En una época en la que ya no existe el escándalo Alejandra Azcárate tiene la extraña virtud de levantar comentarios encontrados cada vez que abre la boca. O se desnuda. En el 2005 fue una Jesús con los pechos al aire en la polémica portada que Daniel Samper Ospina sugirió en Soho mientras era el director, una última escena y una serie de fotografías en donde aparecía convertida en Cristo con las laceraciones más sexys que lectores hayan podido ver en Colombia. En ese momento tenía 27 años y había irrumpido como una comediante desparpajada, iconoclasta y de una frivolidad punzante. Esa dureza que ha despertado tanto odio es sólo una máscara. Según su papá, Gerardo Azcárate, un empresario que le enseñó que el secreto de un buen negocio es tener tierra “hasta en las uñas”, dijo que su hija parecía una jaiba gelatinada: caparazón por fuera, un flan por dentro.
El 23 de mayo del 2021 la vida de Alejandra Azcárate dio un inesperado vuelo que la hizo recorrer los mismísimos sótanos del infierno cuando el 3 de junio, en San Andrés, fue decomisada en el aeropuerto El Embrujo de Providencia y Santa Catalina una avioneta con 446 kilos de colohidrato de cocaína y 102 millones de pesos. La avioneta estaba a nombre de su esposo, Miguel Jaramillo, su amor desde hace más de una década. Los medios la pusieron en el ojo del huracán y Azcárate tuvo que ver como RCN le cancelaba contratos al igual que otras empresas.
Con Miguel Jaramillo toda la historia de amor ha sido muy loca. A los cinco días de conocerlo se fue a vivir con él. El país no conocía mucho de este empresario hasta el incidente de la avioneta pero, aunque ambos tuvieron infancias muy felices, ellos no tienen otros hijos que sus perros. En esa época, antes de los 10 años, era la consentida de su abuela, la matrona paisa Dolly de Naranjo quien la llenaba de regalos en navidad. Aunque es de Palmira las vacaciones en Medellín le dieron la confianza que necesitaba para ser la más avispada y querida del Liceo Francés y para irse a estudiar a Los Andes derecho y antropología. En esa universidad la echaron por copiar un examen cuando hacía cuarto semestre. Se fue a estudiar a Boston en donde llegó convertida en la mamacita que aún a sus 44 años sigue siendo.
De reportera comenzó en City TV pero su gran mentor fue Álvaro García quien, siendo director de Noticias de RCN, le dio una sección dentro de la transmisión del Concurso Nacional de Belleza, Descárate con la Azcárate y entonces le dio toda su rienda suelta a su lengua y creatividad. La cúspide de la fama y el prestigio llegó cuando conoció a Isabella Santo Domingo y juntas escribieron el stand up comedy Los caballeros las prefieren brutas, que ha sido puesto en escena más de 5.000 veces.
Ahora, cuando creía que su carrera había terminado con el incidente de la avioneta, la Azcárate está en Europa, en una gira que arrancó en España, pasará por París y terminará en Berlín, con llenos completos por donde pasa este vendaval. La clave para llegar a ser tan graciosa la da ella misma, intentar ser una hemafrodita mental para entender a los hombres y a las mujeres, porque, detrás de todo gran cómico, se esconde un antropólogo, un crítico constante y acertado de la sociedad donde vive.
