Tiene una pequeña empresa en Panamá, MS International Corporation, que está comercializando petróleo venezolano “en la sombra”, reveló Bloomberg.
La estrategia de Ilic y otros comercializadores para evitar las sanciones es el trueque y la reventa a terceros. MS intercambia petróleo por gasolina y componentes de gasolina que son fundamentales para que Venezuela no detenga su producción, porque el crudo pesado venezolano es casi sólido cuando se extrae por lo cual hay que adicionarle disolventes o nafta, que S&P Global Platts estima en 120.000 barriles diarios. Pero las sanciones impiden que las empresas estadounidenses se lo vendan, como en el pasado.
Según Bloomberg, Dragoslav Ilich ha hecho acuerdos por USD 130 millones con Pdvsa y ha mandado el crudo principalmente a Asia. Ilic, de 79 años y una vida de lujos, casinos y famosos, saltó a los titulares de prensa en Argentina hace unos doce años cuando se vio involucrado en un escándalo llamado Viñas Blancas, en el que algunos implicados mandaban cocaína colombiana a Europa en botellas de vino. Él fue acusado y absuelto.
Los tiempos han cambiado. Antes, para los viejos comercializadores, comprar el petróleo a Venezuela era casi un privilegio, el país ponía las reglas y chequeba que finalmente no fuera a refinerías de EE. UU., ese pedazo del pastel lo reservaba para sí. Ahora los pequeños Ilic tiene la sartén por el mango. Ya no hay manera de venderle a Citgo la refinería de Pdvsa que ahora tiene que dejar el dinero en una cuenta que no puede tocar Maduro, ni a Valero, ni a Phillps 66, porque serían sancionadas.
El vacío lo están llenando los viejos aliados Rusia, China, India y Turquía, que de una u otra manera se han convertido en el “salvavidas”. La mayoría de los barriles que están recibiendo China y Rusia los están revendiendo a las refinerías de India y las independientes de China. Turquía ha comprado el oro que Maduro salido a vender para pagar las importaciones de bienes: el 10 de mayo, junto con los Emiratos Árabes Unidos adquirió 23 toneladas, dice Bloomberg. En Rusia Maduro trató de hacer transacciones con su criptomoneda llamada Petro a través del banco Evrofinance de que Chávez compró 49 % en el 2011, hasta que Estados Unidos cortó el chorro.
Para evadir las sanciones y cumplir con el envío de petróleo, se han cambiado los nombres de los buques sancionados, se transfiere crudo de barco a barco, algunas embarcaciones se han convertido en “fantasmas” para no ser detectadas. Los datos compilados por Bloomberg muestran que Ocean Elegance, un petrolero que ha estado entregando crudo venezolano a Cuba durante los últimos tres años, pasó a llamarse Océano, el S-Trotter, ahora es Tropic Sea, y el Nedas, tras ser sancionado en abril, realizó una entrega de incógnito a Cuba porque apagó su sistema de rastreo satelital. No se contabilizó durante 42 días, pero los informes de envío muestran que entregó petróleo a la isla. Ahora se llama Esperanza. El Nedas / Esperanza ha entregado 2 millones de barriles de crudo a Cuba este año, según los informes de envío, porque Cuba es el aliado privilegiado y hacia allá van tres cargueros mensuales, dice Bloomberg.
Malta se ha convertido en un sitio estratégico. El Times of Malta, el diario más prestigioso la isla, ha dicho que Venezuela está utilizando Hurds Bank, un lugar ubicado al este, para transferir crudo de barco barco y eludir las sanciones. Lloyds List, un reputado periódico marítimo internacional, dice que desde principios de junio se rastrearon por lo menos diez petroleros con 400.00 toneladas de productos químicos o refinados – los que Venezuela requiere con urgencia- que realizaban transferencias de barco a barco en aguas de Malta, para luego dirigirse a Venezuela con el sistema de identificación apagado hasta pasar por el estrecho de Gibraltar. El origen de los productos no se conoce. Lloyds List dice que hasta julio este año, 198 tanqueros partieron de Venezuela, unos 39 han llevado crudo a India y 48 a China.
Rusia es el viejo aliado con papel protagónico. A Vladimir Putin le conviene la permanencia de Maduro en el poder, no solo para que le pague los USD 3.000 millones que le debe, sino porque su apoyo ha sido compensado con creces, ha recibido de regalo dos pozos de gas y tiene participación en proyectos que producen 171.000 barriles por día.
Venezuela estaría canalizando el flujo de efectivo de sus ventas de petróleo a través suyo. Hace poco Reuters puso en evidencia que Pdvsa comenzó a pasar sus facturas de venta a Rosneft, la enorme petrolera estatal rusa que le paga de inmediato con descuento sobre el precio de venta y cobra después al comprador. Una fuente confirmó a Reuters que Pdvsa ha pedido a sus principales compradores como Reliance Industries Ltd de India, que le pague a Rosneft su petróleo. Ante el temor de las sanciones de Estados Unidos Rosneft hizo un gran escándalo y hasta llegó a pedir a que se expulsara a Reuters de Rusia.
Estados Unidos los tiene en la mira. Elliott Abrams, representante especial para la crisis venezolana, anticipó mayores sanciones a Cuba y no descartó medidas contra Moscú. “Los rusos no le están dando más dinero a Venezuela. Están sacando dinero de Venezuela. Sin embargo, están ayudando a comercializar el petróleo y eso es algo en lo que estamos pensando”, dijo Abrams y anotó que Rosneft y los bancos rusos «han sido muy útiles» para Caracas. Maduro sigue en la jugada.