Boyacá es un departamento con una gran riqueza gastronómica que han adaptado en diferentes partes del país, sus arepas, sus cocidos y su sazón son una expresión de los cultivos de la zona. Muchos boyacenses como Emiliana de García y Belisario García, su esposo, han migrado a Bogotá en busca de nuevos horizontes y han traído su cocina con ellos, creando el restaurante insignia Mi Gran Parrilla Boyacense.
El modesto restaurante que se convirtió en una gran empresa
La historia empezó para el año 1998 en el barrio Prado Veraniego al norte de la capital. Donde según se relató en una entrevista dada a El Tiempo la pareja vendía almuerzos corrientes junto a sus hijos. En ese momento alternaban los almuerzos con una carta, pero notaron que el esfuerzo de tener un menú ejecutivo no se justificaba.
Fue así como decidieron tener una carta de carnes al carbón lo que era una innovación pues no había mucha propuesta de ese tipo para el momento. Sin embargo, despúes la oferta fue creciendo y tuvieron que buscar un diferenciador rápidamente, por lo que decidieron rescatar las recetas boyacenses de su familia y se centraron en vender carnes al carbón y platos típicos de Boyacá.
Comenzaron vendiendo sopas de arroz, cuchuco con espinazo y mondongo, pero la atención se la llevó la mazamorra chiquita. Cuentan que desde las 8 am ya estaban poniendo el agua para prepararla, además de las arepas de cuajada que llevan un inmenso trabajo pero fueron y son las favoritas de muchos.
Sus recetas, sabores y atención los han catapultado creciendo de forma impresionante, actualmente tienen seis puntos en Bogotá. En el C.C Gran Estación, Carrera 30, C.C Villa del Río, 162 con autopista, C.C Nuestro Bogotá y el más reciente Parque de la 93. Además, según contaron a Portafolio la empresa tiene en estos momentos una planta con 480 empleados fijos y 200 trabajadores temporales para cumplir con las labores del fin de semana.
En el menú que es muy variado va a encontrar carnes que van desde los $40.000 hasta los $80.000 pesos, sopas desde los $14.000 pesos y platos con especialidad boyacense como gallina y pollo campesino, que vale casi $200.000 pesos. Por otro lado ofrecen postres, bebidas, ensaladas y entradas, para atender los diferentes gustos.
La crisis del Covid 19 que los puso a tambalear
En el año 2020 el mundo y Colombia se paralizó ante esta pandemia y Mi Gran Parrilla Boyacense no fue la excepción. En una entrevista con Semana su gerente general, Fredy García, hijo de los fundadores contó que precisamente el sábado anterior a la semana del 19 de marzo las ventas cayeron de forma impresionante. Cerca de un 60 por ciento. Por lo que durante varios días las ventas fueron malas y tuvieron que empezar a buscar salidas.
Se afiliaron a Rappi pero también montaron su propia red de domicilios y aunque fue un panorama un poco complicado lanzaron hasta combos y platos solidarios con precios muy accesibles para las familias teniendo en cuenta esa situación del momento. Tras la incertidumbre lograron sopesarlo medianamente y aunque se vieron a gatas cuando pudieron volver a operar empezarona recuperarse en 2021.
Su nuevo punto en el Parque de la 93
Esta tradicional cadena de comida boyacense cada fin de semana tiene filas de comensales a quienes no les importa esperar para comer uno de sus generosos platos. A conciencia de eso el año pasado decidieron abrir un nuevo punto nada más y nada menos que en el Parque de la 93, al nororiente de la capital.
Además este no es como los otros restaurantes, este funciona bajo el concepto de gastrobar, siendo el primero de la marca con estas características. Según lo explicó el mismo Freddy García a Portafolio ofrecen “la icónica comida boyacense con un concepto autóctono que busca conquistar paladares regionales e internacionales”. Por lo que este nuevo punto le apunta a enamorar y atraer a turistas nacionales y extranjeros, a los jóvenes y a las familias.
Esta nueva sede tuvo una inversión de US$1 millón y es que se plantea ofrecer toda una experiencia, con 60 referencias de vinos a través del método sommelier y una amplia variedad de cortes de carne. Sin duda este restaurante seguirá creciendo y posicionándose como uno de los mejores con oferta boyacense en Bogotá.
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