A La Guajira llegaron la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez y el ministro de Vivienda Jonathan Malagón. La jornada estuvo centrada en la entrega de nuevas obras de acueducto que beneficiará a 12 mil personas y el mejoramiento en materia de vivienda para 171 familias del departamento. Sin embargo, la atención se la llevó Francisca Sierra, la matrona wayúu quien fue concejal de Maicao y diputada del departamento, tierra que controla políticamente desde hace años. Mamá Franca —como se le conoce en el departamento— estuvo con el alto gobierno en La Guajira, en donde siempre ha hecho sentir su estrecha relación con Álvaro Uribe —en el 2010 lo despidió de la presidencia entregándole el tradicional ‘Carraczu’, sombrero de honor usado por los palabreros wayúu de la región— y el presidente Iván Duque, a quien acompañó en su posesión el pasado 7 de agosto e incluso detuvo el besamanos tradicional en la Casa de Nariño para abrazar al nuevo presidente junto a su hijo Wilber Hernández, un abogado que estuvo en la Procuraduría, hoy trabaja en el Ministerio de Trabajo y todavía tiene asuntos pendientes en la Fiscalía.
Junto a la matrona guajira, cuestionada por sus disputas familiares y políticas que le han dejado varios muertos en su familia, incluida su hija que fue asesinada en un ajuste, estuvo el congresista Alfredo Deluque, un hombre que durante los años de Santos estuvo de su lado incluso respaldando el proceso de paz pero con el nuevo gobierno decidió moverse en el espectro político, no dudó en subirse al avión -como él mismo publicó en su cuenta de Twitter- para ir al evento inaugural de las obras.
Aunque las obras no fueron impulsadas por Francisca Sierra sino por el exgobernador Wilmer González, la matrona demostró nuevamente que dentro del uribismo tiene un espacio al aparecer en primera línea con la vice Ramírez y el ministro Malagón, una nueva relación que trae su peso encima.