En la amplia casa del senador Finco Cepeda, uno de los conservadores que junto a Carlos Andrés Trujillo fue uno de los primeros en adherirse al presidente Petro, incluso a costa de la unidad del partido, iba a ser el anfitrión de una reunión de la bancada costeña a la que asistirían liberales en cabeza de Mauricio Gómez Amin y Arturo Char del partido Cambio Radical. Se preveía también la presencia de reconocidos dirigentes como Fuad y Alejandro Char. La agenda era densa.
El plan inicial era el traslado de Gustavo Petro a Barranquilla desde el municipio de Santa Lucia en el sur del Atlántico al que llegaría el 8 de septiembre en la mañana después una vez escuchara a las comunidades y realizara el reconocimiento en el terreno de la billonaria obra adjudicada por el gobierno Duque a la española Sacyr.
Santa Lucía, Atlántico. Canal del Dique. pic.twitter.com/8kwr7WzBva
— Gustavo Petro (@petrogustavo) September 9, 2022
Pero las cosas cambiaron. El Presidente priorizó el tema de la disparada de las tarifas de energía eléctrica, una queja generalizada y alarmante para la gente de la Costa Caribe, incluida las zona rural que visitó. En efecto se movilizó a Barranquilla pero otro destino: el apartamento de su hijo Nicolás en el barrio conocido como el pequeño Manhattan. Tomo respiró y tomó la decisión sobre la intervención de la Creg para regular las tarifas eléctricas. Llamó al orden a su hijo, actual diputado por el Atlántico, para no dejarse enredar en la política local y al final de la tarde estuvo de regreso a Bogotá en el FAC 001.