"En este país si a una mujer le gusta mucho el sexo, es una puta y si no le gusta, es una mojigata. Como sea te van a juzgar", frase de la serie SexiFy de Netflix.
Una frase muy pertinente para una joven barranquillera de 22 años que se volvió hace casi dos semanas súper viral, criticada, juzgada, moralizada e inspiradora de memes, por un vídeo que fue publicado en redes sociales teniendo sexo con un joven muy habilidoso.
Diría yo de manera personal, que el Kamasutra fue muy evidente en esta serie de posiciones sexuales. Se veían como gimnastas olímpicos por tales destrezas y agilidades corporales. Fue tal el asombro de miles de personas en redes sociales, que muchos expresaron que nunca han tenido sexo de esa manera en su vida. Pidieron de manera muy jocosa el número de contacto del joven para unas "clasecitas". Como para muchos fue un vídeo de "aprendizaje personal'', para otros fue de una total irresponsabilidad moral con la joven, quien fue expuesta de cuerpo completo en estos vídeos. Se dijo que: "habían denigrado a la joven, en un acto tan íntimo, que la persona que había colgado esto en redes no tenía perdón de Dios y sería castigado". "Que si fue el joven protagonista del vídeo quien lo había hecho, estaba muy mal rebajar de esa manera a quien había entregado su cuerpo a lo mejor por amor".
Otros se atrevieron a decir: "Que a lo mejor lo habían hecho a propósito para coger fama y que fueran contratados en una película pornográfica".
Uno de los comentarios para mí fue el más sensato: "Que por qué se asombraban de ver un vídeo de sexo, si era simplemente lo que millones de personas en el mundo hacían, que eso era totalmente normal. Que se preocupaban más por este vídeo que por la guerra de Rusia y Ucrania. Muy cierto, al menos la pareja daba el ejemplo de "hacer el amor y no la guerra".
Esta frase me lleva a recordar la saga de libros de Neal Donald Walsch "Conversaciones con Dios I, Cap 14":
“Desde el principio de los tiempos, todo hombre ha deseado siempre amar y ser amado. Y desde el principio de los tiempos, el hombre ha hecho todo lo que estaba en su mano para que eso resultara imposible. El sexo constituye una extraordinaria expresión de amor; de amor a otro, de amor a Sí mismo, de amor a la vida. ¡Deberíais, pues, amarlo! (Y lo hacéis; pero no podéis decirle a nadie que lo hacéis; no os atrevéis a demostrar cuanto lo amáis, pues os llamarían pervertidos. Sin embargo, es esta idea la que lo constituye una perversión)”.
“Por ahora -y en tu caso-, simplemente debes saber esto: Yo no os he dado nada que sea deshonroso; y menos vuestro propio cuerpo y sus funciones. No hay ninguna necesidad de ocultar vuestro cuerpo ni sus funciones; ni vuestro amor a ellas, y a los demás.
Vuestros programas de televisión no tienen ningún problema en mostrar la violencia desnuda, pero en cambio no se atreven a mostrar el amor desnudo. Toda vuestra sociedad refleja esta escala de valores”.
Los códigos morales, las contriciones religiosas, los tabúes sociales y las convenciones emocionales que habéis establecido en torno al sexo (y, por cierto, también en torno al amor y todo lo relativo a la vida), han hecho que para vosotros resulta prácticamente imposible celebrar vuestro ser”.
Hay algo que me inquieta bastante y es el hecho de que siempre en este tema sexual se opina o se comenta “protegiendo” a la mujer por creerla y tenerla como sexo débil y atacando al hombre, cual individuo que lleva una capa de acero que resiste todo sin daño alguno en estas situaciones, porque según muchos, "es su naturaleza". Pregunto: ¿Acaso el hombre no es también un ser humano que merece respeto, que también siente, que elige vivir como le plazca su sexualidad?
Bueno, al menos yo conozco unos cuantos con estas características de manera personal. Es más, uno de ellos afirma ser virgen por el hecho de no haber tenido sexo en su vida con una mujer a sus más de 30 años de edad. Acudió a mi concepto educativo para ayudarle a descubrir su razón de peso en este asunto y para fortuna, parece haber encontrado el detonante de su "virginidad". Ahora, esto no quiere decir que nunca ha tenido un orgasmo, porque sí los ha tenido. Es que aclaro, no ha tenido sexo con una mujer y éste es su mayor anhelo. Espero haberle ayudado de verdad cuando acudió a mí hace unos pocos meses.
Y todos averiguando
Volviendo a los comentarios del vídeo de la pareja de jóvenes, hubo uno muy impactante para mí y fue uno que expresó: "Me parece demasiado triste que debido a la presión social, la joven se haya suicidado". En ese preciso instante de terminar de leer el comentario, paré de seguir leyendo los cientos que había y que se seguían pronunciando. Medité por un momento y reconocí nuevamente que la inteligencia emocional es vital en los seres humanos y más aún en temas de sexualidad. ¡Oh sorpresa mía!, al día siguiente, al encontrar a miles de seguidores en tan solo una noche a la joven susodicha apodaron como "la mujer araña" por su singular pose sexual, en donde al recibir sexo oral de su pareja estaba tocando literalmente el techo de la casa. Es decir, fue tan efectiva su pareja para hacerla disfrutar que hizo honor a la canción de la agrupación de ChocQuibTown "Tu amor me lleva hasta el techo y no me puedo bajar", bueno, pues es que así, ¿quién se quiere bajar?
Y sí, ella estaba "muerta" pero de la risa. En su nuevo Facebook de miles de seguidores posteó este párrafo tal cual:
"Ahora me dan por muerta, tras de eso poniéndome otro nombre que ni por ahí va con mi apellido. Quiero informarles que estoy viva y con una vida por delante y para informarles a todos esos que me están criticando, les voy a hacer saber que me tiene sin cuidado todo lo que me digan. Soy colombiana vivo en la zona bananera y me llamo es "Yeimy Rivera", al fin que ya lo que pasó, pasó y nada me aflige, ¿ok?. Vivan su vida".
"Vivan su vida", que frase tan corta, pero tan profunda.
Te pregunto y me pregunto lo que leí en un libro hace un tiempo:
¿Cuándo fue la última vez que sentiste que tu alma se expresaba? ¿Cuándo fue la última vez que lloraste de alegría? ¿Escribiste poesía? ¿Bailaste bajo la lluvia? ¿Horneaste un pastel? ¿Pintaste cualquier cosa? ¿Arreglaste algo que estaba roto? ¿Besaste a un bebé? ¿Acercaste un gato a tu rostro? ¿Subiste una montaña? ¿Nadaste desnudo? ¿Caminaste hasta el amanecer?... ¿Hiciste el amor durante horas en una playa, en el bosque, en el mesón de la cocina, en la terraza? ¿Cuándo fue la última vez que te sentaste solo con el silencio, viajando hacia la más profunda parte de tu ser y le dijiste "hola" a tu alma?
En fin, me retiro. Voy a contestarme algunas de éstas preguntas.
Nos vemos en un nuestro próximo artículo. Con amor, Ahinoa.